8- Plan

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Al ingresar a la casa de Guzmán lo primero que se veía era una fotografía de Marina en blanco y negro.

Aquella imagen entristeció a Samuel y le hizo recordar por qué hacía todo eso.

Guzmán lo esperaba listo y dispuesto para planear los siguientes pasos a seguir. No se dejaría rendir por un sistema judicial tan ineficiente y por las influencias de algunos.

-No podemos quedarnos de brazos cruzados- se quejó Guzmán como saludó de bienvenida.

-Joder, claro que no- lo segundó Samuel.

-¿Pero cómo mierda haremos para que confiese?- lanzó la pregunta que quedó sin respuesta por varios minutos.

Ambos trataban de ingeniar un plan que lograra hacer hablar a Polo.

-¿No te lo quieres follar?- le bromeó Guzmán para romper el silencio ya que no le se ocurría ninguna idea.

-Vete a la mierda- le respondió Samuel enojado, lanzándole un cojín a la cara.

-Vale que me he pasao'- se disculpó al ver que Samuel no le había encontrado la gracia.

Guzmán no se atrevía a preguntarle sobre qué le pasaba o sentía hacia Carla, estaba tan enojado con ella que ni siquiera se atrevía a sacarla en conversación y suponía que para el joven repartidor tampoco era un tema fácil. Lo que menos quería era enturbiar esa extraña amistad. Y si resultaba que el becado tenía sentimientos hacia ella como sospechaba, dudaba de seguir confiando en él.

-Debemos seguirlo, convertirnos en su sombra. En algún momento caerá- continuó pensando y diciendo en voz alta Samuel.

- No sé si pueda soportar tenerlo cerca sin... ya sabes- le recordó Guzmán mostrando sus puños.

- Creo que todo lo sabemos... pero ¡un momento! él debe saber que recibirá reproches, malas miradas y golpes. ¿Qué tal si hacemos todo lo contrario?- sugirió el pelinegro.

Guzmán lo miró con cara de desconcierto.

-¿Qué dices tío?.... ¿estás mal de cabeza o qué?.... ¿quieres que le hagamos una fiesta de bienvenida también?- le dijo con enojo.

- No, claro que no. Pero debemos dejar que baje las defensas. Ya sabes, quizás mostrarle tu enojo al comienzo, y ya después hacerle creer que no tiene de qué preocuparse. Si está alerta no conseguiremos nada- le explicó Samuel calmado.

Hasta el momento era el único plan que se le ocurría. Ya irían viendo cómo continuar.

- No te aseguro nada... pero lo intentaré. Aunque mañana si o si, le doy un par de ostias- terminó aceptando Guzmán aun indeciso.

Siguieron conversando del tema hasta que ya no tenían más ideas y ya divagaban por las más absurdas.

-Hoy saldré con Rebe- mencionó de improvisto Samuel para cambiar de conversación.

-Esa tía está colada por ti, vas a ganador- le alentó Guzmán.

-No lo sé, es una muy buena amiga- sonrió Samuel. Aunque no podía entender bien sus intenciones.

- Ojalá tengas más suerte que yo...- le comentó Guzmán que extrañaba mucho a Nadia.

- Si lo dices por Nadia, solo dale un poco de tiempo. Para ella no es fácil con todo lo de su familia. Pero si estás ahí, la apoyas y le demuestras que te importa ya verás cómo se irán arreglando las cosas- lo calmó Samuel.

- Por un momento pensé que podríamos realmente tener algo. Ya sabes sin problemas. Pero ese puto video arruinó todo- le confesó Guzmán.

- Pero le gustas, y solo está avergonzada por lo ocurrido, ya verás que pronto se le pasará. Tienes que seguir demostrándole que lo tuyo con ella va en serio- lo alentó Samu, dándole unas palmadas amistosas.

Nunca me has tenidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora