Unos medio alimentados, pero todos contentos, el trío llevaba minutos que había retomado su viaje; y en el momento que el auto de Terre dobló una esquina, apuntó que desde ahí empezaba la propiedad de la tía. Metros y más metros se recorrieron; y exactamente en un punto medio, el volante volvió a girar para atravesar por un arco construido de piedra.
La vereda asfáltica que recorrían estaba entre dos larguísimas murallas de altos y frondosos árboles. La oscuridad por la que se perdían daba un aspecto tétrico, y por el silencio de ellas, él diría:
— Cuando es época de halloween ¡ni les cuento cómo se mira esto!
Creyendo se había infundido mayor miedo, se le preguntaba:
— ¡¿Y nos traerás para experimentarlo?!
Rápida y fugazmente, Terre y Candy sus miradas habían encontrado; y él, mirando tras el retrovisor, daba contestación a la pasajera a sus espaldas:
— Si tú gustas.
— ¡Ya lo creo! — dijo una envalentonada chica que escuchó lo que le decían a su hermana...
— Hay dos lugares donde podemos encontrar a mi tía. Una —, él apuntó una dirección, — en el invernadero. Es una coleccionista de plantas. Tiene de todo tipo, y si no, las inventa. La otra —, Terre señaló el lado contrario, — practicando el tiro con arco...
... y justamente terminaba de decirlo cuando...
— ¡Cuidado! — alguien gritó desaforadamente.
Terrence maniobró; detuvo el auto, salió y despotricó barbaridades al ver el daño que la aventurera flecha había causado con su choque.
Asustadas principalmente Candy y a la par de Annie dejaron también el carro. Y estaban viendo el deterioro y escuchando los berrinches del perjudicado cuando:
— ¡Aquí! ¡Aquí cayó! — el ser que a ellos había llegado, despreocupado, apuntaba la flecha.
— ¡Te voy a matar, Karen!
Grandchester estaba tan iracundo que parecía que sí lo haría; pero la agredida hizo caso omiso a su amenaza al expresar:
— ¡Ay, Terre, espérate! Mira que ha sido el tiro más largo que me ha salido en días.
— ¡¿Y no pudiste haber apuntado hacia otro lado?!
— No fue mi culpa —, el divertido personaje se chupó el dedo índice y lo levantó responsabilizando: — sino del viento que me indicó otra cosa, ¿verdad, entrenador? — se dirigieron a éste que llegó detrás de ella; sin embargo, él tomó la flecha, el arco de la practicante y así de pronto se marchó.
Por su parte y francamente, Annie no pudo contenerse y soltó tremendas carcajadas. Candy, quien miraba a Terre el cual parecía querer fulminar a su hermana, a ésta le pidió serenarse cuando en verdad, ella también tenía deseos de reírse de lo cómica que era esa extrovertida mujer que de pronto posó sus ojos en ellas y con interés preguntaba:
— ¿Quiénes son?
Terre, todavía malhumorado, así contestaba:
— ¡Ya te lo había dicho!
— ¡Oh, sí! Ya lo recuerdo, tu esposa y... — Karen la miró; y con gran desconcierto a Terre le observaba: — Es muy linda, pero... ¿no es muy chica para ti?
Debido a que era a Annie a quien miraban, Terre se acercó a la despistada, la tomó de los hombros y bruscamente la giró para ponerla delante de la adecuada:
— ¡Ella lo es!
— Ah, si ya lo decía yo que no podías ser un sátiro.
— ¡Demonios, Karen!
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Unidos por Interés
FanficESTA HISTORIA, COMO LAS ENCONTRADAS EN MI PERFIL, SON DE MI TOTAL AUTORÍA. NO DE DOMINIO PÚBLICO. El infortunio quiso llevarla hasta aquellas playas, donde todos la olvidaron y también donde encontrará la salvación. Historia del tipo UNIVERSO ALTERN...