Los siguientes dos días Parker llevó a Perséfone a su casa, donde Melina le dio la bienvenida y Sam aunque un poco renuente hizo lo mismo.
Pasó las últimas 48 horas con su esposa consintiéndola, recordando su tiempo juntos, demostrando que la quería. Hizo el amor con su esposa y se quedó a su lado para que el último recuerdo de ambos fuera feliz.
—¿Qué haces? —dijo mirando como empacaba algo mientras lloraba.
—Te vas por la noche —dijo limpiando sus lágrimas—. No me pidas que no llore, no me digas que no sufra. Estoy haciendo chocolates porque de alguna manera quiero ir contigo. Quiero lleves algo que sea mío.
Parker la abrazó ya sostuvo durante largo rato en el que la vio llorar pero se vieron interrumpidos por la llegada de Fredek Petrov.
Salió a atenderle mirando todo el despliegue del hombre como si fuera su casa.
—Todos los hombres que pediste han sido contratados, verificados y tu familia estará segura —dijo y Parker asintió mientras veía afuera las camionetas—. Mi trabajo llegó hasta aquí, si necesitas algo no dudes en llamarme. El personal de seguridad está preparado para esposas rebeldes, tal como la mía y la tuya, estarán en contacto contigo bajo cualquier incidencia y tienen turnos justos para evitar el cansancio físico.
—Gracias —dijo con un suspiro—. Me voy largo rato, podrías verificar de vez en cuando que ella esté bien.
—Por supuesto —dijo Petrov—. Cuenta con ello.
Se dieron un abrazo y después de recibir los mejores deseos vio al hombre irse.
Un hombre de más o menos cuarenta años entró para ponerse a las órdenes siendo el jefe de seguridad pero se detuvo al ver a Parker.
Sus ojos se abrieron al verle puesto que como todos se sorprendía al ver su físico.
Parker era idéntico al rey que tanto figuraba en televisión. Se sorprendió al verle, sobre todo porque no conocía que tuviera un hijo.
—Soy su sobrino —dijo y el hombre asintió—. No soy idéntico a él, soy idéntico a mi padre, el antiguo rey. En fin, esto no viene al caso y solo quiero que me digas siempre todo lo que suceda con mi familia. Mi esposa debe salir siempre acompañada, no se le dejara sola ni para respirar, no importa lo que diga, simplemente no.
—Entendido —dijo el hombre—. Mi hija igual, todas las personas de esta casa jamás deben estar sin protección.
—Bien —dijo el hombre que tras escuchar una y otra vez las indicaciones de Parker salió para organizar a su gente.
Él por su parte volvió a su habitación donde tomó sus cosas, se disfrazó y terminó de empacar para poder irse en un par de horas.
Sintió las manos de Perséfone abrazarse a él desde atrás.
Se giró para verla y acarició su rostro.
—Tengo miedo —dijo ella.
—Estaremos bien, amor —dijo abrazándola.
—Mi Hades tiene que volver —dijo ella haciendo que él riera—. Al menos para llevarme con él al Inframundo.
Se quitó la cadena que colgaba en su cuello y la colocó en el de su esposo.
—Cuando vuelvas quiero que me pongas esos dos anillos en el anular —dijo mirándolo a los ojos—. Quiero que seas tú quien lo haga.
Parker asintió y dejó un beso en sus nudillos.
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DESHACER AL ÁNGEL. (El Club De Los Desterrados 4)
RomanceParker Walsh Welshmen ha escondido su identidad por diez años cultivando misterio y escepticismo a su alrededor, con el apodo del ángel y con una camaleónica personalidad, solo un puñado sabe en realidad su origen y su verdadero rostro. Con un amor...