Capítulo 12 parte "a"

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Lo sentimos, el número que usted marcó no está disponible... con esa, la cuenta se había perdido de las veces que sin éxito, lograban comunicarse con Albert.

Frustrada, irritada y cansada, Susana dejó en pausa su cometido. Y estaba dispuesta a dormir un rato, cuando una empleada fue a avisarle que:

— La señorita Karen pregunta si desea acompañarla a almorzar.

¡No! — con gusto hubiese gritado y mandado a decir la malcriada. Sin embargo, la arrogante huésped contestaría:

— Sí —; y ordenaba le trajeran ropa limpia y adecuada para la ocasión.

Cambiado su zurrón, Susana bajó para hacerle compañía. Y apenas estaba llegando a donde su tía, cuando en su habitación, su celular comenzó a timbrar, siendo precisamente Albert quien se reportaba a tanta llamada insistida.

Debido a su trasnochado viaje de regreso, desde una provincia en México hasta el paradisiaco lugar, el que apenas se iba acostando, se levantó al oír que la batería de su teléfono móvil se agotaba.

En el momento de conectarlo, el hombre se dio por enterado que lo traía apagado. Por consiguiente, lo encendió para ver que sobre su pantalla aparecía un mensaje que se revisó.

Reconocido el número de Susana, Andrew le marcó de inmediato; no obstante, ella no contestaría por lo menos lo que restaba del día.

Intuyendo de qué asunto se trataba, Albert ya no volvió a la cama sino que, aprovechando la ausencia de su compañero de habitación, se dedicó a empacar sus cosas para abandonar el hotel sin decirle absolutamente a nadie ni a Archie, el cual se quedaría embarcado con una enorme cuenta, ya que...

Habiendo visto sospechosamente salir a Albert y a entrar al hotel a un desvelado Archie, a este último, personal de seguridad se le acercó para invitarlo a pasar a la recepción. Ahí se le explicó el motivo de su detención: cuestionarle únicamente sobre el cubro de la cuenta de hotel y demás gastos.

¡Por supuesto que entre los dos que seguían ocupando la habitación lo pagarían! Sin embargo, al informársele que su acompañante ya tenía un buen rato de haber abandonado el hotel, Archie quien no llevaba lo suficiente consigo, fue amenazado de ir a parar a la cárcel sino pagaba la totalidad de lo que a manos llenas habían consumido.

Severamente molesto por la mala acción de su dizque cuate al comprobar que verdaderamente ya se había largado tomando con él algunas que no eran sus pertenencias, Archie trató de comunicarse con quien los había invitado a hacer ese viaje... Terre; empero éste tampoco respondía, por lo menos, no en ese momento ya que se le había adelantado la llamada que Candy había atendido.

. . .

A partir de aquel instante, el viaje hacia casa se tornó mayormente silencioso. Terre, a pesar de que ya no se le veía enojado, siguió manejando muy serio. ¡Tanto! que se le pasó el detalle de invitarlas a almorzar.

Por lo mismo, en cuanto estuvieron en el apartamento y él, descortés, fue a encerrarse a su despacho, Candy, frente a eso, no hesitó y salió a lado de su hermana para irse solas a comer.

Después de ahí y porque Annie se lo pidiera, las chicas se arriesgaron a pasear por un rato por las calles y avenidas de la gran manzana.

Tiempo que Terre aprovechó para poner en orden las ideas que su madre, —con sus fuertes cachetadas— le había alborotado. Hablar con su padre quien aparecía en línea después de encender el computador fue una de ellas, pero al hacerlo, iba a sentir como si el tiempo nunca hubiese pasado, ya que cada vez que Eleanor se ponía así de agresiva con él, a Richard se había recurrido para llorar y quejarse del daño que le habían causado.

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