69- Un almuerzo intenso

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Cuando se abrió la puerta, Carla sonrió espontáneamente al ver a Mireya, la mujer que había trabajado los últimos años en la casa y la había cuidado tantas veces cuando se quedaba sola.

-Señorita Carla... qué alegría verla- la saludó la empleada mientras les hacía espacio para que pasaran.

-A mi también me da gusto verte- respondió Carla ante la amable sonrisa de ella.

-Joven- indicó al ver a Samuel.

Samuel correspondió el saludo amablemente y sin soltarle la mano a Carla ingresaron al recibidor.

Llevaba solo una semana sin pisar aquel lugar, pero se le había hecho eterno. No podía negar que extrañaba aquella casa donde había crecido, cada rincón tenía un recuerdo para ella. Las escaleras habían sido uno de sus lugares favoritos de niña, ahí se sentaba a esperar cuando sus padres regresaban de viaje. A veces cuando se les hacía muy tarde, ella se quedaba dormida y Mireya la subía durmiendo a su cama, otras veces al escuchar la puerta se ponía de pie y sonreía al ver llegar a Teo con algún regalo en la mano. Pero en ese momento sentía otra emoción, un nerviosismo que le hacía sostener aún más fuerte la mano de Samuel.

-Su madre está esperándola en la sala- le hizo saber Mireya cerrando la puerta tras ellos.

Carla quiso preguntar dónde estaba su padre, pero prefirió averiguarlo por sí misma. Caminó lentamente  al lugar indicado seguida por Samuel.

Al llegar a la sala vieron que Beatriz servía tres copas de vino.

-Carla, llegue a pensar que no vendrías ¿Algún problema?- comenzó diciendo la marquesa verificando la hora en su pequeño reloj de muñeca.

-Se nos hizo tarde- respondió la rubia, sin entrar en más detalles, hecho que Samuel agradeció.

-Bueno a pesar de la demora....Bienvenidos- les dijo acercándose a ellos mientras les entregaba una copa de vino. Cada uno recibió la suya y Carla le dio un sorbo inmediatamente.

-Muchas gracias- respondió Samuel y le tomó la mano que la mujer extendía por cortesía.

Después de eso se quedaron en silencio. Un mutismo incómodo, especialmente para Samuel que observaba cómo Beatriz y Carla se miraban sin saber qué decir.

-¿Estaremos solo los tres?- preguntó finalmente Carla para salir de la incertidumbre.

-A tu padre le ha surgido un problema en la oficina- indicó Beatriz con normalidad.

Carla no supo si tomarlo como algo positivo o una mala señal. Quería saber si realmente su padre estaba de acuerdo con aquella visita o su madre le había dado una excusa para no decirle que él no quería estar ahí cuando ellos vinieran. Claramente que no quisiera verla era un golpe que no quería recibir.

-Pero espera unirse cuando acabe- aclaró la marquesa invitándolos a sentarse un momento.

Carla se sentó al lado de Samuel con la copa en la mano. Beatriz los observaba y notaba que ambos estaban inquietos, especialmente él que no sabía dónde dejar la mano desocupada.

-¿Como va el colegio?- comenzó preguntando para iniciar con un tema común.

-Normal...- murmuró Carla sin mucho interés.

-Bien- respondió Samuel rápidamente.

-Los exámenes ya están por comenzar... ¿has estudiado?- siguió preguntando su madre.

La mujer solo miraba a Carla y aunque eso a Samuel le quitaba un peso de encima de todas formas se sentía incómodo.

-¿De verdad te interesa?- preguntó Carla cansada de esas preguntas que su madre jamás le había hecho con anterioridad.

Nunca me has tenidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora