23- Dudas

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Samuel miró a Nadia expectante sobre las razones por las cuales quería hablar a solas con él. No negaba que estaba nervioso. No debía ser algo bueno si no podía decirlo delante de los otros.

-Eres mi amigo y por eso creí conveniente decirte esto en persona y sin que Guzmán o Rebeka se enteren.... aún- mencionó Nadia precavida.

El corazón de Samuel se aceleró. Estaba seguro que ella podía escucharlo. Asintió con la cabeza para pedirle que continuara.

-Hoy vi a Carla hablando con Polo en la biblioteca- reveló  Nadia de manera cautelosa. Se sentía tan incomoda haciendo aquello, pero creía estar en lo correcto.

-¿Qué dices? ¿Cuándo? ¿Qué decían?- preguntó atropelladamente. Aquello no se lo esperaba, y quedó sin saber cómo tomarse esa información.

Nadia vió la confusión que aquello causó en su amigo y sintió lástima por él. Parecía dolido y eso comenzaba a confirmar sus sospechas.

-No logré escuchar lo que hablaban.... -mencionó la joven árabe.

-¿La estaba molestando? ¿Atacando otra vez?- volvió a cuestionar Samuel con preocupación.

-No, estaban conversando, fue breve, un intercambio de un par de frases o algo así.... pero no estaban alterados- le mencionó Nadia para calmarlo. Pero aquella respuesta fue peor, Samuel recrudeció su expresión.

-¿Qué habrá sido?- murmuró Samuel para sí mismo. No esperaba ni quería una respuesta de Nadia.

Sabía a dónde iría enfocada la respuesta. A seguir apuntándola como cómplice, pero él estaba seguro que no podía ser eso. Carla no estaba involucrada con Polo. Ya no.

-Tengo que averiguar qué sucedió- siguió hablando en voz alta.

-Puede ser importante saberlo- agregó Nadia.

Samuel agradecía  que su amiga hubiera tenido esa consideración al contarle solo a él. Ya se imaginaba lo que hubieran hecho los otros dos: enviar a Carla directamente a la hoguera sin siquiera preguntar.

-Gracias por contármelo. No tenias por qué....- comenzó a decir Samuel aún perdido en sus pensamientos.

-Samuel- empezó a decir Nadia para atraer su atención, ya que tenía algo más que decirle.

-Se qué hay que decírselo a Guzmán y Rebeka. Solo que ellos.... No es que yo quiera protegerla...- intentaba justificarse Samuel sin poder hilar bien sus palabras.

-¡Samuel!- dijo Nadia más fuerte logrando callarlo -Los vi....-agregó para dejarlo aún más en silencio.

-¿Qué dices?- farfulló.

-Los vi, en el baño... en la casa de Lucrecia... - mencionó Nadia con un poco de vergüenza.

-Fuiste tú....- murmuró perplejo, agarrándose la cabeza.

-No la estaba siguiendo. Quería ir al baño- intentó aclararle.

Samuel cruzó los brazos aún sin saber qué decir.

-Con todo lo que ha pasado debieron haber asegurado la puerta- lo reprimió Nadia como si fuera un niño pequeño.

Ante aquello Samuel la miró desconcertado, para luego soltar un suspiro de alivio. De todos los sospechosos ella era la mejor alternativa.

-Nadia.... no digas nada por favor... no aún- le pidió tomándole la mano.

Nadia frunció el ceño.

-No sé que tienes o sientes por ella Samuel, pero debes cuidarte-le pidió intentando que él comprendiera la importancia de lo que le pedía.

-Lo sé.... pero si te dieras el tiempo de conocerla-respondió Samuel.

Nunca me has tenidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora