47- En suspenso

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Cuando Samuel salió de la oficina seguía sin procesar todo lo que había ocurrido, su madre iba delante de él, más silenciosa y sería que nunca. Tenía claro que la había decepcionado y le sería muy difícil hablar con ella en esos momentos.

Iba cabizbajo, pero al llegar al pasillo se encontró inmediatamente con Nadia y Guzmán que seguían de punto fijo esperando tener noticias de él. Aquel simple gesto le dio un poco de consuelo e intentó sonreír en agradecimiento aunque la mueca que le salió resultó ser lo menos parecido a una sonrisa.

Se acercó a ellos para darles un reporte y salir de ahí lo más pronto posible.

-¿Qué ha sucedido?- cuestionó Nadia inquieta.

-Me han suspendido toda la semana- respondió él.

Su madre se había quedado detenida un poco más allá para darle espacio a su hijo con sus compañeros.

-Al menos es solo una semana- murmuró Guzmán para hacerle ver que podía ser peor.

Samuel lo quedó mirando, aún le sorprendía que estuviera ahí hablándole después de todo lo que había pasado entre ellos.

-El directorio evaluará qué sucederá con mi beca- agregó con pesar.

-¡Joder!- exclamaron Nadia y Guzmán juntos.

Lucrecia y Carla estaban más alejadas, aunque escuchaban la conversación. A la mexicana inmediatamente le llamó la atención que la rubia no se hubiera acercado, pero prefirió callar.

Cuando Carla escuchó la voz acongojada de Samuel sintió un vacío asfixiante y aquella información sobre la beca le acrecentó el agujero que llevaba sintiendo en el estómago por días.

-¿Ese maldito de Polo es la victima después de todo lo que ha hecho?- se quejó Guzmán harto de todo eso.

-¿Qué crees que sucederá si ese chico decide presentar cargos en tu contra?- indicó su mamá que ya estaba agobiada con todo lo sucedido y decidió intervenir.

Carla percibió la gran angustia de Pilar y sintió una tristeza enorme. Sus malas decisiones volvían a lastimar y golpear a aquella familia. Quiso correr a asegurarle que eso no pasaría, que ella misma se encargaría de que Polo no hiciera nada en contra de Samuel, pero no se sintió capaz, no tenía el valor de ponerse frente a él, por temor a lo que fuera a decir o a hacer.

Todos se quedaron en silencio sin saber qué pasaría a continuación, estaban en suspenso esperando que acción tomaría Polo en su afán de vengarse de Samuel.

Pilar se despidió sutilmente de los amigos de su hijo y comenzó a dirigirse a la salida, Samuel la siguió varios pasos atrás, luego de recibir en abrazos el apoyo que ambos le daban en esa situación.

En el camino se percató de la presencia de Carla y su corazón se detuvo un instante al verla nuevamente. Se quedó congelado sin dar nuevos pasos, con la mirada fija en ella.

¿Qué debía hacer?- se preguntó internamente.

Ella lo miraba con tristeza y preocupación, pero mostraba una coraza que él ya conocía.

Una desazón lo embargó y todo el dolor que había sentido en la mañana se volvió a apoderar de él. La extrañaba tanto que quemaba, pero a la vez se sentía incapaz de olvidarse de lo sucedido. Los recuerdos  de la conversación de la mañana se hicieron vívidos en su memoria y no pudo seguir mirándola, bajo la vista y continuó siguiendo a su madre.

Nunca me has tenidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora