75- A ti

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El viernes por la noche la casa de Lucrecia y Valerio estaba atestada de gente. Las luces, el alcohol, las parejas que bailaban dejándose llevar por la oscuridad, la música y la borrachera hacían que la fiesta pareciera en su máximo apogeo cuando en realidad recién comenzaba.

Valerio como siempre le daba la bienvenida a todos y les ofrecía su más selecto coctel de entretenciones.

Nadia y Guzmán bailaban como siempre más apartados del centro pues así aprovechaban de besarse y hacerse mimos de forma más privada.

A pesar de estar disfrutando ese momento la musulmana esperaba la llegada de Rebeka para intentar conversar con ella y arreglar las cosas. No quería perder su amistad, pero tampoco le parecía justo que la hiciera elegir. No es que fuera una gran amiga de Carla, pero como le había dicho, la estaba aprendiendo a conocer y la verdad se le hacía agradable conversar y compartir el tiempo con ella, especialmente en esos momentos en que Guzmán y Samuel estaban tan inseparables y por eso cada vez debían pasar más tiempo juntas.

Nadia vio llegar a Carla sin la compañía de Samuel y a los minutos después vio que Rebeka también hacía su ingreso, y supo que era mejor acercarse para intervenir en caso de cualquier mal entendido entre las dos, ya que las cosas no habían quedado en los mejores términos desde lo ocurrido días atrás.

Carla al ver a Rebeka recordó lo que le había hecho en el vestidor y volvió a sentir el enojo de aquel insulto. La miró pensando cuál era la mejor estrategia para vengarse y aprovechar que aun no llegaba Samuel para no tenerlo de mediador.

Rebeka también la miraba como si supiera que debía estar alerta a lo que la rubia fuera hacer, aunque no tenía ni una pizca de temor. Al contrario, esperaba que ella diera el primer paso para poder darle, finalmente, un buen golpe aunque eso la pudiera meter en algún lío, pero se la tenia guardada desde que la había conocido.

-Que no podemos ser niñeras toda la noche- le murmuró Guzmán al escuchar por qué Nadia quería acercarse a las dos chicas.

-Sólo mientras llega Samuel.... sabes que Carla aún no supera lo del otro día y puede hacer algo para vengarse, si eso ocurre Rebeka sería capaz de pegarle y eso hará que se involucre Lucrecia y esta fiesta se puede ir de las manos- le indicó Nadia que como siempre estaba preocupada por todos.

Guzmán se imaginó el panorama y asintió mientras le daba un beso en la mejilla.

Nadia se acercó a Rebeka para pedirle que conversaran, mientras que a Guzman no le quedó otra que hablar con Carla, con la cual no había conversado en privado desde la charla en la cocina de Samuel.

-Ey ¿Todo bien? ¿A qué hora llega el buen Samu?- le preguntó para distraerla.

-No lo sé, ya debe estar terminando su turno, se cambiará de ropa y vendrá- informó Carla que se había dado cuenta de la estrategia de los chicos.

-¿Has sabido de Ander?- volvió a preguntar mientras la seguía a servirse algo de beber.

-No sé ha sentido nada bien... y no ha tomado las mejores decisiones- le comentó Carla colocando una expresión de preocupación.

Ander seguía internado producto de una infección y en su visita lo había percibido de muy mal ánimo, especialmente por lo que había hecho con Omar. Carla había tratado de ayudarlo y hacerlo cambiar de opinión, pero había resultado imposible, estaba cerrado en que no quería ser una traba y estorbo para el futuro del árabe.

Lo único que había logrado Carla en su encuentro fue sacarle una sonrisa cuando le contó lo que había sucedido con Rebeka. Sin embargo luego de eso volvió a sumirse en un estado de desesperanza que ella no supo cómo sacarlo de ahí, por eso ni siquiera le insinuó su gran dilema con respecto a la carta de aceptación que había recibido. Era enrostrarle algo que él también hubiera querido recibir.

Nunca me has tenidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora