No negaba que sus besos podían ser medicinales; pero al estarse excitando, la punzada que sentía en la cabeza iba en aumento; así que, al arribar a la habitación, Candy fue directo a la cama. Ahí, se sentó para liberar su atada cabellera. Entremetiendo sus dedos en ella, la alborotó; y el que la miraba desde cierto punto de la habitación, ofrecía:
— ¿Quieres que vaya por algún analgésico para eliminar por completo el dolor?
— No — dijo ella. — Mejor ven y siéntate aquí — Candy indicó a su lado.
En cambio, Terre se paró frente a ella; colocó sus grandes manos en la cabeza femenina y comenzó a masajearle el cráneo. Luego, sus dedos se concentraron en las sienes, en la frente; descendieron por su nariz, circularon los pómulos y volvieron a subir.
La sensación era tan relajante que Candy echó hacia delante la cabeza para que las manos se concentraron en la delgada nuca y hacia lo largo de sus hombros.
— Se siente bien — comentó ella al enderezarse. Y sonriente apreciaba: — Gracias.
— ¿Ya no te molesta?
— No.
La mano izquierda de ella fue tomada; y se masajeó entre dedo índice y pulgar. Al sentir las fuertes presiones, Candy se quejó y Terre dejó de presionar. Instante siguiente, él se sentó a su lado, la abrazó y ella se acurrucó en su pecho.
— ¿Qué pasa? — se preguntó debido al silencio.
— Nada.
— Entonces, ¿por qué estás tan callado?
— ¿Lo estoy?
— Sí — Candy tomó su mano y entrelazó sus dedos con los suyos.
— No lo sé — dijo él ciertamente relajado. — Me siento bien. Estoy tranquilo.
— ¿Lo estás? — ella levantó la vista para mirarlo.
Como respuesta, Terre sonrió; se inclinó un poco para besar la frente de su esposa que no dejaba de observarlo hasta que le respondiera:
— Lo estoy.
— Bueno, sólo porque tú lo dices, te creo. Aunque...
Aprovechándose que se sentía mucho mejor debido a los atinados masajes de su esposo, Candy lo tumbó a la cama; y acostándose sobre su pecho, conforme lo besaba, escuchaba:
— Pensé que te dolía la cabeza —, porque él desde temprano tenía deseos de ella que aseveraría:
— Ya no.
No obstante, el llamado a la puerta impidió un poco de acción entre ellos dos.
Poniéndose de pie, él fue a atender; notando y escuchando a una sumamente apenada Karen:
— Disculpa mi atrevimiento, hijo, pero necesito hablarte —; la tía indicó cerrara la puerta.
Antes de ejecutar la orden, Terre a Candy le hizo señal de estar afuera. Ya que así estuvieron quisieron saber:
— ¿De qué se trata?
— ¿Cómo sigue, Candy?
— Está mucho mejor. Gracias.
Saberlo, hicieron soltar a Karen:
— No vas a creer de dónde vengo.
— Estabas en el comedor con mi padre.
— Tu madre me mandó a llamar.
— ¿Se ha puesto mal?
La preocupación en el rostro de Terre enfureció a la hermosa pariente que comentaba:
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Unidos por Interés
FanficESTA HISTORIA, COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL, SON DE MI TOTAL AUTORÍA. NO DE DOMINIO PÚBLICO. El infortunio quiso llevarla hasta aquellas playas, donde todos la olvidaron y también donde encontrará la salvación. Historia del tipo UNIVERSO ALTERN...