*Capítulo 52*

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El trayecto de regreso a la ciudad de Seúl, le pareció demasiado largo e  insufrible a Jungkook, no entendía porque su Seokjin parecía conducir a tan baja velocidad o porque cada vez que avanzaban se veían envueltos en tráficos que no parecían tener fin. No dejaba de balbucear y suspirar, mientras miraba por la ventana la gran cantidad de autos que los sobrepasaban, como si con ello mágicamente lograrán avanzar más rápido.

Recuerda las abundantes lágrimas de su madre al despedirse de él en la entrada de la casa, sin embargo ese mismo suceso que más de dos meses atrás había acongojado su corazón al despedirse de sus padres al aventurarse a la ciudad de Seúl por el inicio de la universidad, ahora quizá  logro desesperarlo un poco, deseando que su madre se calmara y lo soltara, ya que más que nunca deseaba regresar a Seúl, deseaba ver a Taehyung, abrazarlo.

...

Seokjin suspiró con cansancio, mientras seguía conduciendo por la carretera, cada vez más cerca de Seúl. Jungkook a su lado no paraba de juguetear con su celular entre sus dedos mientras asomaba su cabeza por la ventana, siendo su perfil bañado por la luz anaranjada del atardecer que iban dejando atrás.

En un semáforo en rojo Seokjin no pudo evitar contemplar con más detalle el perfil de Jungkook. Inevitablemente su pequeño Kookie se estaba convirtiendo en un hombre frente a sus ojos, sus antes infantiles rasgos ahora eran fuertes y firmes, al igual que cada fibra de su bien formado cuerpo, era atractivo y de eso nadie podía decir lo contrario, siempre sospechó que Jungkook sería algún día la debilidad de cualquier chica que se cruzará en su camino, pero el destino era tan caprichoso que había hecho que fuera Kim Taehyung quien posara sus ojos sobre Jungkook y viseversa, podría haber tenido a cualquier mujer, alguien que lo mereciera, pero ese no había sido el caso, y no es que creyera que Taehyung no mereciera a su pequeño hermano, tan sólo le preocupaba que toda la mierda del pasado del rubio acabará envolviendo eventualmente a Jungkook,  vicioso y hasta tóxico.

Nunca llegó a creer que Jungkook y Taehyung acabarían involucrados en la relación que fuera que tenían ahora, tanto así que se confío demasiado, pasando por alto las actitudes hostiles de ambos, las constantes peleas, las miradas furtivas, los sonrojos involuntarios y los incómodos roses de sus cuerpos, creyendo que tan sólo se trataba del choque entre dos personalidades bastante distintas. Quizá lo dejó pasar demasiado y ahora resultaba tan evidente que los sentimientos de ambos se habían desbordado y no sabía hasta que punto podrían sobrellevar aquello sin terminar hundidos, o siquiera si Taehyung sería capaz de soportar aquello sin terminar huyendo de todo, como llevaba haciendo durante los años que lo conocía, no sabía hasta que punto el rubio estaba dispuesto a quedarse y luchar o en qué momento simplemente acabaría huyendo.

¿A caso sus sentimientos por Jungkook serían lo suficientemente fuertes para quedarse? , ¿Podría está vez evitar que su padre se involucrará demasiado?... No lo sabía y esa era la parte que más le asustaba descubrir, había visto como Baekhyun acabó consumido y no soportaría ver a su pequeño Kookie ser consumido del mismo modo, ¿Entonces sabiendo todo ello, por qué no había evitado que esos dos se involucrarán?

Si tan sólo Jungkook supiera lo que implicaba involucrarse emocionalmente con Taehyung ¿seguiría igual de ilusionado por el rubio?, ¿seguiría cayendo en el espejismo de lo que creía era Taehyung?

...

- Tomé su cambio - habló la muchacha del mostrador con una radiante y coqueta sonrisa, que pasó desapercibida para Seokjin al momento de recibir el cambio y la caja repleta de alitas de pollo.

Se habían detenido en un local de comida rápida, para comprar algo de comer para compartir con los chicos, ya que estaban a escasos minutos del apartamento.

PASOS SILENCIOSOS (VKOOK) (Wattys2019) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora