Capítulo 27 parte "b"

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En lo que Karen se encaminaba hacia la habitación de su sobrina, Terre fue al jardín del sanatorio para contactarse con su progenitor y enterarlo del arribo del nuevo miembro familiar.

Richard, por supuesto, se alegró en demasía por él, su hijo; por Candy, de la que se quiso saber su salud y de la bebé que se preguntaba:

— ¿Cómo la nombrarán?

— Todavía no nos hemos puesto de acuerdo el que llevará —; y debido a protocolos Terre quiso saber: — ¿Cómo está mi madre?

— Bien, hijo; mucho mejor. Su parálisis es vagamente visible.

— ¿Y Susana? Karen me informó que, ¿está enferma?

— Sí — Richard sonó de lo más normal. — Pero nada de cuidado.

En cambio, la astucia de Terre cuestionaría:

— ¿Estás seguro, padre?

Éste, finalmente diría en tono preocupado:

Hijo, creo que, aprovechando la oportunidad para conocer a mi nieta, iré a visitarlos porque tenemos que hablar.

— ¿Qué misterio ocultas, Richard?

— Ninguno que a ti pueda afectarte ya.

— ¿Entonces?

— No preguntes más, porque no te informaré.

— Está bien. Seré paciente y estaré muy feliz de volver a verte.

— Yo también, hijo.

— Bien, me despido entonces. Debo regresar con Candy.

— ¡Claro! Y por favor, felicítamela y salúdamela junto con Karen.

— De tu parte, las enteraré.

— Y otra vez, ¡felicidades, hijo!

— Gracias, padre.

Terre tomó la iniciativa y acabó con la conversación, quedándose pensativamente intrigado de lo que su padre quería enterarlo personalmente.

Pero mientras ese día llegaba, en ese momento él hacia su mujer comenzó a dirigirse. Sin embargo, con ella únicamente pudo quedarse esa noche, porque le explicó que tenía que presentarse en el colegio para terminar con la misión que se le había encomendado y llevaba tiempo desarrollando.

Candy, sabiendo que el gobierno era quien los mantenía, entendió que era parte de su trabajo, y más al prometérsele, después de salir de ahí, una muy grata sorpresa que consistiría en ir a México.

Pasar las fiestas navideñas con su padre y si fuera posible ver a Paty, fue una idea que Candy difícilmente quitaría de su cabeza, y todas las ganas del mundo le echaría para recuperarse y le cumplieran su deseo.

No obstante, su convalecencia sería lenta; así que, la otra opción se planearía para traer de vuelta a América al capitán Johnson.

Éste ¿se dejaría convencer aún cuando se le informara que su nieta llevaría el nombre de su esposa? Eso más adelante se sabrá, por el momento y allá en el campo de prácticas...

. . .

Al día siguiente que naciera su hija, Terre tuvo la oportunidad de platicar con Archie.

Con él, ya aclarada la malinterpretación, el amigo también confesó que sabía de la presencia de Albert en aquel bar.

Lo que no entendía muy bien era el por qué de su constante obstinación con Candy si Archie también conocía que Michelle había sido la mujer de su vida. En fin, el colega felicitó al amigo por no haber caído en la tentación de unas suculentas piernas, y por supuesto la llegada de su princesa Ángel Marie.

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