Capítulo 62

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Perséfone se removió junto a una Melina que veía a su mejor amigo en el suelo impotente de poder ayudarlo. 

    Alfred se acercó a Perséfone que gritaba desesperada y lo que lo haya impulsado hizo que la soltara, aunque se dio cuenta de que había soltado ya sus manos. 

    En cuanto estuvo sin ataduras corrió tras Parker que miraba a su hermano incapaz de comprender lo que había pasado. 

    Miró a sus esposa presionar fuerte en la herida para evitar que se desangrara mientras le miraba y Melina luchaba por soltarse. 

    Alfred se sentó en la silla; observó a su hermano sin saber cómo sentirse. En ese momento tenía sentimientos encontrados, le dolía algo y a la vez sentía regocijo. Por fin había logrado imponerse y era evidente que había logrado su objetivo. 

    Se acercó hasta ellos y miró a su hermano desde su posición. Se veía vulnerable, estaba vulnerable, con la mirada azul apagándose lentamente mientras ella lloraba desconsolada tratando de contener la hemorragia. 

—Eso mismo pensé hace años —dijo desde su lugar—. ¿Por qué no me ayudaste? Stefanny te ayudó porque eras el heredero. 

   Perséfone vio a Melina soltarse por completo y empezar a liberar sus pies sin que se diera cuenta. 

    Parker también la vio y la desesperación se hizo presente cuando sujetó a su esposa. 

—¿Sabes, Parker? —dijo dando un suspiro—. Hay algo de verdad en lo que decías. El egoísmo siempre se interpone, la maldad siempre progresa. Tú no fuiste del todo bueno, siempre dijiste que yo era tu otra mitad y me dejaste. 

    Perséfone intentó moverse pero Alfred levantó el arma y Parker le suplicó que la dejara ir. 

—Papá te quiso más. —Suspiró—. No importa como lo adorne, no importa como lo haya hecho, te quiso más. 

    Recordó las palabras de su madre. 

«—No quiero que pienses que no te queremos o que lo queremos más a él —dijo mientras dejaba un beso en su frente—. Alfred, ¿crees que no lo sé? Parker siempre se culpa de todo lo malo, porque ese es su instinto, protegerte, siempre será él quien busque hacerlo, estoy segura de que daría su vida por la tuya. Tu padre lo ha elegido, lo hemos elegido porque somos conscientes del daño que querrán hacerles, porque no seremos eternos y queremos que estén seguros.

—¿No confías en mí? —preguntó—. Estás insinuando que Parker cuidaría de mí pero yo no cuidaría de mis hermanos. 

—Eso no lo puedo responder yo aunque sé la respuesta —respondió la mujer—. Eso lo sabes tú, ¿pregúntate si lo harías? 

    Alfred miró a su madre y asintió. 

—Cuidaría de Parker y de todos —dijo ofendido—. ¿Crees que no lo haría? 

—Estoy segura de que sí, cariño —dijo acariciando su rostro—. Mis hijos se aman entre sí. 

—¡Entonces por qué lo han elegido a él! —dijo explotando—. Eleanor no quiere el trono pero nadie me preguntó a mí sí lo quiero. ¿De qué se trata?

—De que haya alguien que nunca deje que sus emociones lo dominen —dijo ella con seguridad—. Parker es el mejor mentiroso que hay, siempre le creí cuando decía que era su culpa hasta que los escuché hablar de eso, planear la mentira. Sus emociones no están a flote jamás. Tú no eres así, justo ahora lo estás demostrando, tus emociones te están venciendo. 

DESHACER AL ÁNGEL. (El Club De Los Desterrados 4)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora