Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 3.

23. Ese perro no muerde.

Fueron tantas cosas las que ocurrieron en unos pocos minutos, que Rin no lograba salir de ese trance al que había ingresado al recordar cada detalle... La forma en que él la miraba, una extraña mirada que nunca antes le había demostrado. Cuando tocó sus labios con sus dedos. Sus palabras, el tono de su voz. Su respiración, su aliento sobre su cuello, esa cercanía, su tacto... La forma en que desató su obi y deslizó su kimono para despojarla de él... No podía apartar esos recuerdos de su mente.

Luego de retirar el maquillaje de su rostro, de lavar su cara, de deshacer su peinado y cepillar nuevamente su cabello, se recuesta sobre el futón para continuar recordando todo lo acontecido.. Fueron tantas cosas a lo largo del día, que no se dio cuenta en qué momento el sueño la venció por completo.

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Minutos después de que los rayos del Sol anunciaran la llegada del nuevo día, una mujer de semblante alegre y tranquilo toca a la habitación de Rin en dos ocasiones. No recibe respuesta alguna así que decide entrar.. Se da cuenta de que la joven aún duerme plácidamente, decide no despertarla aún... Traslada el agua hasta la tina de baño, usando sus poderes regula la temperatura, el agua está tibia, es perfecta... Es momento de despertar a Rin.

Katia se acerca a ella, la joven está cubierta con una sábana que sólo deja al descubierto su cabeza.. Le habla pero ella ni se inmuta. Se acerca a moverla y hablarle de nueva cuenta. Rin perezosamente abre sus ojos, parpadea tres veces antes de enfocar bien la imagen de Katia frente a ella. Acto seguido, se incorpora de golpe, se sienta sobre el futón, parece alarmada.

Rin: ¡¡Katia!! ¿¿Qué hora es??

Katia: (Sonríe) Ya es hora de despertar pequeña Rin.

La adorable mujer dirige su mirada hacia Rin, en un segundo su sonrisa desaparece mostrando una tremenda impresión. Rin no entiende por qué ha ocurrido esto. ¿Por qué la ve así? De repente Katia la observa muy asombrada, incluso podría decir que algo asustada, con gran curiosidad..

Rin: ¿Que ocurre Katia? ¿Por qué me ve de esa manera?

Katia: (Titubea al hablar) ¿Por que? ¿Por qué tú? Rin... ¿Por qué tienes puesta la ropa de Sesshomaru?

Rin: (Desconcertada y nerviosa) ¿Que? (Ve sus ropas, debido a la impresión que sentía, no se le ocurrió cambiarse de ropa, y con esa prenda puesta fue que se quedó dormida). ¡¡¡Aaaaaah!!! ¡¡No me di cuenta!!

Katia: Esto es... es extraño.

Rin: ¿Como? ¿Extraño?

Katia: (Se acerca a verla con mucha curiosidad) Es de tu medida. Pero es como la de Sesshomaru. Rin... (La ve de forma curiosa) ¿Por qué tienes una prenda así?

Rin: (Se ha puesto más nerviosa aún.. ¿Cómo explicar toda la historia? No deseaba ni  siquiera recordarla). Bueno yo... Es que... ¡¡No le diga a nadie que me vio con esto puesto, por favor!!

Katia: ¿Él sabe que la tienes?

Rin: Si.

Katia: (Sonríe) No diré nada, lo prometo Rin. Pero dime... ¿Por qué la tienes? ¿Qué es lo que ha ocurrido entre ustedes? Ayer lo vi entrar aquí pero... No vi nada extraño en él al salir.. ¿Es que ocurrió algo en ese lapso de tiempo?

Rin: ¡¡¡Noooo!!! ¡¡¡Cómo se le ocurre!!! Eso no... Lo que pasa es que... El... Él me la regaló.

Katia: Ajá... ¿Y por qué? (La sigue viendo como si sospechara algo muy grave).

Rin: (Se para de inmediato) Bueno Katia... Yo... Creo que... ¡¡Debo bañarme!! Se hace tarde... Con permiso.

Katia: ¡Rin! Jajajaja. Tu actitud te delata.