*SEGUNDA PARTE *

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[7 AÑOS DESPUÉS]

...

Jeon Jungkook de 26 años, abrió súbitamente los ojos aquella madrugada de sábado, huyendo de aquel recuerdo que con el paso de los años se había convertido en una pesadilla recurrente, se limpió el sudor de la frente con la manga de la pijama, extrañado de que aquel recuerdo volviera a atormentarlo después de más de tres años en que había dejado de soñar con el día en que Kim Taehyung se fue.

Giró su cuerpo sobre la cama y su mano tocó el cálido cuerpo de Lee Jieun, su novia, con quien llevaba saliendo más de tres años, los mismos años en que había dejado de recordar a Taehyung en sus sueños.

Se levantó de la cama y salió de la habitación con un extraño y ya muy conocido dolor en su pecho, un dolor que creía había disminuido con el paso de los tiempos. Tomó con dedos nerviosos la cajetilla de cigarrillos que siempre guardaba en la cajonera junto al pequeño salón, para que Jieun no los encontrará. Desde sus días de universidad había adquirido el mal hábito de fumar, sin embargo había disminuido su consumo desde la primera vez que conoció a Jieun.

Salió al balcón y se fumó bastante intranquilo y agitado el primero de muchos cigarrillos que sabía fumaria, apenas saboreando el humo que ingresaba y quemaba sus pulmones. Afuera la mañana era fría y nublada, odiaba los días así, la lluvia le recordaba la razón por la que había comenzado a odiar vivir en Seúl, no veía la hora de mudarse finalmente, Yongin parecía ser una mejor opción que Seúl y sus duros y fríos inviernos.

Permaneció en el balcón hasta que los pálidos rayos de sol impactaron en su rostro, para ese momento ya había fumado más de seis cigarrillos y ninguno había logrado calmarlo. Estaba ancioso, nervioso e intranquilo, las mismas sensaciones que esperimentaba cada vez que el recuerdo de Kim Taehyung volvía a él con demasiada nitidez.

Si alguien pudiera ver a través su ser, vería las innumerables cicatrices que Kim Taehyung habia dejado en él, cicatrices que ni el paso de los años había logrado curar, tan roto, tan vacío.

Habían transcurrido siete años, se había graduado de la universidad y después de eso, se había licenciado en música, era profesor en una academia de música y baile en Seúl y recientemente le habían ofrecido una plaza en el conservatorio de música de la ciudad de Yongin, en la provincia de Gyeongi y en aproximadamente un mes debía mudarse allí. Tenía una novia ideal, atractiva, inteligente, agradable y se mudarian juntos y dentro de poco le pediría que fuera su esposa...  entonces ¿por qué mierda no podía olvidarse de Taehyung?, era patético después de tantos años, teniendo en cuenta además lo efímero y corto que fue su relación, sin embargo, fue tan intenso como para haber marcado su vida por completo.

Había hecho el intento de seguir adelante con su vida. Los primeros años fueron muy difíciles y había fracasado monumentalmente, así fue  hasta que conoció a Jieun, ella lo había salvado del desastre de persona en que se estaba convirtiendo, había logrado con mucho esfuerzo que su dolor y sus cicatrices se hicieran más leves.

Ella lo había salvado de los vicios y malos hábitos que tarde o temprano  hubieran acabado con su vida de manera prematura, lo había alejado de los bares de mala muerte que solía frecuentar para acostarse con cualquier chico que le recordará minimamente a Taehyung, lo había salvado del desastre que era, el desastre que Kim Taehyung había dejado tras su partida. Le estaba tan agradecido y la amaba tanto que se odiaba a sí mismo cada vez que  recordaba a Taehyung.

PASOS SILENCIOSOS (VKOOK) (Wattys2019) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora