Natalia, eres bipolar

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POV NATALIA

Alba se fue cerrando la puerta. Ni siquiera dio un portazo. Porque no estaba enfadada, estaba triste. Triste por mi culpa. Joder si yo la quiero, la quiero muchísimo. Pero me da miedo que todo cambie, no quiero que se acabe esto nunca... me acojonaba pensar que se podía acabar. Y vivir juntas era un riesgo. Me pasé el día pensando si llamarla, si ir a verla... no quería empeorarlo todo. Por la noche, me quedé sentada en la cama, pensando en lo mal que se estaría sintiendo Alba ahora mismo. Y encima por algo como eso. Se piensa que no quiero que nos vayamos por si me canso de ella. Y de ella no me cansaría nunca... no podía permitir que se fuera a dormir pensando eso. De lo que realmente tenía miedo era de que ella se cansara de mi carácter, de mis bromas, de mis errores, de mis defectos... de mi forma de ser, y se fuera. Porque eso no podría soportarlo... Cogí las llaves y salí de casa rápido hacia la suya. Entré en el portal gracias a un vecino y al subir a su piso me abrió su madre en pijama.

- Natalia cariño, ¿todo bien? - me miró extrañada y me dio un abrazo. La miré de arriba a abajo y estaba en pijama ya, y todo apagado... era tarde.

- Hola Rafi, bien si... perdona por las horas - no me había dado cuenta pero eran mas de las 11 de la noche.

- Pasa, pasa - cerró la puerta - tranquila. ¿Pero estás bien? Tienes mala cara...

- Ya si... no ha sido un buen día.

- Mira, pues ya sois dos... - me sentí fatal pensando en que Alba lo habría pasado mal todo el día.

- ¿Puedo ir a ver a Alba?

- Claro, ve, está en su habitación. Ahí lleva todo el día... - dijo rodando lo ojos.

- Pues voy a verla.

Me acerqué a su puerta y llamé un par de veces abriendo la puerta despacio. Me asomé y la vi con el portátil tirada en la cama, tumbada boca abajo con los pies en la almohada.

- ¿Puedo? - dije provocando que levantara la mirada de la pantalla y me mirara.

- ¿Qué haces aquí?

- Perdóname. A veces soy una idiota - dije sentándome en la cama y ella se colocó a mi lado y me miró - no mereces dormir mal hoy por esta mierda... si estás enfadada o lo que sea vale, lo entiendo, y si no quieres decirme nada hasta mañana también, pero antes de meterte en la cama hoy tienes que saber lo mucho que te quiero - cogí sus manos y ella me miró a los ojos.

- Yo también te quiero Nat - sonrió tímidamente - pero me duele lo que has dicho. Igual era pronto, no lo se, pero se que en algún momento querría que eso pasara. Y parece que tú no por si nos cansamos la una de la otra.

- Alba lo digo porque convivir no es fácil... hay más peleas, más discusiones, más enfados... y yo no soporto estar mal contigo.

- Pero es que eso es la vida. Discutes con alguien si, pero no por eso se rompe un vínculo... yo te quiero, y se que tu a mi también - asentí - no voy a dejar de hacerlo por que dejes pelos en el baño o no pongas la lavadora.

- Lo se Alba, pero me asusta. No quiero que salga mal. Pero lo que quiero que sepas por encima de todo es que no es porque te quiera poco, es porque me da miedo que salga mal.

- Te entiendo, pero dime si en algún momento ocurrirá - la miré a los ojos. En ellos había miedo, pero ni la mitad que en los míos. La quería más que a nada, y no sabía qué responderle para que lo supiera.

- Yo espero, quiero que pase, ¿vale? - asintió no muy convencida.

- Vale - la sonreí y le di un beso en la frente - buenas noches Albi - me levanté.

Todo lo que te quitaron // ALBALIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora