El tajante comportamiento de Candy hicieron que de nuevo se disculparan; pero ésta vez, con sinceridad en voz, mirada y actitud, consiguieron que la señora sonriera y olvidara el incidente. Bueno, por lo menos con la empleada, porque con Terre, la mujer de él se mostraría hostil y muy enojada en el momento que bajara y lo encontrara en el despacho consiguientemente de haberse arreglado esmeradamente ¿para él? quien lo "saludaba" con:
— ¿Cuál es el plan para el día de hoy?
La inesperada y maleducada llegada, además de la tosca cuestión, consiguió que él parado frente al escritorio, levantara una ceja e irónico sonara al decirle:
— Muy buenos días, Candy. Sí; yo también dormí muy bien. Gracias por tu preocupación.
Pero ella rudamente diría:
— ¡Déjate de tontos sarcasmos y contesta!
— ¡Caray, señora! — él, sorprendido, colocó el papel que hubo estado revisando para ir a su lado mientras iba preguntando: — ¿Tuvimos una mala noche? — porque él la recordaba como excelente; en cambio la mirada iracunda de Candy le respondió; entonces, Terre: — Sí, creo que sí — no necesitó conocer más y se giró para volver a su asunto y recordarle: — Ya te había comentado de mi rutina diaria de las próximas semanas.
— ¿Y después de ir a West Point? —, Candy se había quedado parada en el umbral de la puerta y desde ahí oía:
— ¿Necesitas hacer algo en particular?
— Sí, quiero ir a ver a Annie.
Candy lo pidió sabiendo que eso implicaba ir a la casa de Karen, encontrarse con la madre de él y la hija obsesa.
Terre, sin comprender qué diablos pasaba con ella, cuestionaba:
— ¿No quieres ir a desayunar primero?
— No, tendré suficiente con algo de té.
Oyendo que se rechazaba su oferta, él decía:
— Bien —, y pedía: — Dame diez minutos y luego partimos.
No dedicándose otra palabra ni mirada, Candy se retiró a la sala, dejando a Terre verdaderamente confundido con su cambiante actitud. Sin embargo, el hombre pronto iba a descubrir la razón por la que su esposa estaba tan brava ya que...
Estaba acomodando unos papeles, cuando un llamado a la puerta, él autorizó.
Por ahí, se colaba una escurridiza empleada, atrayendo la atención del hombre al nombrarlo con familiaridad:
— Buenos días, Terre.
— ¡Dora! —, alguien pareció contento de oírla; — ¿cuándo llegaste? — él preguntó mirándola; y en lo que la veía cerrar la puerta, increíblemente le reclamaron:
— ¡¿Por qué no me dijo que ya se había casado?!
— ¿Qué no andabas de gira artística?
— De vacaciones, pero de todos modos me hubiera alertado cuando llegué.
— ¿Por qué?
Sí, por qué debía informarle, ya que él, a nadie, entregaba cuentas de lo que hacía, por ende, Tere de la trabajadora escuchaba:
— Acabo de meter las patas las cuatro ¡bien y hasta el fondo!!
— Explícate.
— Pues verá...
En cuestión de segundos, una parlanchina Dora daba su versión de los incidentes hechos. Y Terre, mirando cierta dirección, diría:
— Ahora entiendo.
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Unidos por Interés
FanfictionESTA HISTORIA, COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL, SON DE MI TOTAL AUTORÍA. NO DE DOMINIO PÚBLICO. El infortunio quiso llevarla hasta aquellas playas, donde todos la olvidaron y también donde encontrará la salvación. Historia del tipo UNIVERSO ALTERN...