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Licor

Poco profesional. Eso era un chico poco profesional en su trabajo y sus deberes. Cómo se atrevía a dejar a la vicepresidenta plantada en ese lugar para adolecentes con hormonas alborotadas. Había venido por compromiso, incluso cuando ella se había opuesto a ir a ese maldito bar, estaba ahí, complaciendo las peticiones de su adorado padre.

Paso desde las cinco de la tarde hasta las nueve de la noche y el muy descarado jamás había llegado. Aunque bueno tampoco fue una decepción para la pelinegra, ahora podía tener el pretexto con su padre de que el hombre jamás puso pie en aquel lugar, podía inventar cualquier cosa y su padre lo tomaría como cierto sin importar cuánta vasflemia soltará.

- Así que vienes a menudo aquí - pregunto el hombre a su lado. Realmente el tipo no importaba porque solo se había acercado a Yonhae cunado notó que está estaba sola y bebiendo más de la cuenta.

Porque claro después de ser plantada por un supuesto hombre educado en un bar no iba a dejar pasar la oportunidad de beber algo de alcohol. No le gustaba admitirlo, pero a veces Yonhae podía tener excesos graves con las bebidas, no era alcohólica, pero si seguía tomando no faltaría mucho para que pronto fuera ha alcohólicos anónimos.

- No - nego, dejo su vaso en la barra y trago con dureza. No sabía por qué, pero en el fondo de ella le decía que estaba olvidando algo importante, no sé, tal vez ir al baño. Quizá nada importante

- Entonces que haces aquí

- ¿Qué no vez? - dijo obvia enseñando su pequeño vaso de cristal - ahogo mis penas en un vaso de cristal, en lugar de dejar el vaso lleno lo dejo vacío - golpeó su pecho - ¡Lee Yonhae no es más que una maldita mediocre! - y una pequeña risita salió de ella. No era para mal entender, pero había llegado a un punto dónde a veces cuando bebía alcohol se perdía entre sus pensamientos y recuerdos borrosos.

Intentaba luchar para seguir con sy vida cada día y bueno tal vez incluso sonaba hipócrita de su parte cuando le había dicho a una persona que la vida era hermosa y que por nadie debería dejar de existir, pero a veces ni ella misma podía tragarse sus palabras: si pensaba en lo negativo siempre le venía a la cabeza su padre y odiaba eso.

Un padre jamás debe ser causa de odio y miedo al contrario de protección y amor, pero no, Su padre le causaba una ansiedad cada vez la amenazaba o la trataba de inútil. Nunca olvidaría ese día cuando escucho detrás de la puerta hablando con Gyeonghui.

Su padre quería un hijo para sustituirla. Yonhae no era lo suficiente para llevar un cargo tan importante, era una mujer y aparte inepta para lograr lo que una gran dinastía de hombres había logrado por esa empresa.

La destrozó porque incluso supo que ella jamás había logrado el cariño de su padre, jamás lograría ser la hija que él deseaba y mucho menos ser amada por la única persona que se supone debía confiar.

- Que patética debo verme aquí sentada. Se supone que tenía que estar conociendo al amor de mi vida en estos momentos - se burló. Eso no existía, quien seguía creyendo en eso. Ella no - pero en vez de eso estoy aqui bebiendo una botella de Ron que probablemente sea quien me acompañe.

- Cierto se ve muy patética - acepto el hombre de ropa elegante y moderna.

- Vaya - se recargo con sus brazos en la barra - es la primera vez que alguien me dice esto en mi cara - sin desearlo se le escapó un hipo - parece un descarado y un arrogante con esa fachada.

- Lo sé, suelo escuchar esto en todas partes - viro sus ojos - no me impresiona señorita.

Realmente Hae no quería ni siquiera escuchar al tipo. Había tenido un colapso, un recuerdo vago de ella y Jimin. Vaya recuerdo de mierda.

TRAICIÓN 반역 Completa✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora