Capítulo 34

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Perséfone guió a Max a su antiguo departamento, ahí donde vivía antes de que Parker la llevará a la casa donde vivía ahora, sabía que la estaban siguiendo y aunque no sabía cómo librarse del problema, decidió que lo mejor era comportarse lo más no...

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Perséfone guió a Max a su antiguo departamento, ahí donde vivía antes de que Parker la llevará a la casa donde vivía ahora, sabía que la estaban siguiendo y aunque no sabía cómo librarse del problema, decidió que lo mejor era comportarse lo más normal sin saberlo.

    Platicó con Max, trató de sonar relajada y normal aún cuando podía notar que estaba siendo observada y fotografiada. 

    Coquetaba con toda la naturalidad que le fuera posible para no verse forzada y que no sospecharan, sintiéndose horrible porque Max estaba siendo utilizado y porque seguramente Parker estaba enojado. 

    Dejó encendido su celular pero no le escribió temiendo que alguien le estuviera monitoreando y antes de bajarse del auto había bloqueado su número para no recibir mensajes de él que pudieran ser rastreados. 

    Sabía que estaba metida en un problema pero también conocía a su esposo y estaba segura de que era un hombre razonable. 

    Se mantuvo con Max durante horas hablando y a la vez mintiendo en algunas cosas. 

   Lo llevó al sitio donde ella y Parker solían estar a veces en las noches, donde conversaban pero por supuesto no se lo dijo, solo esperó a que Max sacara sus propias conclusiones, las que como eran de esperarse fueron las incorrectas; sin embargo, ella no lo sacó de su error, al contrario le siguió la corriente y dejó que él pensara lo que quisiera. 

    Se quedó acostada en el pasto pensando, seguramente Parker estaría furioso con ella pero ya vería la forma de hablar con él y más aún de aclarar las cosas.

    Cuando estaba por amanecer ambos se levantaron del lugar y Max la llevó al sitio donde antes vivía, donde la dejó y dónde entró al edificio sin más como si fuera su casa. 

    Miró al hombre de la recepción. 

—Buen día —dijo nerviosa y este le sonrió reconociéndola. 

—¿Sabe si hay alguna otra salida por aquí que no sea esa? —dijo un tanto incómoda—. Me refiero a si hay una forma de salir por la parte de atrás. 

    El hombre la miró como si estuviera loca antes de hablar. 

—Sí, hay una salida que da hacia otra calle pero es peligrosa y la sacara muy lejos de aquí. 

—No importa —dijo apretando su bolso—. ¿Podría llamar un taxi o usar su teléfono? Casi no tengo batería. 

   El hombre asintió y sin más llamó a Melina pero no atendió el teléfono así que se vio llamando un taxi para ir a su casa. 

    Dos horas después daba vueltas por su casa sin saber si llamarlo. Tenía infinidad de llamadas perdidas de Parker pero temía usar su celular o usar un mensaje. 

    Su madre no tenía teléfono y tampoco su hermano. 

    Se dejó caer en la cama mirando el celular una y otra vez durante largo rato.

DESHACER AL ÁNGEL. (El Club De Los Desterrados 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora