Max miró a su amigo con resentimiento pero en el fondo sabía que lo había herido.
—Puedes hacer lo que te venga en gana, solo debes tener en cuenta que soy el muro a derribar —continuó Parker tratando de mesurar su carácter—. Si quieres quitarle a su hijo antes vas a tener que quitarme del camino. Voy a buscar la verdad de todo y si no encuentro nada me haré a un lado mientras tanto te deseo suerte tratando de vencerme.
—Púdrete Parker —dijo Max con los dientes apretados—. Si tengo que hacerte a un lado para lograr lo que he deseado por años no dudes que lo haré...
—Suerte entonces en tu cruzada —dijo con la vista sobre él.
—Entonces…
—¡Suficiente! —gritó Hurs—. Estás fuera de ti mismo —dijo a Max—. Estás hablando de lastimar a Parker, ¿a Parker? Es uno más de nosotros y jamás vamos a herirnos, nunca lo hemos hecho y no lo haremos ahora, así que te calmas y dejas que Dora trabaje y haga su exploración antes de dar un informe.
Max salió de ahí dando un portazo y se subió a su auto completamente furioso sin poder creer que sus amigos no estuvieran de su lado.
Sus amigos lo vieron irse mientras un silencio se formaba entre ellos, uno que ninguno se atrevía a romper.
Parker incapaz de soportar más salió de ahí dando un portazo mientras los otros tres suspiraban sin saber en qué momento todo eso se había desatado.
Parker fue a su casa, ahí donde no había nadie desde que su hija estaba lo suficientemente lejos y protegida en un campamento con el pequeño Will y su nana.
Se metió a su habitación y se sentó en la cama sintiéndose tan solo como más de una década atrás.
Miró un punto fijo en la pared pensando en cómo resolver sus problemas, incluso en ese momento no sabía si le dolía más perder la amistad de Max o perder a Perséfone.
Cerró los ojos y se dejó caer sobre la cama al mismo tiempo que recordaba que no tenía el celular y lo había dejado en el casino. Así que ahí estaba pensando en si ir tras Max e intentar razonar o buscarla a ella.
Se puso de pie y abrió el armario, miró la vieja mochila dentro y la sacó; dentro estaba aún la carpeta con lo que él necesitaba, un libro, unos billetes viejos, la foto de su familia, un pulso y la carta que por años se había negado a leer y que no tenía idea de cómo fue a parar a su mochila.
Nunca podría explicar aquello pero al menos esperaba que no fuera un golpe más a su corazón.
Rompió el sobre y sacó la hoja que ya lucía amarillenta después de tanto años, tenía una letras borrosas pero era una letra extraña, que no reconocía y que además de todo iba dirigida a su padre.
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DESHACER AL ÁNGEL. (El Club De Los Desterrados 4)
RomanceParker Walsh Welshmen ha escondido su identidad por diez años cultivando misterio y escepticismo a su alrededor, con el apodo del ángel y con una camaleónica personalidad, solo un puñado sabe en realidad su origen y su verdadero rostro. Con un amor...