VIAJE

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Ginny suspiraba apoyada en el escritorio de su jefe mientras Lucius metía sus manos bajo su vestido y succionaba su cuello con desesperación, con hambre y urgencia.

—Ba... basta...

—Quiero que seas mía

Se sentó en la silla y la colocó sobre sus piernas... Ginny comenzó a moverse de arriba abajo, sonrojada. Jamás imaginó estar en aquella situación... tan... ¿vergonzosa?

Lucius disfrutaba ver la expresión de su cara al subir y bajar sobre su miembro... sus pechos moviéndose al compás de su vaivén... Alcanzó el orgasmo en cuestión de minutos soltando un gran gemido. No tuvieron tiempo de calmarse pues la puerta se abrió y Ginny saltó lejos de las piernas de su jefe... se irguió junto al escritorio y observó al causante de la interrupción.

—Lo lamento —se sonrojó Rubén—. Yo no vi nada.

Era cierto, no había visto nada pero se lo imaginaba...

—No seas tonto —habló su jefe—, que santo no eres. Anda habla pronto que tengo prisa.

—Vengo a decirle que el chofer está listo, sólo espera su orden.

—Dile que en seguida bajo

—Claro

Rubén salió velozmente, no quería que su jefe se molestara por ver algo prohibido.

—¿A dónde va?

—Salgo de viaje

—¿De viaje? —se desilusionó la pelirroja. No tenía idea acerca de un viaje. Se suponía que como secretaria debería de estar al tanto de sus planes de su jefe, pero este viaje la tomó por sorpresa.

—Sí... saldré un par de semanas. Así que te quedarás a cargo de mis asuntos personales. Quiero que hagas una cita con mi socio principal y que me informes al regreso todo lo que ocurra en mi ausencia, desde lo bueno hasta lo peor.

—De acuerdo.

Tomó el saco del perchero y se acomodó la corbata, luego la miró y la besó por largo rato... Ginny le rodeó el cuello con ambas manos e instintivamente colocó las piernas alrededor de su cintura... pero él la apartó. Un segundo más y no se contendría... le dio un fugaz toque de labios y salió dejando a una Ginny profundamente triste, que murmuró:

—Lo amo Lucius Malfoy... te amo...



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—Miss Weasley —llamó Rubén—. Me alegro de que aún no se vaya.

—Tengo un poco de trabajo, pero... me iré en unos 10 minutos ¿ocurre algo?

—No, en realidad acaba de llegar esta carta para usted, la trajo una lechuza pero se equivocó de piso.

—¡Pidgwenton! —rió Ginny.

—¿Quién?

—La lechuza de mi familia, muchas gracias Rubén.

—De nada y... ¿miss Weasley? —preguntó—. ¿Podría hablar con usted?

—Claro, Rubén... me preocupas...

—No es nada malo —le dijo—, pero no quisiera molestarla u... ofenderla...

—Para nada ¿qué ocurre?

—Tenga mucho cuidado con el señor Malfoy —soltó con cautela—. Él no es hombre de una sola mujer, le encanta divertirse... beber... acostarse con mujeres hermosas, incluso cortejas chicas lindas, pero no se enamora. NUNCA.

—¿Por qué me dices esto?

—Porque usted es muy bonita... y... bueno, lo que vi hace rato no fue precisamente una junta de trabajo.

—Rubén yo...No es lo que p-...

—No se moleste, ya estoy acostumbrado. Por eso, se lo advierto, tenía que decirlo no me hubiera perdonado jamás verla sufrir por mi jefe. Sólo téngalo en cuenta —sonrió, en verdad la apreciaba.

—Lo haré, gracias, Rubén.

—Que pase una excelente noche.

—Igual —respondió fingiendo una sonrisa. Aquel comentario la había dejado muy triste. ¿Qué Lucius Malfoy no era de una sola mujer? Ya lo sabía, pero eso tenían que decírselo a su corazón que le pertenecía por completo... tenía unas horas que se había ido y ya lo extrañaba... algo oprimía su pecho, estaba preocupada y pedía a Merlín que llegara bien a su destino.

Un poco nerviosa abrió la carta y contempló con satisfacción la letra de Hermione:


Ginny:

Mañana iré a realizar algunas compras para la boda ¿puedes acompañarme? Necesito que alguien vaya conmigo y tu mamá no creo que sea la persona indicada... digo... ya sabes lo alocada que puede ser en ocasiones, así que pensé en mi querida cuñada... ¿podrás?

Ron te manda muchos saludos, dice que te extraña... la verdad todos te echamos de menos, hasta Harry... le hemos preguntado a Luna por ti, pero dice que no han hablado ¿pasó algo?

Responde pronto.

Tu querida amiga,

Herm Weasley (casi, casi...)


Ginny sonrió con el nombre... Hermione Weasley... ¡qué raro sonaba aquello! Había soñado tanto con llegar a ser Ginny Potter... pero eso se antojaba tan lejano ahora... ¿Y qué tal Ginny Malfoy? No... Ginny era muy tierno y Malfoy tan poderoso... pero el mago la llamaba por su nombre completo Ginevra y ese no quedaba mal... GINEVRA MALFOY... sacudió la cabeza... ¿en qué estaba pensando? Tomó una pluma, pergamino y comenzó a redactar su respuesta.


Herm:

Afortunadamente mi jefe salió de vacaciones pero tengo unos trabajos que dejar listos, mañana como es viernes espero salir antes, ¿te parece si vamos el sábado?

Te espero a las 10 am en mi departamento, así sirve que lo conoces... y please... dale la dirección a todos menos a mis hermanos...

Nos vemos y no te preocupes, me encargaré de que tu boda quede perfecta.

Ginny


Caminó hacia el escritorio de Rubén y le pidió de favor que mandara la carta con una lechuza de la empresa.

—Con mucho gusto

—Pero... ¿podrías quitarles el saco?

—¿Por qué?

—Pues... porque no quiero que mi mamá se espante cuando vea lechuzas con uniforme... va a decir qué donde trabajo... tú sabes...

—Bien

—O... ¿sólo les puedes quitar la insignia?

—El logo MS... claro

—Gracias, hasta mañana —se despidió, alegrándose de que Hermione no viera a las lechuzas con la inicial de la empresa. Era muy inteligente y podría darse cuenta.

No se apresuró en llegar a su casa, Lucius no iría aquella noche, se había acostumbrado tanto a su compañía que resultaría muy raro dormir sola, pero a decir verdad, él no se quedaba a dormir, siempre se iba.

Siempre.

SEÑOR AMANTE (Lucius Malfoy y Ginny Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora