Capítulo 16

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Parker condujo con rapidez a su casa, tenía el tiempo justo para todo, así que apenas llegó se metió de inmediato a su habitación y comenzó a vestirse y convertirse en lo que en ese momento necesitaba

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Parker condujo con rapidez a su casa, tenía el tiempo justo para todo, así que apenas llegó se metió de inmediato a su habitación y comenzó a vestirse y convertirse en lo que en ese momento necesitaba. 

   Una vez lo hizo recibió la llamada de Melina a quien explicó absolutamente todo y quien dijo que se quedaría en la fiesta y le informaría y por informar se refería a Perséfone. 

    Parker colgó no sin antes dejar algunas indicaciones a Melina y condujo de nuevo hacia el hotel donde se encontraba ella. 

    Se acomodó en el asiento y de nuevo revisó su guantera antes de sacar lo que necesitaba para esa noche. 

   Fue pensando en que al fin podría tener lo que por años esperó: la oportunidad de verla cara a cara. 

   Al llegar al hotel se miró al espejo cerciorándose que no hubiera errores por lo que apenas puso un pie fuera del auto su actuación inició. 

   Se bajó y caminó hasta la recepción donde preguntó por ella y dejó su nombre.

    De inmediato el recepcionista hizo la llamada seguramente a su habitación y unos minutos después estaba ahí luciendo su cabello suelto y despampanante como siempre. 

    Parker sintió asco de solo verla pero le sonrió como si amara verla e incluso se atrevió a ser más descarado y recorrerla con la vista dejando clara sus intenciones. 

    La vio sonreír victoriosa antes de caminar contoneándose para que le siguiera. 

    Parker así lo hizo y en menos de unos minutos estaban frente a la puerta de su habitación. 

    Vio al personal limpiar los pasillos y alguno que otro que fingía hacer algo por ahí pero que Parker supo eran el personal de seguridad. 

    Ella abrió la puerta y dejó que entrara antes de hablar. 

—Creí que vendrías de inmediato y me hiciste esperar una hora —dijo y Parker sonrió—. A una princesa no le gusta esperar.

—A un rey no le gusta que le apresuren —dijo y ella sonrió—. Así es como funciona todo. Los reyes no llegamos tarde jamás, creamos expectativas. 

—Un rey real tal vez —dijo divertida devolviendo el ataque—. Aquí la de la jerarquía soy yo. 

—La jerarquía no te la da el título de princesa —respondió Parker—. Te la da el poder y la astucia. 

—¿Insinuas que puedes más que yo? —preguntó ella. 

—Yo nunca insinuó nada —dijo Parker con los verdes ojos clavados sobre ella—. Yo afirmó mi superioridad sobre cualquiera. 

    La chica lo miró con cautela antes de ofrecer una bebida pero fue Parker quien se puso de pie. 

—Permite que te sirva yo —dijo y ella asintió halagada de que un hombre que hacía gala de su posición se inclinara para servirle. 

DESHACER AL ÁNGEL. (El Club De Los Desterrados 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora