Nunca me has tenido

37- Juntos

Como toda noticia que se revela con impacto, con el paso del tiempo fue perdiendo interés. Varios días post revelación de aquella relación impensada entre Samuel y Carla, parecía que ya nadie los miraba como si fueran la cosa más extraña del mundo. Ya se estaban acostumbrando a verlos juntos.
Para ambos también había significado un cambio en su forma de relacionarse, se hablaban de manera más natural en los pasillos, se acompañaban y esperaban, almorzaban juntos e incluso habían sido capaz de darse uno o que otro beso en público.

Guzmán y Rebeka seguían enfadados con Samuel, tanto así que Nadia había comenzado a sentarse con él en clases.

La musulmana había sido tajante en ese tema con Guzmán. Samuel era su amigo y no dejaría de serlo aunque él se enfadara con ella.

Lucrecia tampoco se lo había puesto fácil a Carla, cada vez que los veía juntos lanzaba algún comentario mordaz, alguna broma que sobretodo humillaba a Samuel.

Pero nada de eso los perturbaba mucho, era el precio que habían tenido que pagar y que cada vez se les hacía más fácil soportar.

Samuel y Carla estaban dando una última revisión a su tarea de proyecto. Se encontraban en la biblioteca en una mesa apartada. Habían varios compañeros más, ya que en esa oportunidad la designación debía ser entregada el mismo día.

-Mi madre ha recibido una carta del banco- indicó Samuel mientras Carla realizaba un dibujo.

Al escuchar esa información dejó el lápiz a un lado y se enfocó en su pareja, expectante por saber si esa información era positiva, y su padre había cumplido su parte, o si se debía enfrentar a un nuevo conflicto con él.

-Según ellos todo fue un error del sistema, ahora no aparece deuda- indicó dudoso entre celebrar o desconfiar.

-Pero qué alivio - suspiró Carla aliviada.

-No lo sé, es todo muy extraño- indicó Samuel sintiendo que algo no estaba bien en todo eso.

Carla no quería que Samuel se enfocara en dudar, si se ponía a investigar podría llegar a la verdadera realidad y eso supondría un gran problema. Así que sutilmente comenzó a acariciar la pierna de él bajo la mesa. El efecto de su cariño se vió reflejado en el rostro de Samuel, que se relajó inmediatamente.

-Debes disfrutar más y si el tema ya está solucionado déjalo así- murmuró Carla subiendo un poco más su mano hacia la entrepierna de él.

-¡Joder Carla! Detente- le suplicó Samuel que se puso nervioso al estar en un lugar público y no se creía capaz de aguantar algo así.

Carla le sonrió y sacó inmediatamente su mano para continuar haciendo el esbozo que debían presentar.

-Esta noche ¿Tu casa o la mía?- preguntó Samuel acercándose al oído de Carla.

-Hoy quedamos en salir con Ander y Omar- le recordó.

-Mierda- murmuró decepcionado al ver que sus ganas de estar con ella a solas deberían esperar aún más.

-Fue tu idea- le mencionó Carla.

-¿Y si cancelamos?- preguntó Samuel con ilusión.

A Carla aquella idea le agradaba pero también quería hacerlo sufrir, él había armado todo ese plan con los chicos sin siquiera preguntarle si ella estaba de acuerdo, así que ahora lo haría cumplir con su palabra.

Más tarde se juntaron en un restaurante que estaba muy cerca del teatro Barceló. Era considerado uno de los lugares más populares del momento.