TRAICIÓN 반역 Completa✓

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Primer recuerdo.

—Puedes quedarte en mi casa — escuchó decir al hombre mientras caminaba con los pies descalzos y la ropa empapada — no tiene por qué saberlo.

Se detuvo y pensó detenidamente en ello. Park Jimin fue bueno con ella y eso la puso en alerta. Los hombres no son buenos a menos que quieran algo, los hombres son fríos si sienten miedo y eso pasó con Park, Yonhye no sabía por qué le causaba tanto conflicto aceptar la ayuda de Jimin era como si algo lo sobreprotegiera, como si su mente actuara antes de salir y decir algo que realmente no quería decir.

— ¡No!  — Ella le impidió seguirla.

— ¿No?  — preguntó desconcertado no por el egocentrismo o el enfado sino más porque ella estaba en la acera y descalza — ¿se escucha?  ¿Dónde terminará bajo la lluvia, sola, sin un centavo y sin hogar?

— Me las arreglé sola durante mucho tiempo, puedo hacerlo sola de nuevo — murmuró Yonhae sin siquiera girarse para retratar su obvio "NO"

— No seas necia — la alcanzó y tiró bruscamente de su brazo, algo que a la mujer no le gustó en absoluto porque rápidamente lo fulminó con la mirada — por qué nunca dejar que la ayude.

— Debes cuidar tu lenguaje y tus acciones — se sacudió dejando al hombre tan sorprendido por su actitud grosera — Entiende que no quiero tu ayuda, hasta ahora trabaja para mi padre y cada vez que me dice algo pasa lo contrario.

Hasta ahora las cosas no pintaban bien para la heredera Lee Yonhae, que había sido expulsada de la empresa y de la casa por el mero capricho de su padre y por razones obvias de ella.

Los rumores vuelan y llegan las verdades. Las cosas se pusieron más tensas entre Yonhae y su padre, que solo buscaba el bien para él.  Después de enterarse de que su padre ya estaba organizando una boda a sus espaldas y que el hombre en quien se suponía que debía confiar más sabía antes que ella sobre las nuevas actividades, no fue sorprendente que explotara y se rebelará contra todo el imperio de Lee.

Las acciones, el dinero, las tierras y más fueron cancelados para Yonhae, si ella no aceptaba que oficialmente casarse con Kim ella ya no sería una heredera, una Lee.  Su desalmado padre le quitó lo poco que tenía de dinero, los tacones que llevaba y la chaqueta que llevaba, si no aceptaba no debería tener acceso a nada relacionado con la empresa.  O bueno, al menos esas fueron las palabras del Sr. Lee.

— Es tan terca —  Se pasó la mano por la frente. — ¿No ves que me preocupo por usted?"

— No me importa lo que sientas o piense — dijo, casi hirviendo por el coraje que traía. Odiaba las mentiras, odiaba a la gente como Park Jimin, y realmente no sabía por qué, pero la alianza entre él y su padre para casarla con un anciano no parecía la más desagradable manera de tener más terreno en el ambiente del espectáculo. Fue como una traición a ella.

Porque si. Yonhae seguía creyendo que su padre la casaría con un hombre mayor que ella sin saber que en esa relación ella era la anciana, ya que Kim era más joven por casi dos años.

— ¡Pero si te importa lo el estúpido de Jeon siente! —  soltó sin siquiera medir sus palabras. Yonhae realmente se quedó sin palabras por qué solo podía preguntarse por qué le importaría.

— Eso no viene al caso — el hombre pareció pensar sus palabras y pensar lo que había dicho, pero ya no pudo evitar sentirse celoso. Aquellos celos que lo devoraban internamente y lo obligaban a decir cosas que no debía decir comenzaban a salir de control en su ambiente personal. Con la llegada de Jeon y la cara bonita, sintió como dos cuerdas tirando de sus brazos para escapar hacia Yonhae, quería detener a una, pero cada vez que tiraba era como soltar la otra cuerda que tiraba con fuerza.

Jeon no era un problema en absoluto, pero la cara bonita si lo era, pues tenía posición y voz en un lugar donde él solo tenía que mantenerse callado y obediente.

— ¡No puedo más, no puedo más, no puedo seguir! — se dijo Jimin mientras sufría un colapso mental y emocional debido a los pensamientos creados.

Sin importarle nada y nadie atrajo a Yonhae a su cuerpo, la acercó más y delicadamente pegó su labio con el de ella formando un beso ligero, pero al final un beso del cual marcaría una nueva etapa en la vida de Park.

Jimin nunca había besado a Yonhae y lamentaba no haberlo hecho antes, es más, lamentaba no haberse dado cuenta de que ella era esa mujer con la que había soñado toda su vida, pero nunca se dio cuenta porque estaba buscando lo que le faltaba en otro lado.

Un vago recuerdo pasó por la mente de Yonhae y por la mueca que se podía ver en su rostro era obvio que no era del todo agradable, empujó a Jimin, con miedo, ansiedad, porque el recuerdo que había cruzado por su cabeza no había sido desagradable.

— No lo vuelvas a hacer — murmuró, separando el cuerpo de Park del suyo, caminaba con dolor en el pecho y respiración entrecortada. Lo que había visto la hacía dudar y con un dolor que no podía entender por sí misma.

Se aferró a sí misma sin dejar de caminar descalza y con la mirada de algunas personas juzgándola por el atuendo y la evidente falta de zapatos en sus pies.  No quería pensar, no quería saber nada de nada.

Besar a Jimin no había sido un pecado, sino un enigma de su vida pasada.  Estaba borroso, pero finalmente distinguible;  un hombre y una mujer besándose con tanto amor que podía volver a sentir esa punzada en el pecho, sus rostros estaban borrosos, pero el beso era lo que más la concentraba, era como si fuera una clave importante en sus recuerdos.

El semáforo se puso rojo y avanzó sin poder mirar lo que estaba haciendo, era torpe e inconsciente de sus acciones, por lo que sin antes haber podido pisar la calle, unas manos la empujaron y un auto pasó a su lado a toda velocidad independientemente de la integridad de la chica.

— ¿Está bien?  — Ella no respondió porque aún estaba en un mundo paralelo, sus pensamientos eran profundos, demacrados y agresivos.  Se estaba volviendo loca. Esa tendencia suicida volvía y no quería recaer como en el hospital o en casa — Señorita Lee, ¿está bien?

— ¿Eh?  ¿Quien eres?  — Dijo perdida sin saber realmente nada.