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[1 año después]

S

us manos temblaban, un miedo paralizante recorría su cuerpo, como mil hormigas marchando a través de su estómago. La visión de aquel imponente edificio lo sumió en un pánico abrumador, un aluvión de recuerdos inundó su mente, su corazón latía con la fuerza de un tambor en un campo de batalla, todo por el terror de volver a verla.

El hospital era un coloso, y con razón, era uno de los más caros, un refugio para las personalidades más influyentes de Corea; magnates, celebridades, herederos, cantantes, y más. No fue difícil encontrar el lugar donde Yon Hae se encontraba. La noticia de su accidente se había esparcido como pólvora, y aunque Jungkook evitó saber de ella durante casi un año, la culpa lo había estado carcomiendo desde aquel fatídico día.

Todo cambió hace unos días cuando las noticias sobre Yon Hae volvieron a surgir. Había despertado del coma, y Jungkook no podía creerlo. Los titulares se centraban en su recuperación y cómo esto podría cambiar el rumbo de la empresa en un giro de 360°.

Se especuló sobre estafas, alianzas, colaboraciones con marcas internacionales y matrimonios arreglados dentro de las instalaciones como posibles causas del accidente de la heredera Lee, pero todo quedó en meras conjeturas.

- Buenas tardes - saludó a la enfermera que estaba en recepción.

La enfermera lo miró con recelo, frunciendo el ceño y apretando los labios. Su ropa y su forma de hablar le resultaban extrañas. Probablemente no era de Gangnam, y eso la puso en guardia.

- Buenas tardes - respondió mientras tecleaba en su computadora.

Jungkook dudó en preguntar, no sabía por dónde empezar ni qué decir, no estaba seguro si ver a Yon Hae era una buena idea o un grave error. ¿Qué haría frente a ella? ¿Qué le diría? Quizás un simple perdón o un lo siento sería suficiente, tal vez no tendría que recurrir a palabras más profundas, después de todo, Yon Hae tenía un buen corazón.

Decidido, Jungkook se acercó más a la recepción y habló de nuevo.

- Lee Yon Hae - dijo Jeon, y de inmediato la enfermera giró hacia él. Lo inspeccionó de nuevo. - ¿Dónde está la habitación de Lee Yon Hae? - preguntó, su voz temblorosa.

La enfermera sospechaba de él, hacía un año que el secretario Park le había advertido que no diera información a ningún hombre con acento de Busan. No le explicó por qué, pero le hizo hincapié en que era crucial que ese hombre no entrara a ver a Yon Hae.

- ¿Cuál es su nombre, joven? - preguntó la mujer, mientras hojeaba su cuaderno.
- Jeon Jungkook.

Todo encajó. Jungkook estaba prohibido ver a Yon Hae, por órdenes del Sr. Park.

- No hay ningún paciente registrado con ese nombre - respondió de inmediato al escuchar el nombre de Jeon.
- ¿Está segura? - ella asintió.

Jungkook no podía creer lo que sus ojos veían. El nombre de Yon Hae y su foto brillaban en la pantalla de la computadora. ¿Cómo podría no estar allí? Era un absurdo.

- Señor, por favor no me obligue a llamar a seguridad. Retírese.

Jungkook entendió en ese momento que alguien no quería que estuviera cerca de Yon Hae. La imagen de Park se formó en su mente. Ese hombre no le agradaba.

Para evitar conflictos, decidió retirarse, pero algo lo retenía. Ya no se trataba solo de Yon Hae.

Ahora era una cuestión de rivalidad entre Jimin y él. Le demostraría que era superior en todos los aspectos. Jungkook nunca perdía, nunca se rendía fácilmente, y se lo demostraría a Park.

Se escondió en un rincón de la recepción donde nadie pudiera verlo y cuando la enfermera se distrajo, logró entrar a un elevador. Afortunadamente, había visto el número de habitación de Yon Hae en la computadora. Así que sería pan comido.

Al llegar al último piso, vio el nombre de Yon Hae en la puerta, y una avalancha de recuerdos inundó su mente.

Ella no era la culpable de sus acciones y quizás lo mínimo que merecía era una disculpa de su parte. No podía darle nada más, incluso si ella intentaba aferrarse a él, la rechazaría porque la única persona que seguía amando era Gyeonghui. Y si ella pedía una explicación, se la daría, le diría los motivos por los cuales nunca estaría con ella y por qué hizo lo que hizo.

Tomó el picaporte y abrió la puerta, asomando su cabeza en la habitación. Al entrar, vio a Yon Hae recostada en la cama leyendo un libro. Pero al sentir la presencia de Jungkook, cerró su libro de golpe y lo miró sin expresión.

Sus miradas se encontraron por un instante, y en ese breve momento, Jeon notó que los ojos de Lee eran más grandes, su frente portaba una cicatriz, y sus labios eran más pálidos de lo habitual. No parecía ser la misma Yon Hae, incluso su mirada había cambiado, ya no había timidez o miedo, sino fuerza y determinación.

- ¿Quién es usted? - preguntó con seriedad, pero luego se detuvo y dijo - Sabe qué, no me importa - dijo molesta - Salga de mi habitación - examinó su atuendo y su rostro - antes de que yo misma me encargue de sacarlo.

- No me recuerdas... - pregunto con dudoso. Ella parecía no ser ella.

- ¿Acaso tengo que? - se burló. "Vaya descaro. Fuera de aquí", señaló la puerta. Yon Hae creía que Jungkook era un periodista amarillista que se aprovechaba de su coma para sacar escándalo tras escándalo sobre su vida privada.
- Tú... - Jungkook intentó hablar, pero Yon Hae lo interrumpió.
- Oye, estoy cansada de que inventen chismes sobre mí, que me difamen. Solo te pido que salgas de mi habitación. ¿Es tan difícil de entender?
- No soy quien crees.
- Tienes razón, eres peor de lo que creo. No te conozco, pero no confiaría en una persona que aparece de esa forma y lo primero que sale de su boca son mentiras.

Jungkook estaba confundido. Quizás por su cinismo no podía ver que Yon Hae no le hablaba como Jungkook, sino como un extraño. Sin embargo, las palabras que soltaba Yon Hae sonaban como si su corazón quisiera gritar todo su dolor y liberarlo para Jungkook, aunque su mente no recordara nada.

- Fuera, no necesito un arribista en mi vida - se levantó de su cama y fue directo a Jungkook - y eso te hace un asco de persona. Fuera, así como abriste la puerta, puedes cerrarla.

Jeon solo se quedó callado ante las palabras de Yon Hae, abrió la puerta para salir y entendió algo. No podía hacer nada. Ella aparentemente no lo recordaba, así que no haría nada más. Ya no era parte de su vida y por algo las cosas pasaban. Ya no tenía que formar parte.

- Miren a quién tenemos aquí - una carcajada se escuchó detrás de Jungkook cuando cerró la puerta y saco un suspiro pesado. Él volteo hacia Park notando como este tenía una sonrisa aen sus labios, no pasaron ni dos minutos que él había salido de esa habitación y Jimin ya se volvía a interponer en su camino.

- Park - dijo indiferente.

- Pensé que te irías y no volverías - reveló Jimin con una sonrisa de ironía - pero cuando el perro tiene hambre, es capaz de tragarse hasta su propio orgullo.

Jungkook apretó sus labios y viró sus ojos, él nunca lo dejaría en paz sin importar los años que pasarán.

- Por eso siempre estás aquí, ¿no? - respondió.

- A diferencia de ti, yo estoy aquí porque realmente me importa Yon Hae. No la dejaría sola y más si tengo claro que hay perros rondando cerca de ella.

- No pierdas el tiempo, Park. Aún así, dudo que ella ponga los ojos en ti. No importa lo mucho que te esfuerces, Yon hae nunca pondrá los ojos en ti.

Jimin rió y lo miró con recelo.

- Claro como lo hace contigo. Ella no te recuerda Jungkook. Oh cierto no lo sabías verdad, perdió la memoria gracias a ti - sonrió - lo hiciste bien, hiciste que te olvidará como Gyeonghui lo hizo contigo.

Jimin sabía perfectamente que esas palabras calarían en Jungkook, pues Jimin sabía todo lo sucedido hace tiempo atrás. No por nada, Jimin le había presentado a Gyeonghui al padre de Yon Hae, por un trato justo.

Eso enojó a Jungkook y, sin pensarlo, lo tomó del saco y lo acercó a él.

- Tú no sabes nada.
- Sé más de lo que debería, Jeon. Espero que la decepción te dure para siempre y tengas un final infeliz. Lo lamento por Hoseok, porque es el único que no merece estar al lado de un tipo como tú.
- Y tú, ¿qué me dices si vas a estar encadenado a alguien que jamás te va amar?
- ¿Ahora te importa Yon Hae?
- Y qué si fuera así. ¿Acaso no me crees capaz?

Jimin se alejó y rió nuevamente.

- Jeon, tú nunca la has amado.

TRAICIÓN 반역 Completa✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora