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Vino rojo

La mujer sonrió después de beber su vino tinto y con los ojos puestos en ese hombre pensó que todo cambiaría.  Formarían la familia que siempre habían anhelado, tendrían el dinero que siempre habían soñado y lo mejor es que nadie se vería con la necesidad de entrometerse en sus vidas.

Su esposo estaba al filo de la muerte en una cama, después de la "muerte" de su hija ella misma se encargó de no solo ayudar a su esposo sino también de darle las medicinas necesarias para que su dolor no siguiera. Mientras que su hijastra, ella sería llevada al matadero en cuestión de segundos, cuando  su hermano la encontrará se encargaría de su desdicha.

— Pensé que no vendrías, pero quise asegurarme que si lo harías — sacó una sonrisa y unió la mano de su acompañante — Te extrañe tanto.

— No tenía opción — dijo seco — tenía que venir.

— Me gusta que escuches querido, te has portado bastante mal, pero creo que mereces una segunda oportunidad — separó sus manos y tomo los cubiertos — le dije a la cocinera que te preparara tu comida favorita. ¿Te gusta? — le preguntó al mirar el plato lleno de Jungkook.

Gyeonghui se veía plenamente feliz, una sonrisa sincera y sus ojos no estaban tensos sino relajados. Estaba satisfecha con su propia creación. Invitar a su amado había Sido la mejor opción para comenzar su relación. Quizás con amenazas, pero lo importante era que el estaba ahí con ella y no con Yonhae.

— Gyeonghui... — ella volteo a él y este solo trago duro. Jungkook no estaba del todo convencido sabía que ella ocultaba algo y eso le preocupaba.

— Si cariño

— Por qué no me dices lo que realmente quieres — miro su plato aún con sus ojos casi rojos e hinchados. No por nada aún le dolía la perdida.

— Te quiero a ti — su mirada fue penetrante que casi mataba con ellos — y siempre te voy a querer a ti — como una psicópata lo soltó natural, su tono de voz era dulce, pero sus pensamientos eran un mal andante.

— ¿Y por qué ahora? — cuestionó — Igualmente siempre tuviste esa opción, pero siempre te alejaste.

— Jungkook creo que no has entendido nada, verdad — limpio un poco de sus labios con la servilleta y fue directo a Jungkook — No eres de nadie, solo mío, yo vivo de ti y tú vives por mi. Si yo te alejo debes quedarte cerca de mi, si tú te alejas te voy a mantener aquí, conmigo.

Parecía que el hombre vivía una película de terror, un cuarto oscuro a la luz de la velas un vino rojo color sangre y la comida que si lo mal pensaba parecía envenenada por la misma mujer. Todo en ella parecía estar bien, pero de pronto sus plantas te hacían sentir en un lugar extraño y aterrador.

Jungkook se recargo un poco en la silla, dejó caer el tenedor y vio como Gyeonghui solo sonreía  como una maniática.  Por su cabeza pasaban los buenos momentos que había tenido junto a ella, pero ahora que la tenía así de esa forma frente a él no era más que una ilusión.

— ¿Quién te hace creer eso? No e venido para estar contigo  — se burló y cruzo sus brazos hasta su pecho. Comenzaba actuar rebelde. — En el momento que tú mandaste esa carta me di cuenta que eres una loca demente, solo e venido por dos razones y creo que tú sabes cuáles son.

— ¡Oh claro! — miro el diamante en su dedo — El dinero ¿No Jungkook?

— Sabes que no — viro sus ojos — Para que tener dinero si va ser a costa de quedarme contigo.

— Pues antes no decías eso, recuerdas. Antes pedía que no te dejará.

— Lo has dicho... Antes.

El hombre solo vio como la mujer tomaba otra botella de vino y se sirva ella sola aquel elipsis. Comenzaba a sospechar que Gyeonghui tenía un problema de alcoholismo y realmente grave.

— Te has vuelto astuto — bebió — Quizás por eso me gustas más ¿No crees? Eres tan ya sabes, más atrevido. Por eso quiero que no te vayas, puedes que tarde aquí conmigo. Incluso casarnos mañana mismo.

— No has escuchado. No lo haré. Si estoy aquí es por una simple razón — levantó su vista y pareció que su cuerpo crecía, pues ahora se mostraba con la espalda recta y la mandíbula dura.

— ¡Ah! eso — se levantó de la silla y comenzó a caminar por todo el comedor — digamos que ella estaba débil en aquel barranco y yo solo la ayude a no sufrir. Su cuerpo quemaba mientras gritaba por ayuda — sacó una carcajada — lo imaginas, sus gritos me hacen feliz. — su sonrisa desapareció — Siempre había tenido todo y era la consentida de mi padre. Era como la basura más abominable que tenía que eliminar. Tuve que fingir que ella estaba lejos para que todos se olvidarán de quién era Yonha.

— ¿Yonhae?

A tal error Gyeonghui se detuvo y contuvo su rabia y nego con la cabeza, tratando de relajarse. Pero Jungkook lo noto más sospechoso así que no quedado callado decidió volver a preguntar, pero ahora acercándose peligrosamente a la mujer.

— ¿Que hiciste? — ella no contestó — ¿A qué te refieres? Gyeonghui...







TRAICIÓN 반역 Completa✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora