Con el señor Sesshomaru para siempre. PARTE 3.

37. ¡No necesito tu lástima!

Era noche ya cuando comenzaba a llover. Rin, muy feliz se ha recostado en su futón, con una gran sonrisa en su rostro recordaba lo ocurrido durante el día... Luego de desayunar, acompañó a Sesshomaru a reunirse con sus comandantes, hablaron sobre un problema en uno de los territorios, donde algunos soldados se habían rebelado contra su líder, sin derivar en un mayor incidente que la aniquilación de esos hombres. 

Los comandantes se retiraron a sus respectivos campos de entrenamiento, y fue entonces que él le mostró algunos mapas, continuaba explicándole e informándole sobre cada uno de los territorios pertenecientes a sus dominios... Podría parecer aburrido y agotador, pero a Rin le agradaba de sobremanera conocer todo lo que su amo Sesshomaru hacía.

Desde aquél día en que se llevo a cabo la reunión, luego de lo sucedido en aquella cabaña, las cosas habían cambiado.. Él procuraba pasar más tiempo a su lado y en ocasiones se mostraba muy cariñoso con ella. Las palabras no eran su fuerte, pero con cada acción, cada beso, cada caricia, manifestaba el cariño que sentía por ella.

No desaprovechaba un sólo momento en privado, se acercaba a ella, para abrazarla, para acariciar su cabello, para acariciar sus mejillas, su piel, para entrelazar sus manos con las suyas, para besarla con ternura... Ahora no era tan inexperta como lo fue aquél día en la cabaña... 

Además, los largos paseos tomados de la mano, las visitas al jardín, cuando él colocaba flores en su cabello, cuando llegaba a su habitación con nuevos libros para escucharla leer o cuando visitaban nuevamente aquella cabaña, que ella se estaba encargando de decorar... Cada momento a su lado era mágico, único y especial.

En tres días más se cumpliría un mes desde esa noche en que ambos confesaron sus sentimientos. ¡Tenía que ser un día especial! Podría obsequiarle algo.. ¿Pero qué? Él parecía tenerlo todo... ¿Cocinarle algo? Sería buena opción... Quizá pasar todo el día juntos.. Pero.. ¿A él le agradaría la idea? Tal vez no necesitaba decírselo, únicamente hacerlo y pedirle que por ese día la acompañase todo el tiempo.. 

Habían dormido juntos en algunas ocasiones más.. En la habitación de Rin... Dormir recargada en su pecho era, sin duda, una magnífica sensación. Sentirse amada y protegida por él, por el hombre de quien se enamoró siendo aún una niña, era sin duda la mejor sensación del mundo. 

Y su mirada... Esa forma en que fijaba sus ojos en ella.. Bingo tenía razón.. Él la veía de una forma especial.. Y aunque Sesshomaru no lo admitiera, con esa mirada le expresaba el amor que sentía por ella... Estaba segura de eso.. Que era amor.

En alguna ocasión, tocaron el tema de Fuji y Keiko.. Aunque él no deseaba entrar en detalles, ella confiaba en sus palabras.. Entendía que no debía preocuparse por lo ocurrido cientos de años atrás.. Él ahora estaba a su lado, y ella confiaba ciegamente en su fidelidad.. Era muy notorio el rechazo que manifestaba hacia esas mujeres en todo momento.. Además, se lo prometió, sus besos y caricias serían, a partir de aquél momento, únicamente de ella.

La lluvia caía con mayor fuerza, el viento soplaba fuerte, y aunque los truenos eran escasos, era una tormenta después de todo... Sesshomaru le dijo que si necesitaba de él, de su ayuda, o simplemente de su compañía, era libre, en cualquier momento de llamarlo o buscarlo en su habitación... Tal vez hoy tenía un buen pretexto para obtener un abrazo de su parte, y quien sabe, quizá dormir a su lado una vez más. 

Lo pensó un poco, estuvo a punto de abrir la puerta de su habitación en dos ocasiones, a la tercera lo hizo. Salió de su habitación y caminó unos pasos para dirigirse a la de Sesshomaru. Estuvo unos momentos parada ahí, frente a su puerta. Nunca antes había entrado a su habitación, tenia curiosidad, ¿Cómo sería? Tocó, pero para su mala suerte en ese momento un trueno se escuchó, el viento golpeaba con fuerza así que posiblemente él no escucharía los tenues golpes que ella daba. Decidió abrir la puerta. Él no se molestaría... ¿O sí?