Un nuevo día acaba de dar inicio. Rin abre sus ojos muy temprano.. Su cabeza duele mucho... Trata de moverse pero le es imposible.. Abre sus ojos con curiosidad y se da cuenta de que sigue abrazada a Sesshomaru quien la rodea con ambos brazos.. Está muy, muy junto a él... Según recuerda, la distancia entre ambos era mayor.. ¿Qué había ocurrido durante la noche? ¿Fue ella quien inconscientemente se acercó más a él? ¿Sería él?... Probablemente no... ¡Por fortuna ha despertado antes que Sesshomaru... O eso cree ella...
Lo observa a detalle... Su rostro está tan cerca... Puede ver su semblante tranquilo, muy distinto al que muestra durante el día.. Su rostro es tan hermoso y perfecto... No.. Algo le falta... Sus labios sobre los suyos... Sonríe a la vez que se contiene de besarlo en ese preciso momento, no quisiera despertarlo... No antes de estar lista para él... Con muchísimo cuidado se escabulle de su abrazo y se pone de pie. Trata de hacer todo con el mayor silencio posible.. Toma sus cosas y corre a darse un baño.
Sesshomaru está alerta, sabe muy bien lo que ella hace, pero finge estar dormido... En realidad había despertado mucho antes que ella, y estuvo un largo rato observándola... Cuando sus facciones se contrajeron en señal de que ella había despertado, inmediatamente cerró sus ojos.. Tenía curiosidad por lo que ella haría... Esperaba que, tal cual ocurrió aquél día en la cabaña, ella lo besara al despertar... Contrario a eso escapó de su abrazo y se fue... ¡¡Tenía unas malditas ganas de impedírselo!! De que ella continuara ahí, entre sus brazos.. Podría estar todo el día ahí, recostado, abrazándola, observándola, besándola, viéndola sonreír...
Esta vez no iba a permitir, que por ningún motivo, ella se apartara nuevamente de su lado. No iba a tolerar que nadie, absolutamente nadie, interfiriera entre ellos. Ningún maldito ser tenía por que borrar la sonrisa del rostro de Rin. Quien lo hiciere no merecía más que morir. Ya se lo había dicho... Si tenía que matar porque ella siguiera a su lado, lo haría... El sólo hecho de pensar que ella pudo haberse marchado le llena de un completo terror... De ninguna manera hubiera podido ser capaz de continuar sin ella a su lado.
Luego de unos minutos Rin ha terminado de bañarse, se viste rápidamente... Un tenue lamento llama la atención de Sesshomaru... ¿Qué ocurría con ella?... Quiso ir a cersiorarse de que todo estuviera bien, pero no podía entrar a donde ella estaba... Tras pocos segundos se da cuenta de que al parecer, todo está bien... Rin se está cambiando de ropa... Utiliza un kimono que no se sentía de utilizar... Utiliza una fragancia de shiso, jazmín y patchuli, le trae buenos recuerdos... Comienza a cepillar su cabello y está indecisa... No sabe que accesorios usar con ese kimono anaranjado... Utiliza el nuevo collar con un caballito de mar, pero... ¿Qué aretes serán adecuados?... En sus manos hay tres pares de aretes de diferentes colores y formas... Perlas blancas, gotas rosadas y estrellas doradas.. Su rostro refleja angustia.. ¿Cuáles debería usar? Teme que no elegir un buen juego para su nuevo collar.
Sin que Rin se de cuenta, Sesshomaru se ha puesto de pie, avanza hacia ella... Toma entre sus manos el cabello de ella.. Roza ligeramente su cuello con sus dedos y ella se sobresalta, un poco asustada, un poco sorprendida, un poco nerviosa... Lo coloca sobre su hombro derecho, posa sus manos sobre los hombros de ella y se acerca a su oído.
Sesshomaru: Cualquiera se verá bien Rin.
Rin: (Gira inmediatamente a verlo. Su sonrojo y nerviosismo son muy notorios) ¡¡Señor Sesshomaru!! ¿¿Hace mucho que despertó??
Sesshomaru: No... ¿Tienes prisa?
Rin sonríe forzadamente lo cual llama la atención de Sesshomaru... Nuevamente un tenue lamento escapa de sus labios... Cierra sus ojos y coloca su mano derecha sobre su sien... Voltea a verlo y le habla con dificultad.
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Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 3.
FanfictionEl día ha llegado. Rin ha tomado la decisión de seguir a Sesshomaru. Él la lleva a vivir consigo a las Tierras del Oeste para protegerla de una nueva amenaza... Rin ya no es la misma niña que viajó a su lado algunos años atrás. Es inevitable, no pen...