Dice que seréis felices por mucho tiempo

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POV ALBA

Estaba agotada del fin de semana de la boda, pero no podía esperar ni un segundo más a que empezara nuestra luna de miel. Habíamos elegido como destino África, concretamente, a Botswana, Zambia y Zimbabwe. Me moría por ver esos lugares, descubrir el hábitat de los animales, ver las cataratas Victoria... y hacerlo de la mano de Nat sería lo mejor de todo. Habíamos elegido el sitio juntas, pero luego Nat se encargó de reservarlo todo, y estaba segura de que me esperaba alguna sopresa. Y no tardó en llegar.

- Nat, ¿por aquí? - dije señalando la fila en la que nos habíamos colocado para embarcar.

- Si.

- Aquí pone business. Y no eres tan famosa como para que nos cuelen.

- Es que no me hace falta, listilla - me miró - vamos en business.

- ¿Has reservado en business? ¿Pero tú estás loca?

- He reservado el mejor viaje que encontré para nosotras.

- Nat, no hacía falta todo eso.

- Lo se, pero quería que fuera lo mejor.

- Ya, pero te recuerdo que yo no tengo un contrato con Universal Nat, no puedo - me puso un dedo en la boca.

- Alba, si no disfruto de la vida contigo, todo el dinero del mundo me da igual. Quiero gastarlo contigo. En viajar, en comer, en beber... en vivir. Este es mi regalo de boda - sonrió triunfante.

- Eres tontísima.

- Anda vamos - me dio la mano y pasamos al avión, donde nos sentamos en nuestros asientos, aunque más que asientos, parecían mini habitaciones. Íbamos en dos asientos unidos, que casi se podían cerrar, había espacio suficiente para tumbar totalmente los asientos, una tele enorme, mesa... hasta un neceser de viaje con un montón de tonterías que revisé como loca nada más sentarme. Ahora mismo, 17 horas de vuelo me parecían pocas.

Durante el viaje hicimos una escala, pero sin cambiar de avión, solo para repostar. Vimos películas, series, escuchamos música, Nat escribía en su libreta... nos distraíamos. Apagaron las luces porque era de noche y así nos podíamos dormir. Las dos tumbamos nuestros asientos hasta que formaron una cama y nos quedamos mirándonos.

- Este avión es como un centro comercial. Hay de todo.

- ¿A que mola ir en business eh? - levantó las cejas.

- Mola mucho. Creo que me acostumbraré rápido - se rió mordiéndose el labio. Peligro - no hagas eso - negué con la cabeza - hu, hu.

- ¿El qué?

- Morderte el labio así - le acaricié el labio con mi pulgar - me vas a poner cachonda y follar en un avión siempre ha sido una de mis fantasías Nat - dije susurrando.

- ¿No me digas?

- Si - se mordió el labio otra vez - Nat...

- ¿Y si te digo que también es una de las mías? - me dijo susurrando entonces ella.

- Pues ya la hemos liado - nos reímos.

- Acércate más - dijo moviendo un dedo hacia ella - espera - dio a un botón que hacía que las puertecitas de los asientos se cerraran casi por completo - cierra el tuyo - sin quitarle la mirada hice lo que me pidió - ¿te crees capaz de follarme aquí mismo Alba?

- ¿Te crees tú capaz de correrte sin que te oigan nuestros vecinos Nat? - la provoqué.

- Se contenerme - llevé mi mano bajo su manta y roce su centro a través de los vaqueros.

Todo lo que te quitaron // ALBALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora