Ginny se despertó muy temprano, miró a su alrededor y el ver su bata tirada, abandonada en el suelo de su habitación, le hizo recordar que todo había sido real. Había alcanzado un placer que creyó inexistente, recordó los besos lentos de su jefe, sus embestidas... y recordó la sensación que tuvo al sentir su lengua en su parte más íntima... había sido algo extraño, es cierto, pero le había gustado y mucho, mucho.
Miró el reloj... ¡Por Merlín! ya debería estar en el trabajo, con todo se había olvidado de poner el despertador... corrió a su armario desnuda y sacó la primera ropa que encontró, no le importó que fuera un short y una blusa, tomó su bolso y salió a toda prisa. En el elevador sintió que moría, rogaba a Merlín que su jefe también se hubiera quedado dormido, pero apenas llegó al último piso, un enfurecido Lucius Malfoy regañaba a Rubén.
—¿Entendido?
—Sí señor —aceptó el empleado y se dirigió al elevador del que venía saliendo ella, llevaba la cabeza gacha, pero al pasar a su lado habló bajito.
—Hola
—Hola —sonrió Ginny de vuelta y avanzó al frente, deseando que ese hombre no la detuviera.
Lucius la contempló con enojo, ¿por qué iba vestida de aquella manera? No se veía mal, pero era la imagen de Malfoy Society. ¿Se puede saber que te ha pasado? —preguntó adoptando el papel de jefe indignado
—¿En verdad quiere saberlo? —Lo retó seductoramente Ginny pensando que no dejaría que la regañara por llegar tarde cuando fue él quien no la dejó dormir.
—Vaya, vaya —fingió no saber a qué se refería la pelirroja—. ¿Así que una visita nocturna, eh? Pues trate que esa visita no sea la causa de que llegue tarde a su trabajo en fechas posteriores.
—¿Por qué no se lo dice usted?
—¿Qué?
—Dígale a esa "visita" que no me desvele por las noches... que mi trabajo es muy, muy importante.
—Realmente no me importa si te desvela, niña, lo que me interesa es que llegues temprano —sonrió malévolamente—, ahora comienza a moverte.
Ginny caminó con furia hacia su escritorio mientras Malfoy sonreía, le encantaba que la mocosa tuviera agallas, llevaba el cierre del short abierto y aún no se daba cuenta, se notaba que se había levantado tarde... lo que más le encantaba era saber que el culpable de todo era él, no Potter... sólo él... por cierto ¿y Potter?
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Aquel día fue como los de siempre, salvo que a la salida Lucius se acercó hasta Ginny.
—Esta noche dile a tu visita que no te entretenga mucho —se burló tomándola por la cintura— porque a tu jefe le molesta que llegues tarde.
—Gracioso
—Gracias, pero no me caracterizo precisamente por ello.
Pronto juntó sus labios con los de ella y la besó hasta que se cansó, hasta que el aire le faltó. Aquel comentario y ese beso habían sido una advertencia de que aquella sería una larga noche.
Ginny llegó a su apartamento y se dispuso a ponerse el pijama, pero justo cuando entró a su cuarto alguien ya ocupaba su cama.
—¡Me asustó! —gritó
—Te advertí que vendría
—No, no lo hizo. Simplemente dijo que mi jefe se enojaría si llegaba tarde.
—Me he dado cuenta que te gusta que te hablen claro —sonrió al tiempo que se acercaba y la tomaba por la barbilla— pero conmigo eso no se puede... soy más fuerte que tú y las cosas se hacen a mi manera, no hay otra opción.
Mordió su cuello, pero Ginny lo tomó de la cara obligándolo a besarla, aquello confundió por un breve instante al rubio, mas le gustó que ella también participara.
Así comenzaron una batalla de lenguas mientras se despojaban poco a poco de la ropa...
—Sabes... que... en la... mañana... —dijo entre beso y beso ocupado en sacarle el short a SU pelirroja— llevabas... el cierre... abierto...
—No soy tan pervertida como usted —alegó dejándose tirar en la cama
—Lo serás —sonrió convencido de sus palabras—, muy pronto... lo serás...
Ginny quitó con desesperación la camisa del rubio y besó su pecho, sus hombros hasta que... la noche anterior no había reparado en su antebrazo izquierdo... un pequeño escalofrío recorrió su cuerpo al ver la marca tenebrosa grabada a fuego, aquella marca del que había causado tantas muertes y estuvo a punto de matar a Harry, su primer amor.
—No pasa nada —murmuró en tono suave tratando de calmarla.
—Lo sé —respondió ella con seguridad, algo le decía que él no iba a dañarla y entre sus brazos se sentía segura. Quizá estaba mal sentirse segura en brazos de un hombre que tanto daño había causado a su familia y amigos, pero ¿qué podía hacer?
Lucius descendió hasta sus pechos y de nuevo los admiró, le encantaban, toda ella lograba volverlo loco. Recorrió todo su cuerpo con la lengua haciéndola gemir de placer.
Al principio fue algo raro para Ginny dejar salir aquellos extraños sonidos, pero ahora le resultaba excitante, había descubierto, que entre más gritara, aquel hombre le daba mucho más placer.
Esta vez no se detuvo sino que llegó hasta su parte más íntima y pasó su lengua con suavidad, haciendo que Ginny gimiera... la notó tensarse un poco por lo que volvió a besar sus labios... cuando se hubo calmado regresó a lo que hacía antes... volvió a pasar su lengua, pero esta vez con rapidez... poniéndose a juguetear largo rato.
Ginny se retorcía en la cama, se aferraba a las sábanas y se mordía fuertemente los labios para no gritar más... aquel hombre jugaba con su parte... algunas veces rápido, otras lento... ¡cuanta desesperación!
Llegó un momento en el que creyó que iba a estallar, estaba llegando al orgasmo... no podía creer que la lengua de aquel hombre la llevara a tocar el cielo. Alcanzó su orgasmo con un enorme grito, pero no tuvo tiempo de recuperar su respiración, ahora faltaba que Lucius también disfrutara.
Sintió como acariciaba sus piernas y las besaba de arriba abajo como la cosa más perfecta, subía por sus caderas y... de pronto, la giró a manera de quedar boca abajo y trazó líneas imaginarias con los dedos en su espalda... la llenó de besos...
—Jamás lo habías sentido ¿verdad? —preguntó en su oído, Ginny supo que se refería al sexo oral.
—No... mmm... —aceptó sintiendo que atacaba su cuello
—Te enseñaré todo... todo... verás cómo el maldito Potter no es ni la mitad de hombre de lo que soy yo...
Ella se quedó en silencio, era verdad, Harry no era ni la mitad de hombre de lo que era Lucius, pero éste aun no sabía que su corazón le pertenecía por completo... que era solamente suya porque Harry estaba lejos con su mejor amiga... Tuvo ganas de gritárselo... pero se contuvo... solo se giró para verlo a los ojos.
—Enséñeme.
Ni tarde ni perezoso Lucius la besó sintiendo como ella enredaba las manos en su cabello... la noche apenas empezaba... sería más maravillosa que la anterior, alcanzarían el clímax un millón de veces y después...
Nada.
Él se pondría su pantalón y saldría, siempre igual por dos largas, maravillosas e interminables semanas...
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SEÑOR AMANTE (Lucius Malfoy y Ginny Weasley)
FanfictionTodo cambia para Ginny Weasley cuando Harry Potter le dice que no la ama más. ¿Qué pasará cuando la menor de los Weasley huya de casa y se convierta en la secretaria de Lucius Malfoy? ¿Podrá el mortífago que alguna vez trató de matarla enamorarse de...