—¿No vas a comer? —preguntó Lucius al escuchar que alguien entraba—.
—En realidad no —respondió una seductora voz de mujer haciendo levantar la vista al mago—. No es mi costumbre anunciarme, querido.
—¿Qué estás haciendo aquí? —se alarmó llegando a ella en poco tiempo—.
—Ya ves —dijo besándole el lóbulo de la oreja de forma coqueta—. No aguantaba tanto tiempo sin ti...
Margaret Parkinson era la madre de Pansy y esposa de Lucas Parkinson socio principal de la empresa... Era alta, con buen cuerpo y largo cabello obscuro. Su relación clandestina con el mejor amigo de su esposo comenzó una noche de fiesta en que estando ebrios en su casa, no se dieron cuenta en que momento el rubio la besó y la llevó hasta la recámara, desde aquel día se veían cada semana para disfrutar uno del otro sin que su esposo se enterara.
Ahora Lucius se había aburrido de ella porque era demasiado estresante. Al principio pareció divertido, pero resultaba incómodo estar comiendo y que por debajo te tocaran la pierna... o que cada rato lo besara... o que se comprara lencería nueva para sorprenderlo... por eso no la había visitado... ¿una semana? Una maldita semana y ya estaba besándolo.
—¡Por Merlín, Maggy! —exclamó alejándola—. Tiene una maldita semana que no nos vemos...
—Pero no puedo estar sin ti —lo ignoró desabrochando los botones de su saco—. Te deseo... quiero ser tuya Lucius... sólo tuya... —decía al tiempo que lo besaba con sensualidad—. Te quiero dentro... ahora.
—Pueden vernos... mi asistente —habló dejándose besar—.
—No hay nadie...
No volvió a hablar, la tomó de la cintura y le desabrochó los botones de la blusa, al tiempo que arrojaba su saco lejos para que ella procediera a intentar quitarle la camisa besando su pecho. El mago era todo un maestro, le besó el cuello haciéndole una mancha púrpura que le arrebató un gemido... hasta que...
Ginny tenía tanto trabajo que sospechó que aquel hombre lo hacía a propósito para obligarla a renunciar, pero ella era fuerte y le demostraría que podía hacerlo.
Regresó de la hora de la comida y supuso que su jefe no había regresado, así que decidió ver si la correspondencia privada estaba en su oficina, pero al entrar...
Lucius besaba con intensidad a una mujer tratando de quitarle la blusa... trató de darse la vuelta pero él ya la había visto... ese par de ojos grises se clavaron en ella como nunca lo habían hecho... y salió lentamente.
Se quedó muy quieta en su escritorio... por alguna extraña razón lo que acababa de ver no le había gustado, menos los ojos de aquel ex mortífago.
Al poco tiempo la mujer salió muy molesta, abrochándose la blusa, dejando sola a la asustada joven con el más fiel servidor de Voldemort... La puerta se cerró tras la morena y Ginny trató de correr, pero Lucius fue más rápido, llegó hasta ella y la tomó por el largo cabello rojo, obligándola a entrar en su despacho, donde la arrinconó en la pared.
—¿No te enseñaron a tocar? —gritó—.
Ginny gemía de dolor, la lastimaba, hacía presión con una mano sobre sus muñecas y con la otra tiraba de su cabello.
—¡Suélteme! —ordenó con dificultad—.
—No sabes cómo te aborrezco —espetó con furia pegando su cuerpo al de ella—. No eres más que una niña tonta que mereció morir en la cámara de los secretos...
Unas lágrimas asomaron a los ojos de la joven, no sabía si era por el dolor físico o el interno...
—Eres esa tonta que amó en silencio al gran Harry Potter... pero... él nunca la miró —murmuró a su oído haciéndola estremecer—. Tuvo que pasar... tiempo... y ¿qué crees?... pronto... San Potter, se dará cuenta de que hay algo mejor...
Ginny derramó una lágrima, logró empujarlo y le asestó una gran bofetada con toda la fuerza que fue capaz, con todo el odio que pudo sentir... con el corazón partido... con las piernas temblando... con la mano ardiendo...
Gran error, pensó el mago, nadie había osado pegarle en toda su vida...
Con ambas manos la tomó del cabello y la sacó de su oficina cerrando de un portazo. Ginny cayó al suelo llorando como nunca lo había hecho, ni siquiera por Harry en Hogwarts... se puso en pie... aún era temprano pero no esperaría a su hora de salida... corrió al elevador y salió de aquella odiosa empresa...
Lo odiaba, lo odiaba... quien se creía para atreverse a tratarla de ese modo... la mano no dejaba de temblarle... no era el hecho de que la golpeara la que le hacía sentir mal... sino sentirse culpable por haberle dado una bofetada... una bofetada cuando hubiera deseado haber sido ella la mujer que estaba en sus brazos...
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SEÑOR AMANTE (Lucius Malfoy y Ginny Weasley)
FanfictionTodo cambia para Ginny Weasley cuando Harry Potter le dice que no la ama más. ¿Qué pasará cuando la menor de los Weasley huya de casa y se convierta en la secretaria de Lucius Malfoy? ¿Podrá el mortífago que alguna vez trató de matarla enamorarse de...