GUSTO EN VERTE. LÁSTIMA NO DECIR LO MISMO.

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Lucius tomó a Ginny por la cintura y plantó un enorme beso en los labios color carmín al tiempo que acariciaba la melena rojiza que tanto le gustaba, ella rió nerviosa y lo separó de forma juguetona.


—Nos verán...

—¿Y qué?—Rió el mago volviendo a besarla—. Que lo sepa el mundo, amor. Amo a Ginny Weasley y soy el hombre más feliz sobre la faz de la tierra, ¿es acaso un delito estar enamorado?

—El amor jamás será delito —acarició su mejilla—. Delito es enamorarte de la persona equivocada.

—Entonces tengo condena de por vida —sonrió de lado y dio un pequeño beso a su nariz—. Acepto esa condena, siempre y cuando prometas estar conmigo en todo momento.

—Lo prometo —sonrió la joven con emoción y le abrazo con fuerza.

—Te recuerdo que es un lugar público —bromeó su señor amante—, pueden vernos.

—¡Qué importa! —Ahora fue ella la que rió con diversión—. Que todo el mundo mágico sepa que tengo dueño y es Lucius Malfoy.

—Solo mía —sonrió pegándola más a su cuerpo—, total y solo mía.

—Solo tuya, mi amor —le miró sonrojada. 


Lo amaba como no creyó ser capaz de amar a nadie. junto a él había aprendido lo que era sentir pasión y deseo, con él había vivido muchas cosas que la hicieron madurar, crecer como mujer, era su mujer y deseaba serlo siempre.


—Lucius... —murmuró Ginny con temor, el hombre la miró, tenía las mejillas pálidas y los ojos cubiertos de lágrimas.

—¿Qué sucede? —preguntó con preocupación.

—¡Desmaius! —gritó una voz a espaldas del rubio quien salió despedido hacia un costado de la chica, su cuerpo fue a estrellarse contra una estantería de frutas. El gran Harry Potter se hallaba de pie ante él, enarbolando la varita con furia.

—¡Potter! —Gritó desde el suelo—. Nos volvemos a ver.

—¡Por desgracia, honorable señor Malfoy! —Escupió con furia con ojos centellantes con la sombra de la serpiente que siempre debió ser, con la sombra de Tom Marvolo Riddle tras él.

—¡Lárgate por donde llegaste, Potter! —Exigió poniéndose en pie con algo de dificultad, mostrando al mortífago que se escondía en él, ese que nunca dejó las artes oscuras esperando el retorno de su maestro.

—¡Exijo una maldita explicación a esto! —Miró a Ginny quien lloraba en forma inconsciente.

—¡No le grites! —Tronó Lucius apuntándolo con la vieja varita de olmo.

—¡Yo le hablo como se me pegue la regalada gana! —Harry estaba fuera de sí.


¡El maldito padre del hurón era el amante de Ginny! La había visto besándose con él, la había visto sonreír a su lado, ¡qué coraje sintió! El héroe vencido por el villano, el gran Harry Potter derrotado por una mugre cucaracha, por un maldito mortífago que además de maldito era cobarde como todo Malfoy suele ser.


—¡Harry, detente! —Suplicó Ginny llorando, presa de pánico al ver a esos dos hombres frente a frente, al sentir que el momento de decir la verdad ante todos se estaba acercando. Se sintió pequeña e indefensa, se sintió la peor persona del mundo, deseó morir con todas sus fuerzas, eso deseó.

SEÑOR AMANTE (Lucius Malfoy y Ginny Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora