Keiko abrió sus ojos al nuevo día, no se equivocó, durmió muy cómodamente, debía solicitar unas sábanas de esa calidad. Alguien de su rango merecía dormir plácidamente cada noche...
Antes de ponerse en pie, recuerda lo ocurrido la noche anterior, ese beso que Sesshomaru correspondió, es inevitable no sonreír.. Pero esa sonrisa desaparece pocos instantes después... La verdad es que jamás había ocurrido algo así... ¿En verdad él estaba pensando en la mocosa?... ¿Por qué?... ¿Qué clase de hechizo había usado esa chamaca con él?...
Decide ignorar ese pensamiento. Seguramente, a su regreso, Fuji tendría alguna buena noticia para pronto alejar a esa muchacha de Sesshomaru... Por esta ocasión tenía que unirse a su hermana para combatir la amenaza que Rin representaba para ellas... Después, buscaría alguna forma de quitar a Fuji del camino.
Y Sesshomaru... ¿Dónde estaba él? ¿A dónde se fue? ¿Estaría molesto? No había indicio alguno de que hubiera regresado a la habitación... Tomó un baño, se vistió, nuevamente portó su armadura, cepilló y recogió su largo cabello, colocó un poco de maquillaje en su rostro, un poco de loción, tomó su espada y su escudo, salió de la habitación y esperó por nuevas indicaciones.
Para su mala suerte, los causantes de sus disgustos la noche anterior, salían también en ese momento de la habitación contigua... Ya no estaba molesta con ellos, después de todo, ese maldito alboroto le valió un sensacional beso por parte de su amado Lord. Dicha plenitud no pasó desapercibida para nadie.
Bingo: Alguien se ve feliz.
Aki: ¡Oye! Keiko... ¿Sesshomaru aún no despierta?
Keiko: (¿Tenían que recordárselo?) Hmp. Él no está aquí.
Jaken: ¿Ya ven? ¡¡Les dije que mi amo bonito no andaría de calenturiento!!... ¡¡Ni que fuera igual que ustedes!!
Jaken no pudo gritar todos los insultos que comenzaban a apilarse en su mente, pues en ese momento, Sesshomaru llega montado sobre Ah-Un y tras de él vienen las otras aves en las cuales se transportan sus soldados. Es momento de partir.
Su semblante muestra un disgusto total. Posa su mirada sobre cada uno de los presentes para cersiorarse de que están listos para marcharse. Cada uno siente el terror de tener esa mirada sobre si... Por último, esos ojos que reflejan una ira tremenda se detienen en Keiko. Podrían jurar que sus ojos color ámbar están a punto de teñirse de rojo... ¿Qué hizo esa mujer para causar tal enfado en él?
Sesshomaru: ¡¡Vámonos!!
Bingo: Este.. Oyee... Sesshomaru ¿Dormiste aquí?
Sesshomaru: No tendría por qué. Ya vámonos.
Un nuevo día transcurrió, Sesshomaru no volvió a dirigirle la palabra a Keiko, y en realidad a nadie, permanecía lo más distante posible, parecía ponerse furioso por todo.. Era mejor no hacer comentario alguno pues podrían agravar la rabia que seguramente sentía.. Sólo una cosa tenían en claro, Keiko tenía que ver.
Para Sesshomaru era mejor que todos permanecieran en silencio, ya era hora de que pudieran brindarle unos minutos de paz... Estaba molesto con Keiko por el atrevimiento que tuvo la noche anterior. Estaba molesto consigo mismo por dejarse llevar. Y es que ahora se sentía muy confundido... ¿Por qué pensó en ella? ¿Por qué deseó en ese momento tener a Rin entre sus brazos y besarla con tanta urgencia? ¿Qué demonios le estaba ocurriendo?
---
Por su parte, en el palacio de las Tierras del Oeste, este día, el segundo que Sesshomaru ha estado fuera, Rin lo había pasado con Takeshi nuevamente. Le agradaba mucho su compañía, sus conversaciones, además de que él le mostraba el palacio y le explicaba con paciencia y muy detalladamente la función de cada lugar, la historia de cada pintura, de cada escultura, de cada artesanía.. Para Rin era maravilloso descubrir y conocer el lugar donde su tan querido señor Sesshomaru nació, creció, y ahora gobernaba.
ESTÁS LEYENDO
Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 3.
FanfictionEl día ha llegado. Rin ha tomado la decisión de seguir a Sesshomaru. Él la lleva a vivir consigo a las Tierras del Oeste para protegerla de una nueva amenaza... Rin ya no es la misma niña que viajó a su lado algunos años atrás. Es inevitable, no pen...