Cap 46

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-- Mei.

El mencionado ni siquiera volteó. Sólo miraba a la nada con ojos apagados. Ya no había cristal en ellos; sólo metal oxidado.

Yue tomó la barbilla descuidada del chico y lo besó en los labios con delicadeza. Sujetó su cabello y lo acarició, también delineó su cintura en pequeñas caricias. Mei reaccionó un poco y se separó de inmediato.

-- Qué...

-- Mei, mi preciado Mei.

Dio un beso más en su boca antes de soltarlo. Una radiante sonrisa fue pintada en su rostro.

-- Te amo demasiado, eres tan lindo y dulce. Nunca dejo de pensar en ti.

Mei estaba confundido. Observó el espejo a un lado de ellos; su apariencia era pésima y sucia; indeseable, y pensó en voz alta.

-- Soy repugnante.

Yue lo sostuvo y llevó a la bañera. Ahí, lo desnudó sin pedir permiso y tiró la ropa al suelo antes de besarlo de nuevo.

-- No...

Contrario a lo que Mei pensó, Yue apartó sus labios y lo sumergió en la tina con agua tibia y se dispuso a lavarlo.

-- Amo al chico que sonríe para otro; amo a quien trabajó para ser feliz; amo a quién llora y también ríe. Amo tu belleza interior y exterior, cada centímetro de ti llena mi corazón con sentimientos que no puedo reprimir. Además, amo tus defectos. Me encanta cuando te enojas, cuando eres caprichoso, cuando demuestras cobardía y fragilidad. Tu actitud pesimista se roba mi aliento.

-- ...

-- Amo al tú que es feliz y brilla a pesar de ser lastimado; pero también amo al Mei que demuestra su debilidad y está frente a mí en este momento. Te amaré de cualquier forma.

Las mejillas de Mei tomaron un color rojo ante semejante confesión.

-- Sin embargo, entendí desde mucho antes que este amor nunca sería correspondido, por ello no debes preocuparte, pero también por este sentimiento tienes que levantarte de nuevo.

Su cabello fue cuidadosamente lavado, igual que su cuerpo. Lo sacaron de la bañera para secarlo, vestirlo con ropa limpia y sandalias cómodas, y lo ayudaron lavar sus dientes. Luego, Yue afeitó su barba, y su rostro fue suave y terso de nuevo. En el espejo había otra persona diferente a la que vio tirada en un rincón. Yue puso las cosas en su lugar y se inclinó para seguir besándolo.

-- Mei, voy a morir pronto.

-- ¿Qué?

-- Fui diagnosticado con lopus. Moriré tarde o temprano.

Mei se sintió angustiado en extremo.

-- No... no puedes morir.

-- Moriré. Pero antes de irme, necesito hacer algo. Quiero asegurarme de que vas a estar bien. Si alguien te lastima, entonces no estaré tranquilo. Vete lejos de aquí, tan lejos como puedas, y empieza de nuevo.

Esa noche, cada lágrima que salió de Mei fue borrada con un beso. Por petición de Yue, a la mañana siguiente partió hacia Nanping, llevando todo el dinero ahorrado de su único gran amigo para empezar otra vez. Desapareció de cualquier radar que colocó Jun Wu a su alrededor.

Pasando cuatro años, tuvo noticias de Hong Kong, y alguien le pedía volver. Partió apresuradamente. Al llegar al sitio acordado, lo esperaba un Jun Wu sentado en una banca, sosteniendo a un pequeño de cuatro años en brazos. La imagen del hombre ya no era la misma orgullosa y altanera de antes. Su atractivo se empañó y su rostro estaba demacrado. Al ver a Mei, rompió en llanto.

-- Mei...

Las escasas veces que fue a esa casa, sólo encontraba a un hombre destruído y a un pequeño de gran fortaleza.

-- Xie Lian y yo partiremos a Inglaterra mañana.

-- Mhn.

Se agachó para darle al niño una caja de dulces y algunas palmaditas en la cabeza.

-- Cuídate Xie Lian.

El niño sonrió. Era una sonrisa cálida y acogedora, similar a la de cierta persona. Tomó la caja de dulces con ambas manos y se inclinó respetuosamente.

-- Mei.

-- No digas nada.

-- ¿No te sientes mal por mí?

Mei echó un vistazo a las fotos de la familia. Tres personas en total; ahora sólo quedaban dos.

-- Ni un poco. Todos reciben lo que merecen, y tú, mi amigo, lo tenías más que merecido. Un maldito como tú caería en cualquier momento. Cuída al pequeño, es lo único que te queda.

Jun Wu lo miró. Mei también cambió, y ese cambio no le era agradable.

-- Tu crueldad también tendrá precio.

El chico abrió la puerta para irse primero.

-- Te equivocas. Yo ya pagué por mis errores. Alguien más pagó el precio conmigo.

Y se fue.

Jun Wu, en verdad no dejas de romper mi corazón incluso cuando estás más roto que yo.

La razón del porqué Jun Wu terminó de una forma tan miserable fue Ling Su, su esposa.

Lo abandonó por otro hombre, y ambos murieron en un trágico accidente de carretera. ¿El nombre del villano?

Huan Yue.

El hombre estaba en la última fase de su enfermedad, y aún así logró enamorar a Ling Su lo suficiente como para abandonar su acomodada vida, a su esposo y a su hijo. En sus últimos momentos, Yue se encargó de vengar a Mei; a costa de su propia vida y de su felicidad.

Mei lo visitaba una vez a la semana en su tumba. Dejaba flores y platicaba con él de las cosas que pasaban por su vida, deseándole un buen descanso donde quiera que se encuentre.

Que complicada es la vida de los hombres.
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Para: Jun Wu

¿ Quieres ir por una cerveza?
Compré un nuevo juego de cartas. Son de color dorado.

                                   Mei NianQing.

¿De Quién Es El Destino?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora