Nos necesitábamos pero no lo sabíamos

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POV ALBA

Natalia llevaba una falda de cuero con tachuelas plateadas, un jersey finito de color gris y sus botas militares. Nos íbamos a una fiesta en casa de una amiga suya, a mi me daba un poco de cosa ir porque no iba a conocer a nadie, no iba a estar María tampoco, ni Marta, pero sabía que Natalia no se separaría de mi y que estaríamos a gusto. La verdad es que así fue. Lo pasamos bien, sus amigos eran bastante simpáticos. Lo que no me gustó fue cruzarme con Alicia, no me hacía gracia que formara parte de su grupo de amigos, pero lo tenía que aceptar. Nos saludó fugazmente, parecía preocupada por algo, pero Natalia no le dio mucha importancia y yo tampoco.

Cómo no, tuve que ir a hacer pis a mitad de la noche, no podía aguantar más. Natalia se quedó en la puerta hablando con Noelia, una amiga suya mientras yo entraba al baño. Pero cuando salí, no estaba. La busqué al rededor y no estaba. Cogí aire despacio y miré a la gente, estaban a su bola. Alba, tranquila. No pasa nada. Empecé a andar hacia la zona de la casa en la que habíamos estado antes, confiaba en que estuviera ahí, pero tampoco. Me empecé a poner nerviosa, no la veía por ningún lado, no conocía a nadie... Relájate por dios. No pasa nada. No te va a pasar nada. Repetía constantmente en mi cabeza. Pero no sirvió de mucho. Cerré los ojos con fuerza cuando empecé a agobiarme, al abrirlos necesité sentarme, me estaba mareando. Mierda.

- Ey, ¿estás bien? - dijo un chico apoyando su mano en mi pierna y me puse aún más nerviosa, ni siquiera contesté, solo me moví nerviosa - oye a esta chica le pasa algo, ¿la conocéis? - vi que se dirigió a un grupo que estaba al lado y reconocí a Noelia.

- Eh, si - se acercó ella - Alba ¿estás bien? - negué con la cabeza - vale ¿dónde está Natalia? - volví a negar.

- ¡Alba! - la oí llegar y se puso de rodillas frente a mi. Estaba enfadada con ella por dejarme sola sin siquiera avisarme, pero solo sentirla al lado hizo que recobrara el aire - lo siento yo - no la dejé terminar.

- ¿Dónde estabas? – dije casi llorando.

- Perdona, no me he dado cuenta de que te dejaba sola... - dijo acercándose y acariciando mis manos - ¿estás bien? – me aparté.

- Que dónde estabas Natalia – dije elevando el tono.

- Estaba hablando con Alicia – se me arrugó la barbilla y empecé a llorar – Alba no es lo que piensas, no ha pasado nada.

- Me da igual que no haya pasado nada. Me has dejado sola, aquí tirada sabiendo que no conocía a nadie, que iba a agobiarme, sin siquiera avisarme – iba elevando más el tono a medida que hablaba - ¿y encima para irte a hablar con esa?

- Lo siento Alba, no me he dado cuenta... perdóname – volvió a acercarse pero me aparté.

- Te dije que no quería venir justo por esto, y tú vas y me dejas sola.

- Alba lo siento en serio.

- Me voy a ir a casa – dije sin mirarla.

- Alba por favor.

- ¡No me toques! – dije mirándola y quitando sus manos de mi brazo y saliendo rápido hacia la puerta.

Salí a la calle llorando y rápido, ni siquiera me importó ir sola de noche, solo quería salir de allí lo más rápido posible y llegar a mi casa. No me hizo falta girarme para saber que Natalia estuvo detrás de mí todo el camino, hasta que entre en el portal y me metí en el ascensor, pudiendo verla a través del cristal antes de que se cerrase la puerta. Entré en casa haciendo bastante ruido y mi madre salió de su habitación.

- ¿Qué te pasa cariño? – dijo mi madre al verme llegar llorando - ¿estás bien?

- Déjame mamá – dije llorando aún más pero las fuerzas me fallaron y mi madre vino a abrazarme.

Todo lo que te quitaron // ALBALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora