2

7.9K 602 41
                                    

Lies

Las mentiras son el mejor remedio para la felicidad en un corto lapso, mientras que una verdad es más dura. Nos hace más daño una mentira piadosa que una verdad cruda. Somos personas que necesitamos mentir para sobrevivir, pues a nadie le gusta saber la verdad, ni tampoco escucharla.

Yon estaba segura de que su relación era una bendición. Agradecía al cielo por darle la oportunidad de amar y ser amada, ya que tenía claro que solo a ciertas personas les podía pasar. Si ponía el contraste entre sus padres y la relación que tenía con Jungkook, podía asegurar que lo que tenía ella era amor puro, sin arreglos ni contratos de por medio.

Ella deseaba con todo su corazón ese día. Lo había soñado tantas veces que no podía esperar el momento en que Jungkook le propusiera matrimonio y ella aceptara. Realmente deseaba formalizar una familia con él; quería tener lo que nunca pudo tener a lado de sus padres: una familia. Y quizás esa fue la razón por la que hizo lo que hizo, aún cuando moría de nervios y era inexperta en el sexo. Lo hizo porque amaba tanto a Jungkook que por él haría todo, sin importar cuánto doliera. Ella se entregaría a Jungkook en cuerpo, alma y corazón.

-¿Cómo?! - dijo con una expresión de sorpresa y molestia. - ¿Te acostaste con Jungkook? - soltó un bufido, llena de rabia. Sus palabras se atascaron en su garganta como un nudo.

El simple hecho de que su amiga le contara aquella azaña le ponía los pelos de punta. Le molestaba pensar que ahora tenía que compartir al hombre de su vida con otra persona. Era tan molesto saber que ahora no era la única en la vida de él. Un fuego de celos comenzó a arder en su interior.

- Sí - soltó Yonhae con una risita entre sus labios y un sonrojo entre sus mejillas. La risita de Yonhae le pareció una burla, una afrenta a su corazón dolido.

- No lo puedo creer - tronó su lengua, con la voz temblorosa de la rabia y la incredulidad. Se miró en el espejo del tocador, con todo el coraje que tenía para poder soportar la risita de la menor. La imagen que vio en el espejo no era la de la chica segura de sí misma que solía ser. Sus ojos estaban llenos de dolor y sus labios apretados por la rabia.

- Yo tampoco puedo creerlo, pero pasó - soltó un suspiro y se acostó en su cama. - Quizás sí me dolió un poco, no te voy a mentir - se lamió los labios - pero después, cuando me besó y comenzó a decirme lo valiosa que era, me hizo sentir tan protegida.

- Vaya - sonó amarga y tragó saliva. Le estaba matando saberlo, pero aún así no podía hacerse notar; tenía que ganarse a Yonhae. - Fue algo apresurado, ¿no lo crees?

- Quizás sí, pero debiste escucharlo - tomó las almohadas y se cubrió con ellas. - Me dijo que me quería - suspiró.

- A mí también - dijo en un bajo aliento, con la voz llena de amargura.

Ya no podía escucharla. No podía siquiera verle la cara y ver cómo Jungkook parecía más feliz a su lado. Si se remontaba al pasado, ella también había tenido su primera vez con Jungkook, y de la misma manera él con ella. Ambos habían tenido todo juntos, y ahora parecía que ya no volvería a ser así.

A veces se cuestionaba si valía la pena hacerlo, si valía la pena sacrificar a su primer y único amor. Ella había ocasionado quizás todo esto, y por su rencor y avaricia ahora ya no podía soltar su meta tan fácil. Quería el poder, quería el dinero, pero ante todas las cosas ella quería ver a la familia Lee destruida; quería verlos en la bancarrota, viviendo de la miseria como ella lo hizo en el pasado.

Nunca perdonaría a la causante de su sufrimiento durante tantos años. Si ya no podía vengarse de ella, lo haría con su familia.

Tomó un poco de labial del tocador y comenzó a meter cizaña sobre Yonhae. En ese instante, no hablaba su avaricia, sino el corazón roto de una chica que odiaba compartir al mismo tipo y ver cómo una de las integrantes de esa familia era feliz. Lo odiaba con todo su ser.

- Aún así deberías tener cuidado - se dirigió a Yonhae. - Lo digo por el historial que habías tenido anteriormente con el secretario Park. - la sonrisa de Lee se desvaneció al recordar ese fatídico día, aunque parecía que lo había superado, era cierto que aún le dolía un poco.

- Lo sé - quitó las almohadas de su rostro y miró al techo. - A veces las cosas no pueden ser tan grandiosas como uno quisiera.

- Exacto - giró su torso para verla. - Son hombres y solo tienen una cosa en la cabeza. Literalmente. Park casi lo logra y Jungkook lo hizo.

- ¿Tú crees que Jungkook? - mordió sus labios, algo nerviosa. Le costaba pensar que Jungkook, después de haber obtenido lo que quería, la dejara a su merced. Él no podía ser tan vil, ¿verdad? - ¿Sería capaz? Lo crees, Gyeonghui.

Yonhae no quería llenarse de malos pensamientos. No debía, ¿verdad? Lo de Park había sido quizás un error del cual no le gustaría hablar y repetir. Además, Jimin era un contraste de Jungkook. Ella confiaba al cien por ciento en Jungkook y sabía que jamás le haría daño. Eso lo tenía claro...

- Hmm... no conozco a Jungkook del todo - mintió. - Pero al final, no podemos conocer a las personas en su total plenitud.

- Tienes razón - se levantó de su cama y se sentó. - No me ha marcado desde esa noche, y quizás... ¡agh!

Ya había mortificado a la pobre chica con sus palabras, y aunque fuera poco, ya le había creado una inseguridad. Con eso, Gyeonghui se daba por bien servida. Ya había jugado un poco con su mente; podía estar en paz. Así que volvía la Gyeonghui rencorosa nuevamente, esa mujer que se le olvidaba cualquier sentimiento hacia Jungkook, porque ante todo, y aunque lo hubiera involucrado en su plan, ella quería ver destruido a ese imperio, incluso si tenía que sacrificar todo.

- Mira Yonnie, quizás yo esté equivocada - se acercó a ella y la abrazó. - Solo no quiero que te lastimen de esa forma, por eso me pongo así. Tengo un mal concepto de Park y, siendo honesta, no puedo confiar en nadie más. No quiero que nada malo te pase - peinó la cabellera café de Yonhae - y mucho menos que te lastimen con juegos.

Yonhae recargó su cabeza en el hombro de Gyeonghui. Agradecía al cielo por tener a una amiga como ella, tan comprensiva y protectora. Sin ella no tendría a nadie a quien confiarle sus sentimientos. Era como una madre para ella.

- Gracias Gyeonghui, por estar conmigo. No sé qué haría sin ti.

Gyeonghui sonrió maliciosa.

- Siempre estaré para ti, Yonnie. Y sabes que puedes confiar en mí con cualquier cosa que necesites.

Yon asintió. No se iba a creer malas ideas y conceptos falsos. Sabía quién era y qué es lo que quería, así que olvidaría cualquier idea mala de su sistema.

- Gracias Gyeonghui. Solo quiero que esta vez alguien me ame de verdad, y Jungkook es el correcto. Sé que lo es, por eso no quiero perderlo.

- Ay cariño, créeme, él te ama. Quizás fui muy dura con mis palabras, pero créeme, nunca había visto tus ojitos brillar tanto como los de él cuando se ven. Ambos - tragó duro - son el uno para el otro. Tú confía en mí y en lo que digo.
- Así lo haré, Gyeonghui - y nuevamente una sonrisa amarga se apareció en los labios de la mujer.

TRAICIÓN 반역 Completa✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora