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Túnel de vida.

—¿Qué cambió ahora? — Dijo detrás de él, — ¡dime qué demonios cambiar!

Jungkook notó cómo continuó el cinismo de Gyeonghui. Cuando ella lo invitó a ese lugar, sabía que algo así iba a suceder, pero quería tener la idea de que ella iba a regresar y iba a dejar todo por él. Iluso.

— Mira el espejo — estaba tan tenso que su espalda parecía rígida — ¿sigues viendo a la misma chica de antes? ... Para mí sorpresa, todavía eres hermosa, pero con la diferencia de que ahora estás jodida por dentro.

— ¡Jeon Jungkook! — grito eufórica.

— No aceptaré.

Era una ofensa, una calumnia de la mujer, mira que decir si aceptaba formar parte de su juego era una estupidez. Gyeonghui aún sabiendo que Jungkook si estaba enamorado, ella decidió ofrecerle una "buena propuesta" que no solo le conveneria a ella sino al susodicho; viajes, dinero, una vida de lujos sin tener que hacer nada ni dar solo que amor.

— No te das cuenta que estás perdiendo el mejor contrato de tu vida — le informo con una voz aguda — de la pobreza a la riqueza Jungkook. No puedes dejar escapar la oportunidad que te estoy dando.

Un sin fin de sensaciones pasaron por el cuerpo de Jeon cuando escucho a la mujer hablar de esa manera. Extrañaba a Gyeonghui tanto que cada vez ella lo llamaba lo hacía sentir tan bien, besarla, tocarla cuando siempre terminaban en la misma situación.

Era una adicción que estaba acabando con su vida. Pero que podía hacer el hombre, amaba tanto a esa mujer que incluso durante un tiempo estuvo haciendo visitas inapropiadas a la mujer durante las noches.

Un idiota que no veía que su amada no solo estaba jugando con él sino aparte que no estaba sintiendo lo que él.

— Y tú... — su voz tembló del coraje y del dolor que estaba pasando por su pecho  — No te das cuenta que te sigo amando — estaba apunto de llorar, algo raro en Jeon, pero en fin estaba sintiendo los duros estragos de volver a recaer — Siempre que siento que cambiarás vuelvo a darme cuenta que no lo harás.

La mujer se envolvió entre las sábanas blancas se acercó a Jungkook para rodear su cuello. Había Sido una completa idiota al querer manipular de esa forma a Jeon.

No quería hacerlo sentir mal, pero quería retribuir el hecho de que ahora estaba ahí a su lado, darle dinero no significaba para ella que no lo amaba, al contrario deseaba que Jeon tomara cada peso para salvar sus deudas y así los dos ser felices sin ataduras y problemas.

—Sigo siendo yo Jungkook, Gyeonghui — tomó la barbilla del hombre y la atrajo a ella para depositarle un casto beso — la chica a la que prometiste proteger y amar hasta la muerte

— Entonces... por qué tú no mantienes tus promesas — delató — Aún con todo lo malo sigo a tu lado y tú... Has roto esa promesa. ¿Por qué no te separas de él y te quedas a mi lado?

Un silencio abundó la habitación de aquel hotel privado. Entre el dinero y el amor. ¿Que escogerían si lo tuvieras todo, pero al final nada?

Gyeonghui era una mujer conocida por las personas más importantes ya no era aquella niña nacida de la pobreza que rogaba por un pedazo de pan. Ahora sí ella lo deseaba podía obtener lo que se le antojara. Pero también tenía la otra cara de la moneda, estaba enamorada de Jeon Jungkook, pero él no era millonario ni conocido por nadie más que por un barrio lleno de servidumbre.

La infelicidad eterna pero siendo millonaria o la eterna felicidad pero siendo una mediocre. Estaba claro lo que escogería.

Al no tener respuesta Jungkook entendió una cosa, el dinero puede más que un tipo con buenos sentimientos. Se maldijo internamente por no ser el gran hombre que tanto deseaba Gyeonghui, pero en el fondo de su ser tenía claro que sí no lo aceptaba como era realmente, era porque ella no lo amaba de la misma forma que él.

Separó las manos de la mujer con delicadeza, tomó su ropa y comenzó a vestirse. Sentía ahora que su corazón se había quebrado por completo y sin remedio a una reconstrucción.

— Si pasas por esa puerta daré por hecho que nunca me has amado como has dicho — amenazó la mujer — aún tienes la opción de quedarte y aceptar mi propuesta.

Jeon tomó su chaqueta, estaba dispuesto a salir, tenía su mano en la perilla, casi a nada de ser libre y antes que nada soltó lo que tuve que decir desde el inicio de sus vidas.

— Yo doy por hecho que jamás podré borrarte de mi cabeza ni de mi vida, porque todo lo que siento es real y no una mentira — cerro sus ojos con fuerza — nadie podrá lograr lo que tú has logrado, pero también nadie me hará sentir tan mal como tú. Gyeonghui — la llamó — te amo...

Con toda su fuerza giró de la perilla y salió de aquella habitación.

¿Cómo puedo hacer eso? No lo sabía porque realmente estaba dolido, ni se había dado cuenta que había comenzado a llorar y derramar lágrimas como todo un perdedor. Había dejado por lo que tanto tiempo estuvo protegiendo.

Saco un suspiro, revolvió su cabellera y en un acto de furia golpeó la pared con su pie derecho. Se estaba desgarrando por dentro como nadie lo podía imaginar, le dolía la cabeza, el alma y el corazón. Era un imbécil por volver  con la misma mujer, pero no tenía opción para calmar a su mente que le pedía cada noche a Gyeonghui; su amiga, su cómplice y su amante. 

Salió de aquel hotel, subió a su moto y desconsolado viajo a máxima velocidad, cada minuto se volvía más peligroso, los segundos eran importantes para aquel joven de 31 años. La luz se volvió más intensa y el ambiente más salvaje.

Sintió como su cuerpo volaba al otro lado de la calle, sintió esa sensación de caer al infierno. Su cuerpo le dolía y su peso se hacía incontrolable que no pude levantarse, sintió como algo de su cabeza bajaba rápidamente, un líquido espeso.

Vaya vida.

>> Había perdido a mi madre a mi padre solo lo tuve un corto lapso, mis hermanos se fueron por su lado y lo único que mantenía a salvó me a dejado tirado en un pozo de mala vida.

— Gyeonghui...












TRAICIÓN 반역 Completa✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora