Te quiero como para toda la vida

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POV ALBA

Y llegó el día de la boda.  Y estaba en el hotel, muerta de ganas, y de miedo, de que llegara el momento de verme con Natalia. Decidimos entrar juntas a la ceremonia, no queríamos que ninguna tuviera que esperar a la otra en el "altar", así que cada una entraríamos por un lateral del salón en el que se celebraría la ceremonia, viéndonos por primera vez delante de todo el mundo, y cuando llegásemos al centro, recorreríamos el pasillo juntas. Habían ondulado mi pelo ligeramente, y mi maquillaje era natural. Los labios en un tono rosa oscuro que me encanta. Llevaba, por su puesto, el anillo con la "N" y unos pendientes que me prestó mi madre. Mi vestido era muy sencillo, pero muy de mi estilo. Unos tirantes finos llegaban a un escote en pico, no muy pronunciado, de la parte superior del vestido, de encaje y con unas florecitas bordadas en el mismo color hueso. La falta era larga, de tul, y el forro interior del vestido era de color azul clarito, para seguir con la tradición... Mi ramo de flores eran mimosas, la flor favorita de mi madre y de mi hermana. Me miré en el espejo una última vez antes de salir de la habitación en la que me estaba vistiendo.

- Estás guapísima Alba - me dijo Marina - se le van a caer las bragas cuando te vea - nos reímos.

- Marina... - se quejó mi madre - habla bien por favor.

- Si solo he dicho bragas... - mi madre rodó los ojos y se acercó a mi.

- Estás preciosa hija, más guapa que nunca.

- Gracias Mami.

- Venga, vamos - apareció Julia por la puerta - madre mía Alba... Natalia va a alucinar. Bueno, y tú con ella.

- ¿Si? - dije emocionada.

- Y tanto. Vamos, que están ya esperando.

Y salí de la habitación siguiendo a Julia. Al fondo, vi a María que me saludaba con la mano asomándose en una esquina. Ella estaba con Natalia. Mi madre y mi hermana se fueron dentro y entonces Julia se puso delante de mi.

- ¿Nerviosa?

- Soy un puto flan.

- Joder es tan fuerte este momento...

- Y qué lo digas.

- Que feliz estoy por las dos...

- Gracias Julita...

- Venga, al lío - se dio la vuelta y entonces se abrió la puerta y vi abrirse la de enfrente. Vi a María, vestida del mismo color amarillo que las flores de mi ramo. Así que supuse que las flores del ramo de Natalia serían todas en color verde, como el vestido de Julia. No me equivocaba, cuando Julia y María giraron hacia el pasillo la vi. Ya estábamos las dos llorando. Estaba preciosa. Llevaba un mono sin mangas, con el cuello alto que se abrazaba a su nuca en un lazo largo, que llegaba hasta más abajo de su espalda. El pantalón del mono le sentaba de vicio, era muy ancho, sin dejar ver sus zapatos, aunque por su estatura, adiviné que no se puso mucho tacón. Y menos mal, sino habría sido de risa. Cuando llegamos la una a la otra, me agarré de su brazo.

- Estás impresionante - me dijo susurrando.

- Y tu cari - le guiñe un ojo y seguimos andando, ante la atenta mirada de nuestros 67 invitados. Al lado del juez que nos iba a casar, estaban María, Julia, Marta, Marina y Santi, sonriendo al vernos andar hacia ellos. Y ahora si, empezó la boda.

- Buenas tardes, estamos aquí para unir en matrimonio a Alba y Natalia. En primer lugar, voy a proceder a dar lectura al acta matrimonial" - dijo el juez mientras la mano de Natalia se aferraba a la mía con fuerza.

Y así pasó la boda. Con la mano de Natalia acariciando la mía sin parar, mientras íbamos escuchando lo que el juez nos decía. Hasta que llegó el momento del discurso. Marina y Santi hablaron en la cena del día anterior, así que, las encargadas de hacer el discurso fueron María y Julia. Miedo me daban...

Todo lo que te quitaron // ALBALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora