-- ¿Te gusta? Pensé que... si vestiría un traje de novia debería hacerlo más creíble. Yo quería impresionar a San Lang.
Las mejillas del demonio también se sonrojaron levemente, sonriendo y tocando con delicadeza el perfíl que tanto amaba.
-- Ge- mi esposa ha logrado cautivarme. Cualquier cosa que uses se verá muy bien en tí.
Agachó su cabeza para besar esos labios rojos y exquisitos, probando el sabor del paraíso. El toque fue sutil y lento, disfrutando de cada roce. Xie Lian comenzó a reir en tanto abrazaba el cuello de San Lang.
-- Jeje, esto es muy vergonzoso San Lang. Si te manchas con mi labial todos lo notarán.
Enseguida una voz y un aliento cálido soplaron en su oreja haciéndolo estremecer. San Lang era un maestro de la seducción cuando se trataba de cautivar a Xie Lian.
-- No se preocupe, no voy a arruinar su maquillaje por ahora.
Sus manos vagaron en la cintura y muslos de su alteza, con toques suaves pero convincentes.
-- Pero ciertamente me aseguraré de retirar todo ese labial apenas entremos a la cámara nupcial.
-- ¡San Lang!
-- Su alteza, lo amo demasiado.
Xie Lian tenía las orejas rojas.
-- ¿Su alteza? ¿Quieres jugar de nuevo con los roles? Más tarde dejaré que hagas lo que quieras.
Ambos salieron del salón tomados de la mano, y fueron recibidos por aplausos y música festiva. Muchos se sorprendieron al notar que "la novia" era un hombre, pero a pesar de serlo, su belleza y amabilidad hacia innecesario la razón de que debía ser una mujer.
En una mesa ancha se encontraba Madam Quan, Jun Wu y Mei. La pareja fue hasta ellos y les sirvió té a cada uno en un juego de tazas hecho de porcelana. Esto para presentar sus respetos. Jun Wu miraba a su hijo con nostalgia, y al mismo tiempo admiración. Sin duda el niño era feliz de la mano del mocoso pervertido; nunca imaginó vislumbrar tanta felicidad en la cara y los gestos de su único hijo.
-- Madam, ¿necesita algo más?
Yin Yu se agachó un poco para recibir las órdenes de su ama.
-- No por ahora. Yi-Yi, ¿qué opinas de todo esto?
-- ¿Yo? Este humilde sirviente no tiene derecho a opinar en asuntos de mis superiores.
Madam Quan sostuvo la mejilla de Yin Yu y lo reprendió.
-- ¡Lo tiene!
-- Bueno... la novia es muy hermosa, y el joven amo Hua parece un hombre maduro que ha sentado cabeza. Serán una pareja magnífica.
-- Es cierto.
-- ¿Y? ¿No sientes envidia al verlos así?
Yin Yu detuvo su labor de acomodar la paste trasera en la espalda del vestido de Madam Quan.
-- ¿Por qué debería sentir eso de ellos? Si llegaron hasta aquí entonces se lo merecen. Un simple sirviente como yo no puede darse el lujo de sentir envidia.
Madam Quan se sintió cómoda por fin con su ropa, y al mismo tiempo se enorgulleció del corazón humilde de este hombre.
-- Ah por cierto, Yin Yu. Quiero que hagas un recado.
-- A sus órdenes Madam.
-- Mi hijo no ha salido de su habitación pese a que mandé a tantas personas para traerlo; su pereza le impide levantarse y ver la boda de su primo. Quiero que vayas por él y lo ayudes a cambiarse.
El mayordomo se sorprendió por el pedido.
-- Pero Madam, yo no puedo-
-- Yin Yu, no me desobedezcas.
-- Ah, perdone mi prepotencia, iré ahora mismo.
La mujer bebió de su té y soltó una risita.
-- Niño travieso, claramente le tamblaban las manos por la emoción.
Lejos del bullicio estaba la habitación de YiZhen, cerrada y sombría. Yin Yu corrió hasta llegar, ansioso por tener la oportunidad de estar cerca de su pequeño sin restricciones. Tocó dos veces la puerta con suavidad.
-- Joven amo YiZhen, abra la puerta por favor.
La puerta se abrió enseguida, y el chico en el interior lo arrastró para volver a cerrar la puerta. Ya dentro fue presionado contra la pared por brazos inexpertos.
-- ¿Qué-
-- Yu-ge será mi esposa algún día, y llevará un vestido mejor que ese.
-- ¡Pft!
Yin Yu rió un poco pero sin olvidar su posición.
-- Joven amo, Madam lo está esperando en el banquete. Me envió para prepararlo y llevarlo con ella.
-- No quiero ir.
-- ¿Y si yo se lo pido?
Los ojos brillantes de YiZhen, grandes y refinados se apuntaron a él, prestando atención a cada sonido y movimiento. Yin Yu sobó sus mejillas suaves, remarcando el tono rosado en ellas.
-- Joven amo, hace unos días usted me besó, y aunque su lengua hacía un trabajo decente, digamos que debe esforzarse un poco más. Permítame enseñarle.
El mayordomo era apenas un poco más alto que YiZhen. Sostuvo cariñosamente su cara tersa y se acercó, sin tocar su boca todavía.
-- YiZhen, ¿quieres que lo haga?
-- Quiero... -- contestó el joven anonado.
Sus labios se tocaron, y Yin Yu lamió los bordes antes de profundizar el beso. Los movimientos de su lengua húmeda eran seductores, enlazándolas y probando sabores. Por alguna razón, YiZhen sabía a chocolate. Entre dulces jadeos le habló al muchacho.
-- YiZhen, sujeta fuerte mi cintura y no me sueltes.
Volvieron a besarse. El joven dios estaba perdido en la calidéz y el delicioso roce de labios. Sus brazos rodearon la delicada cintura de Yin Yu, dándose cuenta de lo grandes que eran las caderas de su mayordomo.
YiZhen se quedó sin aire, pero se negaba a soltar a su amado, mordiendo y succionando con desesperación. Fue Yin Yu quien se separó primero, tomó su pañuelo color nieve y limpió la boca de YiZhen diligentemente.
-- Es todo por hoy. YiZhen debe presentarse en el banquete, lo llevaré incluso si se resiste.
-- Quiero a Yu-ge.
Justo cuando Yin Yu pensó que YiZhen trataría de presionarlo bajo él y hacer cosas impropias, el joven sólo se frotó en su pecho, rozando sus rizos en el traje y abrazándolo con fuerza.
-- ...
Después de todo, YiZhen era un niño y su mente sería inocente; aunque tuviese deseos de dar un beso, no pensaría siquiera en atacarlo. Envolvió su cabeza en un abrazo, repartiendo besitos en su frente. Yin Yu amaba esa inocencia.
-- Bien, joven amo YiZhen. Vayamos abajo, ya le he dado algo a cambio.
-- Yu-ge... no me gusta la comida tradicional.
-- ¿Es así? Es una lástima. Yo mismo preparé algunos de esos platillos, poniendo mi amor en ellos.
-- Yu-ge lo cocinó...
Y así fue como el dios marcial Quan YiZhen fue envenenado con la fragancia del fantasma y llevado al banquete, para comer de todas las delicias preparadas. Ver a su primo mayor sonreír como idiota lo hizo sentir enfermo, pero también quiso seguir su ejemplo y ser mucho más alto que el mayordomo, que por razones desconocidas parecía tener la misma sonrisa que su primo, algo poco común.
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¿De Quién Es El Destino?
FanfictionJun Wu vive en Inglaterra tranquilamente al lado de su único hijo, Xie Lian; quien por cierto ya ha crecido para convertirse en un joven noble e inteligente. Sin embargo, en una mañana normal, ocurre algo que no se esperaba... JW: -- "¿Alguna linda...