EN EL OJO DEL HURACÁN: PARTE II

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Cuando Ginevra abrió los ojos aquella mañana lo primero que hizo, como todos los días, fue encender el televisor. Recién escuchaba su nombre en labios de la presentadora cuando la puerta de su recámara se abrió con brusquedad y por ella apareció una preocupada Hermione apagando la televisión a distancia con su varita.

Ni siquiera se tomó el tiempo de llegar y apagarla de forma manual. Antes de que Ginny pudiera protestar el control de la tv también le fue arrebatado.

—¿Pero qué...? ¿Qué se supone que estás haciendo, Hermione? —Cuestionó visiblemente confundida. Aún se sentía algo adormilada.

—¡Accio varita!

Esta vez fue Draco Malfoy quien habló y la varita de la pelirroja fue a parar a manos del rubio. 

Desde que su alocado plan dio inicio, Ginny Weasley no sabía lo que significaba la palabra "privacidad". Cinco personas entraban y salían de su habitación como si fuera tan suya como propia. Así que trataba de estar lista siempre. Sin embargo, solo una delgada bata le cubría en ese momento, eran las siete de la mañana. A esa hora Hermione ya debía estar checando su entrada en San Mungo, Draco debería encontrarse en Malfoy Manor al igual que su madre, entonces ¿por qué de pronto escuchaba voces viniendo desde la sala?

Aquello era tan rato.

—¿Alguien quiere explicarme qué demonios está pasando? —Preguntó de golpe mientras buscaba algo con qué cubrirse.

—¡Tengo a Blaise en el comunicador! —Anunció Narcissa ingresando a la recámara con el mismo ímpetu que el otro par.

Sus ojos idénticos a los de Ginny, gracias a la poción multijugos, se clavaron en los de la menor y luego observaron de forma nerviosa a su hijo y a la castaña. Parecía que había cometido un grave error con solo ingresar a la recámara.

—Oh, yo... Lo siento, no sabía que Ginny se encontraba despierta.

—¿¡Están ahí?! —Se escuchó la voz de Blaise a través del comunicador—. ¿¡Ya vieron las noticias!? 

—¿Qué hay en las noticias? ¡¿Alguien puede decirme?! ¡¿De qué estás hablando, Zabini?! —Gritó desde la cama.

—¿Ginny? ¿Está Ginny con ustedes? ¡Ah, son grandiosos! —Exclamó visiblemente desesperado.

—¡Mira quién lo dice! —Espetó Draco—. El que está llamándole a mi madre sabiendo que estamos en casa de Ginny.

—¡Cómo demonios querías que lo supiera!

—Bueno, basta —intervino Hermione—. Que se pongan a discutir justo ahora no será de ayuda para nadie. ¿Pueden calmarse?

—Será mejor que hablemos afuera —sugirió Narcissa saliendo de la recámara sin prestar atención a las protestas de Ginny. Blaise no deseaba contarle a Ginny lo que había ocurrido aquella mañana.

La joven estaba en un mes bastante avanzado de su embarazo, una sorpresa de tal magnitud podría enfermarla. Por ello Draco y Hermione trataron de evitar que mirase las noticias. Sin embargo, ese tipo de noticias no se pueden ocultar para siempre, ¿cierto? A Ginny tarde o temprano se le haría extraño que no la dejasen encender el televisor, leer el periódico o que incluso la privaran de su varita mágina.

Quizá lo mejor sería emplear ese afamado dicho muggle: Al mal paso darle prisa.

—Son tan grandiosos —repitió Blaise al otro lado del auricular—. ¡Era tan simple como evitar que Ginny sospechara algo!

SEÑOR AMANTE (Lucius Malfoy y Ginny Weasley)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora