65. El Este bajo su dominio.

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Apenas diez minutos han transcurrido desde que ambos han tomado su lugar y la mesa comienza a servirse... Diez minutos después de ver desfilar a los sirvientes, al fin, todo lo que ha ordenado Sesshomaru se ha servido... Es sin duda, un gran banquete, digno de la celebración de un emperador.... Rin, en verdad no puede creerlo.

Rin: (Sorprendida) Señor Sesshomaru, pero... Esto es demasiado.

Sesshomaru: (Muy serio) Debes comerlo todo.

Rin: (Asustada) Pero... ¡¡Son veinticinco platillos diferentes!!

Sesshomaru: Si.. Y será mejor que comiences ya.

La verdad es que era imposible consumirlo todo. Él debía saberlo.. Además, era humana, tanta comida podría indigestarla o causarle algún malestar... Claro que comió todo lo que le fue posible hasta que su estómago quedó muy muy lleno... No podía desperdiciar el resto de la comida así que pidió que se le entregara a Bingo, él siempre tenía hambre... El ex-comandante, muy agradecido devoró todo en pocos minutos.

Comienza ya a oscurecer y es momento de que todos se retiren a sus respectivas habitaciones.. Sesshomaru y Rin subieron juntos hasta llegar a aquél pasillo que separaba las puertas de ambos dormitorios... Rin no dejaba de acomodar su ropa, de cepillar su cabello con sus dedos, de mover sus dedos como lo hacía cuando estaba nerviosa... Era claro que estaba demasiado intranquila y muy visiblemente apenada puesto que todo este tiempo había evitado su mirada.

Rin está segura de que ahora será momento de continuar con lo que había quedado pendiente.. Nuevamente el pánico se apodera de ella al no saber como actuar ante tal situación.. Ella no opuso resistencia alguna, en ningún momento, ante las caricias de su querido señor Sesshomaru. Estuvo totalmente dispuesta a ceder ante él y eso quizá no era correcto... 

Recuerda en este momento las palabras de Dan... No sabía a ciencia cierta que clase de relación tenía con Sesshomaru y en cierta forma esto le afectaba un poco... Este tipo de relaciones deben ser diferentes para humanos y demonios, pero no era momento de preguntar ahora... No puede evitar pensar, con tristeza, que él nunca la tomaría completamente en serio dada su condición humana.

Al fin se encuentran de pie en aquél pasillo, frente a las puertas de sus respectivas habitaciones. Sesshomaru ha estado pendiente de cada movimiento, de cada gesto, de cada suspiro... La ha observado y escuchado discretamente todo este tiempo... Su mirada perdida en la nada, justo en este momento, refleja preocupación, angustia, temor.. Sabe bien que es por lo que ha ocurrido en su habitación un par de horas atrás.

De repente, sus latidos comienzan a ser más rápidos. Rin parece estar indecisa... Sesshomaru voltea a verla de reojo y se da cuenta que ella parece confundida, y es que no sabe a qué habitación debe entrar... Sesshomaru abre la puerta de la habitación de Rin, quien lo observa sorprendida y reacciona instantáneamente.

Rin: ¡Señor Sesshomaru! Yo...

Sesshomaru: Entra Rin.

Rin: Si...

Rin ingresa a su habitación, entrelaza sus dos manos y las coloca a la altura de su pecho.. Toma todo el aire que sus pulmones pueden acaparar, tratando de esta forma de calmar sus nervios.. Sesshomaru cierra la puerta tras de si y coloca el seguro de ésta... Luego de lo ocurrido con Jaken debería incluso poner un conjuro sobre ambas puertas para que absolutamente nadie los moleste. Al escuchar el sonido del seguro, Rin siente palidecer.

Ella permanece de espaldas a él, quien detenidamente la observa... Tan pequeña, tan delgada, tan frágil, temblando ante el temor de enfrentarse a una situación nueva para ella... Y aunque la situación de un par de horas atrás se había encaminado a lo ocurrido, era obvio que ella no estaba del todo lista para este momento... 

Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 3.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora