42- Noche

2.2K 115 23
                                        

Samuel estaba echo un lío, le había escrito a Carla apenas se había despertado y aún no obtenía respuesta. Después de todo el problema que había vivido la noche anterior, lo único que necesitaba era saber que estaba bien y que no estaba enfadada.

Había sido una noche de mierda...

-.-.-

Cuando vio a Valerio en el suelo supo que debía hacer algo para ayudar. Intentó agacharse a su lado y ver que le pasaba.

Lucrecia pedía agua para hacerlo reaccionar.

A los pocos minutos y cuando ya estaban llamando a una ambulancia, Valerio abrió los ojos e intentó sentarse de manera abrupta y desesperada al no entender lo que pasaba.

-No te muevas- le ordenó Lucrecia.

Nadia estaba cerca mirando qué sucedía y si podía ayudar, en cambio Guzmán al ver que ya había reaccionado dejó de preocuparse.

-Ya está bien, se acabo el espectáculo- murmuró Lucrecia para pedirle a todos los que estaban alrededor que dejaran de mirar asombrados.

Valerio aún respiraba agitado y su visión no se había recuperado por completo. Lucrecia se dio cuenta que no estaba bien como intentaba aparentar.

-Creo que es hora de que te vayas a descansar... esta vez te has pasado- le reclamó Lu.

-Qué clase de anfitrión sería si me voy antes de tiempo- intentó negarse Valerio que no estaba dispuesto a dejar la fiesta cuando todavía parecía que todos estaban disfrutando.

Lucrecia le dio una mirada tan severa que Valerio no quiso volver a replicar y para ser sincero no tenía energía para seguir batallando. Su cuerpo seguía peleando con los efectos de todo lo que se había metido y agradecía estar consciente.

-Nunca todo es perfecto ¿verdad?- murmuró mientras el retumbar de su corazón lo sentía hasta en sus oídos.

-Creo que necesita un lavado de estómago- sugirió Nadia.

Lucrecia la miró queriendo decirle que no se entrometiera, pero vio en ella reflejada la preocupación sobre su medio hermano y se tragó las palabras. Era de las pocas veces que no tenía ganas de discutir, especialmente porque aquella idea le hacía mucho sentido.

-¡Por favor no! llévame a casa- le pidió Valerio a Lu tomándola de la mano y pidiéndole con la mirada que no hiciera eso.

Lucrecia asintió sabiendo que él se resistiría y lo importante era sacarlo de ese lugar lo más pronto posible.

Intentó ayudarlo a ponerse de pie, recibiendo inmediatamente la ayuda de Samuel que estaba al lado y que había estado pendiente de todo.

-¿Podemos salir por atrás?- preguntó Lucrecia que no quería seguir dando un espectáculo a todo el resto que aún no se daban cuenta de lo que ahí pasaba.

El encargado que miraba la situación entre acostumbrado y enfadado, no respondió de manera inmediata. Se quedó pensando unos segundos y solo por lo que conocía a Valerio como cliente frecuente decidió ayudarlo, aunque no muy convencido.

-Esta bien, síganme por acá- indicó sin mucha amabilidad, caminando hacia la parte trasera de la discoteca.

Lucrecia y Samuel llevaban afirmado a Valerio cada uno a un lado. Valerio estaba en un viaje donde entraba y salía de la inconciencia.

Samuel estaba preocupado por Valerio, pero tampoco dejaba de pensar en Carla. La había dejado tanto tiempo sola que se preguntaba que estaría haciendo o pensando por su ausencia. Quería escribirle pero el peso de llevar a su drogado compañero no le dejaba alternativa de como sacar su móvil guardado en su bolsillo.

Nunca me has tenidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora