Carla y Samuel se fundieron en un abrazo que acabó en un beso profundo como modo de saludo. Estaban tan sedientos él uno del otro, que Samuel sospechó que terminarían follando al lado de la puerta igual que la vez anterior.-Recuerda que vine por el proyecto- lo molestó Carla cuando Samuel intentó morderle el cuello entre los besos apasionados que se seguían dando en la entrada.
-Tienes razón, has venido a eso- dijo él sonando ofendido.
-¿Te has enfadado?- preguntó Carla extrañada, ya que aquello lo había dicho en tono de broma.
-Claro que no. Pero tienes razón, no quiero que pienses que solo te quiero aquí para eso- le aclaró Samuel acariciando la mejilla de ella.
-Sé que soy irresistible- continuó diciendo ella a modo de burla.
-¿Así? Te apuesto que tú tampoco te puedes resistir- le afirmó Samuel con sonrisa de medio lado.
-No apuestes si no estás seguro de ganar- le susurró ella para tentarlo a que la besara.
-Me gustan los desafíos- murmuro él resistiéndose al beso, mientras la llevaba a la zona donde trabajarían.
-¿Qué propones?- preguntó Carla intrigada por la sugerencia.
-Veremos quien suplica primero- le apostó pícaramente, a lo que Carla no se pudo negar. Si había algo que a ella le fascinaba, era ese tipo de juego.
Comenzaron a trabajar lo más pronto posible. Cada uno tenía la secreta esperanza de terminar pronto aquello y que todo el resto del tiempo que tuvieran lo pudieran disfrutar para ellos.
Sin embargo su apuesta estaba siendo complicada, recién llevaban escrito un párrafo del ensayo y las miradas que se daban el uno al otro los estaban perturbando.
Era un juego silencioso, en donde ambos muy orgullosos trataban de resistir y hacer caer al otro primero. Tenían a favor la práctica del colegio, donde se resistían magistralmente.
Cualquiera que supiera de su situación hubiera pensado que al verse solos y sin peligro de ser atrapados en casa de Samuel, saltarían el uno sobre el otro, pero no, querían ver quién caía antes. Estaban probándose.
Carla lo miraba y se mordía el labio cada tanto. Aquel gesto tenía a Samuel más complicado de lo que quería. Ambos estaban trabajando frente a la computadora, sentados en aquel sofá que les traía tantos recuerdos, estaban uno al lado del otro con escasos centímetros que los separaban. Samuel al ver el quinto mordisco de labio se acomodó aún más cerca de ella y sus piernas quedaron tocándose una a la otra.
-Te toca escribir- susurró Samuel, acercándole la computadora un poco más a su lado.
-Entonces tu dictas- respondió ella, aceptando el cambio de labores.
Samuel comenzó a leer lo que debían escribir, Carla movía sus dedos rápidos sobre las teclas. Ya estaban terminando el segundo párrafo.
De manera sutil Samuel comenzó a acercar su mano a la rodilla de ella. La falda que vestía le dejaba ver casi toda la extensión de sus piernas. Cuando ya la tenía ahí, la dejo reposar sobre su piel, logrando que Carla detuviera su labor.
-¿Qué haces?- le preguntó ella desconcertada.
-Decirte lo que hay que poner en el ensayo- le respondió de modo inocente, sin retirar su mano de la rodilla.
-Samuel....- le advirtió ella con su características voz pausada.
-¿Pasa algo?- le dijo él manteniendo su expresión inocente.

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Nunca me has tenido
FanficSamuel y Carla jugaron con fuego. Él para descubrir la verdad, ella para mantenerlo alejado de esta. Pero ¿qué pasa cuando se traspasa la línea de juego y se transforma en algo más? ¿Qué pasa cuando la traición y el dolor te aleja de quien quieres...