Capítulo 66

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El día de la coronación llegó y con ello los nervios de Perséfone que se miraba en el espejo en ese momento.

-Estás preciosa pero por el amor a Dios o al diablo -dijo Parker desde su lugar-. Ya deja ese peinado en paz.

-Lo dice quién no tiene nada que hacer más que pasarse los dedos por el cabello -dijo enojado-. ¿Alguna vez has usado un peine?

Parker suspiró mientras pensaba en los meses que faltaban y sufría lidiando con los cambios de humor de su esposa.

-Sí mi vida -dijo desde su sitio-. De hecho uso un cepillo ancho a veces y la secadora, dependiendo como vaya a peinarme, ya sabes lo tengo algo largo.

-¿Me estás laburando? -preguntó enfadada.

-¡No! -dijo riendo-. Estoy hablando de mi cabello, es algo largo. Ya estás preciosa, mi amor, deja tu cabello así.

Perséfone miró el peinado con su cabello recogió y algunas horquillas colocadas.

-Siento que me veo fea -dijo ella-. Quiero verme bien.

Parker se puso de pie y se acercó para abrazarla.

Su vientre bastante grande respondió a la caricia de Parker que sonrió al sentir a sus hijos moverse.

-Mis bebés están dentro -dijo divertido-. Es lógico que hayas ganado peso, que luzcas diferente, pero eso no te hace una mujer fea, te hace una mujer hermosa, al menos para mí, si los demás piensan otra cosa es su problema, yo solo quiero que mi esposa se sienta bien.

Perséfone comenzó a llorar mientras él la sujetaba y la besaba.

Se soltó y le miró enojada.

-¡Parker! -dijo ofendida.

-¡Ahora que hice! -preguntó.

-Me hiciste llorar y mi maquillaje se arruinó -respondió.

Parker volvió a respirar y le dió un beso en la frente antes de dejarla sola o terminaría enojado.

Afuera encontró a Sam a punto de tocar.

-Lo siento -dijo mirando a Parker-. ¿Podemos hablar?

-Por supuesto cariño -dijo tomando su mano y llevándola abajo.

En el despacho observó a la pequeña que apenas se reponía de la pérdida de Steffany.

-¿De qué quieres hablar? -preguntó mientras le tomaba la mano.

-Quiero la verdad -dijo enfrentándole-. Mi origen, quién es mi mamá, la real.

Sus pequeños ojos se nublaron por las lágrimas.

-Llevo pensando mucho en esto -dijo ella-. Quizás haya algún padre de tu edad con una hija de mi edad, pero no tú y yo quiero saberlo, no quiero mentiras. A veces incluso pienso que no soy de tu familia.

-Claro que eres de mi familia. -El tono de voz fuerte dejó clara su postura-. Tengo que confesar que cuando tenía dieciséis decirte que eras mi hija sonó lo más lógico, cuando empezaste a hablar, cuando me llamaste papá. Aquello sonó en la mente de un adolescente como lo más lógico, pero tienes razón, con los años perdió validez aún así lo mantuve porque no preguntabas y porque no quería hacerte sufrir. Te amo y lo sabes, aunque no seas mi hija, sino que en realidad eres mi hermana menor.

La pequeña se llevó ambas manos a la boca acallando el grito que salió pero fue recibida por un abrazo de Parker que comenzó a contarle a medias todos, eran muy pequeña en su opinión para saber toda la maldad que había pero que además de todo no quería recordar. Le contó sobre sus padres, le contó toda la verdad a medias esperando que cuando fuera más grande pudiera decirle la verdad.

DESHACER AL ÁNGEL. (El Club De Los Desterrados 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora