Sesshomaru accedió a permanecer con Rin dentro de la cabaña mientras ella terminaba de guardar sus pertenencias, bajo la condición de que al cesar la lluvia ambos se marcharían inmediatamente al palacio.
Han transcurrido doce minutos y Rin ya ha terminado de preparar su equipaje, se asoma por una ventana y se da cuenta que la lluvia cae con menos fuerza, sin embargo, no cesa aún.
Sesshomaru ha observado cada uno de sus movimientos.. Ella parece un poco más tranquila ahora.. Mientras ella se asoma por una ventana, toma con sus manos un par de sábanas que se encuentran sobre un mueble.. La llama para que se dirija a donde él se encuentra... Le preocupa el hecho de que Rin no se cambiara de ropa. Ella se sienta frente a él y él con esas dos sábanas la ha abrigado.. Su mokomoko sería un abrigo perfecto para este momento, pero se ha empapado con la lluvia y difícilmente podría secarse ahora. Tampoco la abraza puesto que de igual manera, sus ropas están completamente mojadas.
Rin se encuentra sentada frente a él, contándole lo que ha ocurrido durante esos días en la aldea... A Sesshomaru en realidad, no le interesa saber nada sobre Kaede, Sango, Miroku, InuYasha, Aome ni nadie en absoluto... Pero escucharla y verla hablar con ese entusiasmo es algo que siempre le ha agradado.
Los recuerdos llegan a él y no puede evitar hacer una comparación entre las mismas situaciones en diferentes tiempos.. Hace 4 años aproximadamente, la misma Rin que tenía frente a él tenía un comportamiento completamente distinto... Temía hablar, se mostraba nerviosa frente a él, se apenaba demasiado por cualquier cosa...
Recuerda la conversación que escuchó entre Jaken y ella... Cuando le confesó sentir algo por él... Cuando dedujo que era una niña confundida y decidió alejarse... No debió alejarse de esa manera... Pero es que jamás imaginó, en ese momento, que esa niña se convertiría en absolutamente todo para él, que sin ella a su lado se perdería el sentido de absolutamente todo.. Luego de la visión que tuvo dentro de aquella esfera, había aceptado al fin, que ella era la mujer indicada para él, aunque no se lo dijera... No aún.
Rin: (Emocionada) Entonces cuando la señora Kaede lanzó el conjuro el espíritu de la mantarraya salió del cuerpo del hombre ¡Y era espantoso! Debo confesarle que tuve mucho miedo al verlo.. Pero entonces fue que llegó el señor Miroku y con un pergamino lo desintegró al fin... El hombre que estaba poseído no recordaba nada absolutamente, y su esposa le dijo que...
Sesshomaru: (Ha estado contemplando su belleza todo este tiempo que no ha escuchado una sola palabra) Rin.
Rin: ¿Si?
Sesshomaru se acerca a ella y la besa con gran ternura a la vez que acaricia su mejilla... La lluvia ahora cae con mucha menor intensidad, casi es momento de partir... Recuerda el "reclamo" hecho por ella un rato atrás... "¿Por qué no ha vuelto a tocarme de esa manera?"... ¿Causarle repulsión? Si ella era lo que él más deseaba en el mundo... ¿Cómo podía creer eso?.. Si supiera ella como deseaba tocar cada parte de su cuerpo, tenerla entre sus brazos diciendo su nombre una y otra vez... Pero al mismo tiempo, tenía tanto miedo de tocarla de esa manera, de no poder controlar sus instintos, de llegar a lastimarla por complacer sus deseos...
Él un maldito asesino, y ella una tierna e inocente criatura... ¿Por qué tan hermoso ser llegó a su vida? Realmente, no creía haber hecho absolutamente nada para merecer el tener a su lado a una mujer como ella.. Se juró alguna vez nunca llegar a tocarla de esa manera.. Nunca consideró a nadie, a ningún maldito ser digno de tenerla a ella, incluso él no se creía merecedor de tan puro amor.. Pero.. ¿Qué podía hacer en contra de ese sentimiento de serenidad, de paz, de felicidad, de amor, que surgía en su pecho al estar a su lado, al tocarla, al besarla, incluso al únicamente pensar en ella?...
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Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 3.
FanfictionEl día ha llegado. Rin ha tomado la decisión de seguir a Sesshomaru. Él la lleva a vivir consigo a las Tierras del Oeste para protegerla de una nueva amenaza... Rin ya no es la misma niña que viajó a su lado algunos años atrás. Es inevitable, no pen...