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Tragos.

— Después de la tormenta viene la calma — Yon se burló al leer el título del artículo que daba una opinión sobre su familia y su mala racha —  como se atreven — bebió de su cerveza con frustración — ish, ella solo ha traído problemas, si lo sabré yo — se dijo así misma — ella no ha traído calma.

Era injusto que de la noche a la mañana Gyeonghui se ganará el sobre nombre de angel, ella no había sido la salvadora de nadie. Que su madre repentinamente se fuera de la vida de su padre y ella no significaba que Gyeonghui había sido el ángel caído que socorre a un hombre solitario y a su hija en coma. Era ridículo.

Y para muchos parecía que Yon no quería ver feliz a su padre, quizás sonaba como una hija egoísta que se preocupa solo por su felicidad, pero era todo lo contrario, quería que su padre fuera feliz por eso no quería que Gyeonghui se acercará a su padre, le parecía una mujer interesada, deshonesta y con la facilidad de manipular a cualquier idiota. Incluyendo a su padre.

— ¡Otra ronda! — grito para que él mesero llevará otras dos botellas más. — ella fue demaciado lista — se dirigió a la revista que dejó en la mesa — apuesto que ya había puesto el ojo en un pez gordo. — bebió tanto que apenas y pudo digerir el alcohol — tsk, Aa, esa bruja es muy lista.

Lee no iba a descansar hasta encontrar la verdad sobre quién era realmente Gyeonghui incluso si le costaba la vida. Estaba cansada, harta de ser un juego para los medios de comunicación, estaba molesta con su padre porque no podía ver el gran potencial que tenía, pero aún con todo esto nada quitaba el odio que le tenía a esa mujer.

Una moto resonó en la calle y se detuvo cerca del puesto de comida y cerveza para dejar ver a un hombre algo robusto cargando de una caja pequeña y algunas bolsas. Jungkook trabajaba en una farmacia como repartidor y en ocasiones como ayudante del médico de la comunidad así que era muy recurrente que lo llamarán para comprar  medicamentos a domicilio.

— Buenas noches — hizo una reverencia — Hoseok me mandó una caja con algunos instrumentos que tiene que usar su esposa al tomar la medicina, tiene que tomarse las pastillas en la hora que se indica en la receta y tiene que ir en una semana para checar su seguimiento

— Estoy muy agradecido con ustedes — dijo el señor Wong apenado — sino fuera por la ayuda de Hoseok y la tuya, creo que no seríamos capaces de pagar el tratamiento. — de la mesa saco una bolsa de comida que entrego a Jungkook — por favor coman, me sentiré mejor si ustedes aceptan la comida.

— Señor Wong le hemos dicho que no es necesario, lo hacemos para ayudarlos. Sabemos que la situación no ha Sido facil desde la perdida de su hijo. Por favor deje que pague está comida — saco el dinero de su cartera, pero el señor Wong se negó y apartó el dinero.

— Jungkook — le hablo —  guarda ese dinero para tu hermana, entre más ahorres podrás darle una buena vida.

Jeon iba hablar hasta que fue interrumpido por una voz gritona y quisquillosa que reclamaba de comida y cerveza.

— ¡Ottras dos boteias más! — grito la chica seguido de un hipo — bueno que sean cuatro más. 

Como una reacción el señor Wong y Jungkook voltearon hacia la mesa, el señor Wong negó para si mismo, conocía a la chica desde hace un año y no iba a negar que Yon Hae se había vuelto una cliente regular, le tenía mucha empatía porque a pesar de parecer una chica antipática era todo lo contrario, pues ella había donado bastante dinero para que su esposa pudiera hacerse los análisis que necesitaba, era muy solidaria con las personas que en verdad lo necesitaban, por eso se preocupaba por ella,  no le gustaba cuando Lee iba y se excedía al beber, eso hablaba que su día había Sido terrible y solo quería a borrarlo.

— ¿La conoces? — no dudo en preguntar el señor Wong cuando notó el interés de Jungkook en ella, pues no había quitado la vista de la mesa donde estaba a sentada Lee.

Jungkook volteo inmediatamente al señor Wong y asintió ligeramente. Le había impresionado no verla ahí sentada sino, verla beber. Ella odiaba el alcohol y ahora parecía otra persona en ese estado de ebriedad.

— Sí, algo así — mordió su labio— ¿Ella viene frecuentemente aquí? — pregunto sin pensar.

— Esa chica — negó con la cabeza, mientras tomaba una taza y agua caliente — siento pena por ella, esta semana ha venido más que las otras. — tomó el café — Al principio venía una vez al mes, pero ahora se volvió cotidiano. — Parece que el dinero no compra la felicidad de algunos.

— Pero si de otros — se dijo para si mismo Jungkook.

— Extracto  — retiro la cuchara de la taza y cuando iba a llevárselo a Lee, Jungkook lo detuvo.

— ¿Puedo llevárselo? — el señor Wong asintió y le dió la taza a Jeon.

Jungkook no sabía que estaba haciendo, pero quizás era la única oportunidad que tenía para mínimo conciliar su conciencia. Después del accidente el no hablo, no apareció hasta ese día que fue al hospital. Quizás esa noche había Sido casualidad o mero destino el que los cito en ese lugar para coincidir, Jungkook no iba a desaprovechar el momento para pedir perdón.

— Yo no pedí un café — cuando Jeon se acercó a la mesa y dejo la taza en la mesa, Yon levantó la mirada y molesta lo miró. — dije que quería otra cerveza.

— Te vendrá bien, Estás ebria. Bebe lo  — acercó el café.

Yon miró nuevamente a Jungkook, al parecer se le hacía conocido de alguna parte, es por eso que le dió mala espina. No confiaba del todo en ese sujeto que de pronto le deba un café y nunca había visto en el local, sabrá Dios que no tenía esa taza

— Oye, ¿Que intentas hacer? —pregunto desconfiada — acaso intentas drogarme.

— ¿Qué? — dijo desconcertado — ¡No!

— Estoy borracha, pero no soy una idiota.

— Yo no sería capaz de hacer algo así — se defendió.

Yon Hae lo observó de nueva cuenta y el hombre no le daba nada de confianza, intento hacer un recordatorio sabía que lo había visto en alguna parte. De pronto lo supo, él había Sido el idiota que había entrado al hospital para tomar más fotos para las revistas amarillitas que hablaban de ella como una drogadicta que no se preocupaba por su familia y era solo una interesada. Era ese periodista.

— Tú! — lo señaló —  te diviertes con el sufrimiento de los demás, ¿No?  —

—De que hablas — se preguntó Jungkook al notar la molestia en Yon Hae.

— Tsk, descarado. — Yon se levantó de la silla  — Pero sabes que, no me importa, me vale, sigue escribiendo todo eso sobre mi,  eso me sigue elevando al número 1 en el ranking de búsquedas— tomó su bolso. — sigue, vamos a ver quién se cansa antes.

Jungkook estaba confundido ante las acusaciones de Yon Hae. Cuando él no noto que ella se iba del restaurante si decir nada o hacer ruido la siguió, pues por obvias razones no podía irse manejando o 
ir sola a pie, de la cuenta él la pagaría después.

—¡Oye a dónde vas! — le gritó cuando la alcanzó — no puedes irte sola y menos ebria.

—Mira quien lo dice — bufo — yo puedo irme sola — camino en zigzag hasta casi caer, pero Jeon pudo tomar su codo y sostenerla antes de caer — ¡Suéltame! Así Camino yo — quito la mano de Jeon — esta se llama  La caminada de la felicidad, ¿Acaso no has escuchado de ella?

— Estás delirando — afirmó — vamos te llevaré a tu casa.

— No quiero.

— Entonces pretendes ir sola y manejar hasta tu casa en ese estado.

— Estúpido te dices buen periodista y no lees lo que escribes — Quizás por el alcohol o el delirio, Yon Hae pensaba que él era otra persona — tu sacaste la nota matutina — saco un suspiro — Yo no manejo, no puedo hacerlo, recuerdas — Él se quedó en seco.

TRAICIÓN 반역 Completa✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora