*Tercer Especial*

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*Si duele no lo digas*
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Las piernas de Taehyung temblaron, pero no se movieron de su lugar en el momento en que Jungkook entró al ascensor, alejándose de él, abandonandolo ahí a su suerte, sin darle la oportunidad de explicar nada. Quiso seguirlo, en verdad quiso hacerlo, pero su cuerpo no reaccionó. Y antes de que pudiera hacer cualquier cosa, se vio envuelto por los delgados brazos de la señora Park, la madre de su mejor amigo y unas amigas suyas, que lo arrastraron hasta la pista de baile, logrando que bailará con todas ellas y con unas cuantas jóvenes más, en su mayoría hijas suyas o amigas de la novia.

Bailó hasta que sus pies ardieron, participó de manera monosilaba en una que otra conversación vana y sin importancia, excusándose luego de unos minutos de que debía usar el baño, escabullendose lejos de todas aquellas señoras y sus hijas poco agraciadas y algo desesperadas por conseguir marido.

Obviamente al alejarse de ellas no se dirigió al baño, sino al ascensor, dispuesto a ir tras Jungkook para poder aclararle aquel mal entendido que había ocasionado Baekhyun. Presionó el botón del ascensor sintiéndose bastante estúpido por no haber ido tras el pelinegro en el mismo instante en que se fue. El ascensor llegó y estuvo dispuesto a subirse en el, pero una cálida mano detuvo sus intenciones, logrando que la puerta se cerrará casi en su cara. Taehyung giró su cuerpo de frente a Park Bogum, quien lo miraba visiblemente preocupado, quizá porque alcanzó a ver como Jungkook se había marchado de muy mal humor, dejando a Taehyung atrás.

- ¿Tae Tae estás bien?, ¿Qué ocurrió con tu novio?, el cual por cierto acabo de enterarme de su existencia apenas hoy - preguntó Bogum mirando al menor con intensidad y preocupación.

- Nuestra relación es algo reciente y complicada, y la verdad no estoy bien Hyung, Jungkook me odia - sollozo Taehyung sin lágrimas en los ojos - Me odia y es mi culpa, soy una mala persona, nunca debí traerlo, no así.

- Claro que no eres una mala persona Tae, es normal equivocarse en una relación - lo consoló Bogum acariciando sus rubios cabellos - Nada que le hayas hecho puede ser tan terrible como para que llegue a odiarte, quizá solo necesita tiempo, no conozco a Jungkook, pero parece ser un buen chico, seguro sabrá perdonarte.

- Hyung tu no entiendes nada - se quejó Taehyung alejándose unos pasos de Bogum - Para ti nadie es lo suficientemente malo o hace las cosas incorrectas y ante tus ojos todos los actos de las personas tienen justificación, pues déjame decirte que no siempre es así, la mayoría de nosotros nos equivocamos a sabiendas de que lastimamos a otros, somos egoístas e insufribles, no todos podemos ser tan correctos como lo es Hyung.

- No es que yo sea correcto Tae, tan solo creo que las personas por lo general tienen una peor opinión de si mismas, tan sólo creo que debe haber una explicación detrás de todo lo que hacemos, bueno o malo. Y si crees que no entiendo como te sientes pues entonces explícame para que pueda entenderte y ayudarte - reflexionó Bogum un poco triste ante el tono que había empleado Taehyung, hacieneo que se sintiera como un tonto por creer que nadie podría lastimar a otros a conciencia.

- No estoy de humor ahora para explicar nada Hyung, además hoy es su boda, ¿Qué hace hablando conmigo?, vaya con su esposa, ella lo necesita más que yo.

Y diciendo aquello Taehyung se alejó de Bogum, caminando hacía la barra de bebidas, donde le pidió al barman que le sirviera lo más fuerte que tenía.

Bogum lo vio alejarse con preocupación, pero Taehyung tenía razón, era su boda y debía ponerle atención a su esposa, por más que el menor le preocupaba en ese momento, nada podía hacer si él no deseaba hablar de ello.

...

Taehyung no supo cuánto tiempo había pasado ni cuantos tragos de aquella colorida bebida había tomado, pero se sentía relativamente feliz y menos agobiado, casi había logrado olvidar porque había estado tan ancioso y preocupado algunas horas atrás. De vez en cuando una borracha sonrisa se insinuaba en sus labios, mientras contemplaba como poco a poco la boda iba llegando a su fin, los novios ya se habían retitado muy seguramente a su luna de miel en alguna exótica isla del Caribe, los pocos invitados que quedaban bebian y conversaban animadamente, mientras los meseros iban de un lado a otro del salón, recogiendo platos y organizando las mesas.

PASOS SILENCIOSOS (VKOOK) (Wattys2019) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora