CORAZONES PARTIDOS

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Sé que no tengo perdón de Dios. En serio me disculpo por la demora y me disculpo de antemano por las faltas de ortografía... Son las 3 am. Mañana sin falta corrijo todo, por ahora no los quiero hacer esperar más.

Nos vemos en las notas finales. Gracias por su paciencia.


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Todo el contenido de la bolsa de aquella bruja fue a parar a la cabeza del mago, quien en vano trataba de cubrirse con ambos brazos. Ni tiempo le había dado de sacar su varita, pues la mujer tan pronto le vio llegar comenzó a darle con todo cuánto encontraba a su paso. Desde polvo para el rostro, rubor, labiales, un perfume, un espejo, un peine... ¡un par de bolígrafos! ¡Una pequeña botella de agua! ¡Todo! ¡Todo! ¡Incluso su móvil estaba en el suelo, aparentemente partido en dos debido a la fuerza con que fue arrojado! 

Blaise Zabini estaba seguro de que si la mujer tuviese una lechuza cerca, también la lechuza habría ido a parar a su cabeza.

—¡La puta madre, Pansy! —Gritó—. ¿Qué coño te pasa? ¡Deja de actuar como una loca!

—¡La puta madre tuya, Blaise Zabini! —Gritó la bruja cayendo a golpes sobre el mago. Sus manos golpeaban donde podían y debido a esa cercanía, el moreno, visiblemente más alto y robusto que la mujer, la tomó firmemente por las muñecas sacudiéndola con algo de ferocidad.

—¡Ya basta!

—¡Eres un imbécil! —Escupió sobre su rostro.

Blaise apenas cerró los ojos y la soltó de golpe. Se llevó la diestra a su mejilla retirándose aquella saliva y terminó por sacar su pañuelo para limpiarse. Su mandíbula se tensó como siempre que se encontraba molesto y fulminó a la mujer con la mirada. Estaban dando todo un espectáculo afuera de su departamento de soltero, el lugar a donde Blaise iba cuando no se encontraba con ella o en casa de su madre. Algo le decía, concretamente la llamada perdida de su madre, que su novia, o quien aún creía que lo era, le había buscado previamente allá y al no encontrarlo literalmente corrió a su departamento donde le esperó por al menos dos horas, pues antes el mago hizo escala en casa de Ginny, lugar donde dejó a una preocupada Narcissa y a un cabizbajo Draco.

—¿Ya terminaste? —Preguntó luego de un rato.

Pansy Parkinson quien en todo el rato había permanecido en un estado de euforia total, finalmente se quebró. Comenzó a llorar de forma desconsolada evitando el contacto del hombre. Blaise al verla de esa manera suavizó su semblante y trató de tocarla, de un momento a otro quiso envolverla en sus brazos. Tenía, literalmente, años sin verla llorar. ¿Entonces por qué ahora...?

—Princesa... —La llamó con suavidad.

—¿Por qué me hiciste esto? ¡¿Por qué?!

—Yo no entiendo...

—¡¿Por qué me mentiste?! Todo este tiempo... ¡tu trabajo no fue más que un estúpido pretexto! ¡Dime! ¿Te gusta mucho esa mujer?

—Pansy...

—¡Contéstame! Vi cómo la tomabas de la mano... vi la manera en que sonreías a su lado. ¡Lo vi todo! ¿Cuándo pensabas decírmelo, mh? ¡Coño, Blaise! ¿Acaso aún formo parte de tus planes? Porque por lo que veo... tú ya tienes muy claro a quien quieres tener en tu vida. ¿No es así, futuro Ministro de Magia?

SEÑOR AMANTE (Lucius Malfoy y Ginny Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora