Cap 7

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La noche pasada, apenas llegaron a casa su mascota los recibió con normalidad. Ambos entraron en silencio. Jun Wu parecía afligido, pero evitaba unir su mirada con la de su hijo.

-- Es tarde papá. Deberías ir a descansar.

Jun Wu esta vez sí se giró para mirar al chico. Sus ojos ahora mostraban afecto.

-- Eso haré. Mañana es fin de semana. Te daré algo de comida para que visites a Qin Xuan y coman juntos.

Xie Lian sonrió. No tenía intenciones de revivir la mala situación de hace una hora. Cargó a Rouye en brazos y se dirigió a su habitación.

-- Entonces buenas noches.

-- Xie Lian, espera... espera un poco.

Se acercó con habilidad al lado de su hijo, y con su mano izquierda rozó su mejilla, en la cual solo había un ligero tono rosado. La acarició con demasiado cuidado, como si fuese pétalos de rosa, y la miraba con deseos de borrar la marca y el dolor que causó.

-- Perdóname. Fue cruel lo que hice. Debió doler.

El joven se envolvió en el cariño de la mano que lo acariciaba, y su humor mejoró.

-- No es nada, ya lo dije. Esto no duele. Ve a dormir o no tendrás energía mañana.

Después, se recostó en su cama, mirando hacia el techo. A pesar del tiempo que pasó, sus labios podían sentir todavía la boca suave y húmeda de San Lang, yendo de un lado a otro, al tanto que sus lenguas jugaban dentro de Xie Lian. Incluso recordaba a la perfección las traviesas manos del niño tocando su cuerpo por encima de la ropa. La sensación lo hipnotizaba, hasta que se quedó dormido, soñando claramente aquello que en su interior deseaba que San Lang le hiciera.

Al día siguiente despertó confundido. Se sentía sucio por haber soñado tales cosas con alguien menor que el.

-- Vaya que soy un desconsiderado.

Sin embargo, el olor a bollos de carne que provenía de la cocina hizo que con rapidez se olvidara de sus lascivos pensamientos y se dirigiera a probar de la comida que Jun Wu preparaba.

Durante ese domingo, la tensión entre ambos parecía haberse ido. En la mañana, despues de lanzarse hacia los bollos de carne, los cuales eran sus favoritos, rieron mientras Jun Wu peleaba por proteger la olla humeante, y Xie Lian se escabullía por llegar a ella. Luego prepararon juntos el desayuno y envolvieron los recipientes de comida. Rouye meneaba su enroscada colita como si también bailara y la luz solar matutina se filtraba por la ventana. Parecía una casual escena de familia feliz de esas que aparecían en televisión.

-- Asegúrate de que esos bollos lleguen completos a casa de Qin Xuan.

-- Jajaja -- Rió Xie Lian con una bolsa llena de cajas de comida en la mano, tambaleándose -- Llevo comida suficiente para tres días. No se lo va a acabar él solo.

Jun Wu sonreía. Realmente estaba relajado y feliz. La noche anterior se vio a sí mismo como un monstruo, y justo ahora pasaba un buen rato junto a su amado hijo. No olvidaba el hecho de que este niño actuó de forma rebelde sólo por otro chiquillo con apariencia de fantasma acosador. Lo tenía perplejo.

¡¡Definitivamente no permitiría que el carácter angelical de Xie Lian se manchara por un demonio con cara de niño!!

Xie Lian se dirigió al "hogar" donde vivía Qin Xuan. Un departamento de tamaño promedio a 10 kilómetros de su casa, cerca de un pequeño parque. El joven vivía solo en ese lugar, dado que su hermano mayor siempre se encontraba fuera trabajando. ¿Padres? Murieron en un accidente de carretera. Tal vez por eso Jun Wu le tenía afecto y lo cuidaba o mimaba como si también fuera su hijo.

Al llegar al departamento, abrió la puerta y se dio cuenta que estaba vacía. Entró a la habitación, se escondió en el closeth y esperó con paciencia a que éste llegara para jugarle una broma y vengarse por la última vez en que Qin Xuan le jugó sucio.

Al poco rato escuchó que la puerta se abría rápidamente. Se emocionó por la travesura y se preparó para salir lanzado del closeth. De repente se detuvo.

Qin Xuan no estaba solo. Y ambas personas se desplomaron en la cama.

-- ...

No se atrevió a moverse ni una pulgada, emitiendo débiles exhalaciones.

¡¡Realmente su amigo no estaba solo!!

Aún así no lograba procesarlo ni un poco. La comida traída yacía escondida dentro del refrigerador, pero aquellos fuera se deslizaron a la habitación tan rápido que obviamente no tuvieron tiempo para revisar la diferencia.

De pronto vino una idea en la cabeza de Xie Lian: tal vez un ladrón luchando contra Qin Xuan. No, era absurdo. ¿Qué tal una tarea de gimnasia junto a otro compañero?

¡Ja! Ridículo.

-- ¡Hey! Vas muy rápido.

Xie Lian casi escupe su hígado.

Con coraje, se atrevió a espiar por un pequeño orificio de no más de 1 centímetro de radio. Temía lo peor. En la cama situada en el centro de la habitación, dos cuerpos se plantaron sobre las sábanas. El de arriba besaba desenfrenadamente el cuello de Qin Xuan, dejándo notables marcas en él, mientras el otro abría su boca dejando salir respiros dulces y enloquecidos, y con sus manos presionaba el pecho del de arriba tratando de alejarlo, esto sin éxito. Después de marcar su delgada garganta, pareció no gustarle que trataran de alejarlo, por lo que tomó las dos manos de Qin Xuan y las presionó arriba de su cabeza, al tiempo que unían sus labios.

Xie Lian dejó de mirar. Esta escena realmente podía impactar a cualquiera. Era algo que nunca se esperaría de su mejor amigo.

De repente se preocupó de que el chico estuviese siendo forzado, y la angustia lo obligó a mirar hacia la cama nuevamente.

Quién lo diría, que ahora la vista fuera peor que antes.

Qin Xuan, el algodón de azúcar, mejor amigo de la infancia y objeto de mimos por parte de él y de Jun Wu; se encontraba arriba de la otra persona, ambas piernas abiertas, una en cada esquina, y con sus manos sosteniendo a las del extraño. Se besaban apasionadamente mientras hacía un débil pero notable movimiento de cadera encima del estomago del otro.

¡Que me parta un rayo!

¿De Quién Es El Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora