PASOS SILENCIOSOS (VKOOK) (Wattys2019)

*Capítulo 35*

*Jimin*

Muchos minutos después de que Tae saliera corriendo como un loco de la cafetería, argumentando patéticamente que tenía algo que hacer para no estar frente a Jungkook, yo terminé de almorzar en compañía de Jungkook, Zelo y Yugyeom y después me dirigí a la biblioteca que hay en el Departamento de música, hoy no tengo clase y mucho menos práctica de danza, así que aprovecharé para dormir un poco en la biblioteca.

Tomó asiento en una de las mesas cerca al mostrador. Odio la biblioteca para estudiar, por eso prefiero utilizarla para dormir, es silencioso y bastante tranquilo.

Mientras tomó asiento, asimiló las palabras de Taehyung, no puedo creer que le guste realmente Jungkook, ambos son tan diferentes y por lo que siempre percibí, no parecían agradarse el uno al otro, es más siempre que estaban cerca discutían hasta por las más mínimas cosas.

Jamás se me habría cruzado por la cabeza que esos dos andaban en algo porque 1. Jungkook es muy atractivo y todo, pero no parece ser del tipo de chicos que a Taehyung le atraen para algo más que unas cuantas revocadas, 2. Jungkook parece todo menos gay, digo ese niño exuda heterosexualidad en cada poro de su cuerpo y 3 porque jamás creí que Tae fuera a meterse con el pequeño hermanito de Jin Hyung, arriesgándose a que él lo corte los huevos, porque Jungkook es su adoración.

Mi mirada se pierde en un chico alto y delgado que entra a la biblioteca cargando muchos libros, creo que apenas puede ver el camino hacía el mostrador. Tarda unos escasos minutos de pie allí, antes de darse la vuelta nuevamente hacía la puerta. Es una fracción de segundo apenas, pero logró ver su rostro, el pobre se ve tan miserable, sus ojos están tan hinchados que dudo pueda ver con claridad.

El instinto de mamá que vive en mí no puede pasar por alto a alguien que parece estar sufriendo, así que me levantó de la silla y camino hasta él.

- Oye... ¿Estás bien? - le preguntó ubicandome detrás suyo. El pobre chico se gira hacía mi y me mira extrañado alzando ambas cejas.

- Estoy bien - responde bastante seco y con la voz un poco carrasposa. Gira sobre sus talones para retomar su camino, pero detengo su acción posando una mano sobre su brazo.

- Estuviste llorando y dudo que sea de felicidad - le digo. La soledad y el desconsuelo en su mirada me recuerdan a la primera vez que conocí a Tae - ¿Necesitas un hombro para llorar?

El chico me mira con ceño fruncido, exasperandose, no parece ser alguien que le agraden personas un poco insistentes como yo, es el tipico chico que llora y sufre en silencio, tal cual era Tae.

- No quiero ser grosero - dice soltandose suavemente de mi agarre - Pero el que haya llorado es mi problema y no tuyo, así que por favor déjame en paz.

Pesé a sus agresivas palabras, su voz es suave, casi un susurro.

- Sé que no es mi problema, pero no por eso voy a pretender que no estás mal y seguir en mis asuntos como si nada - digo encogiéndome de hombros - Prefiero ser un entrometido que alguien indiferente. No creo ser de mucha ayuda, pero al menos puedo escuchar.

- No me pasa - suspira cansado - Se me pasará. Gracias por preocuparte.

No sé qué sea, pero algo muy grande parece consumir el corazón de este chico, puedo sentir su dolor incluso sin conocerlo.

- Me llamo Park Jimin, tengo 21 años y estoy en mi último año de danza contemporánea - le sonrió - ¿Cuál es tu nombre?

- Kim Minjae, 20 años, primer año de Arquitectura - dice sorbiendo su nariz.

- Mucho gusto Minjae - le digo sonriendo, al tiempo que extiendo mi mano en su dirección, Minjae duda unos segundos, pero termina estrechando mi mano - Si quiere podemos ir a tomar aire afuera, no tienes que contarme nada si no quieres.