Un día antes de la fiesta, Ginny Weasley se compró un hermoso vestido rojo que resaltaba sus curvas y su hermosa melena color fuego. Ese día Lucius quedó de pasar por ella a las 7 de la noche, por lo que tuvo tiempo de sobra para arreglarse durante el transcurso de la tarde.
Había pasado una semana... ¡Una semana! Una maldita semana que era una lenta tortura. Era terrible que su jefe no la mirara aunque fuera un segundo. El mayor de los Malfoy no le hablaba, no la tocaba... ¡Cuánto daría por una simple caricia!
Afortunadamente, no tuvo noticias de Harry o su familia en esos días y no le importaba, su hermano debía encontrarse feliz en su luna de miel. Ella también se sintió feliz al pensar en los recién casados. Se merecían toda la felicidad del mundo después de tanto sufrimiento.
Después de la guerra, Ginny creía, que todos merecían una mejor historia.
Cuando terminó se miró al espejo, le gustó lo que vio. Su largo cabello rojo iba suelto, pero con un enorme pasador rojo al lado izquierdo... El vestido remarcaba sus senos y alargaba sus piernas, pues era corto y algo entallado. Se puso tacones en color plata y tomó su bolso a juego con los mismos, justo en ese instante alguien tocó. Supuso que era él... ¡Por Merlín! se iba a volver loca... Antes entraba cuando se le daba la gana y ahora hasta tocaba, maldito Harry Potter por haberla besado.
Abrió y se quedó sin habla.
Lucius Malfoy se veía tan sexy y atractivo, parecía un dios Griego con su cabello claro, sus ojos grises, su cuerpo... Iba de saco, era verdad, pero el blanco con una rosa en el bolsillo le quedaba tan bien... y la rosa roja lucía perfecta al pararse junto a su asistente. Él también se sorprendió, pero se controló... Hizo un esfuerzo sobremágico para no lanzarse sobre el cuello desnudo de la bruja y hacerle el amor allí mismo.
—Nos vamos —habló con aspereza—.
Ginny asintió y se colgó de su brazo emprendiendo la marcha.
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Cuando llegaron al enorme salón Ginny tuvo que luchar por mantener la boca cerrada. No recordaba haber asistido jamás a un evento tan elegante. Harry odiaba los eventos ostentosos, siempre enarboló una bandera de sincera humildad que a la pelirroja nunca le molestó, principalmente porque durante su juventud Ginny odiaba vestirse de forma femenina. Era feliz simplemente usando sus jeans preferidos y una blusa cualquiera.
No supo en qué momento empezó a cambiar, quizá después de la guerra, porque sentirse bonita fue la mejor arma que encontró para olvidar todo el dolor del pasado.
Por su parte, su familia siempre fue pobre, así que tampoco acostumbraba a ir a eventos así de elegantes. No había visto algo más allá de los banquetes de Hogwarts, venía de una familia muy humilde... así que fue imposible no espantarse... No esperó que la cena a la cual Lucius la había invitado fuese una gran fiesta con cientos de personas que Ginny no conocía.
Lucius pudo sentir el temor de la joven por lo que le ofreció su brazo y ella se aferró suavemente a él como una quinceañera a su chambelán.
Entraron y todas las miradas se posaron en aquel mago tan poderoso, sin faltar las miradas asesinas de las mujeres hacia Ginny. Margaret Parkinson y su esposo fueron los primeros en saludarlo, ella molesta por verlo junto a su asistente pero disimulando bien ante su esposo.
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SEÑOR AMANTE (Lucius Malfoy y Ginny Weasley)
FanfictionTodo cambia para Ginny Weasley cuando Harry Potter le dice que no la ama más. ¿Qué pasará cuando la menor de los Weasley huya de casa y se convierta en la secretaria de Lucius Malfoy? ¿Podrá el mortífago que alguna vez trató de matarla enamorarse de...